Amar Lastima

11

Nara miraba con los ojos como platos a este hombre, era la primera vez que alguien se le declaraba de esta manera, estaba tan sorprendida que se olvido de seguir tocando, la gente alrededor también escucho la declaración y quedaron aturdidos, entre ellos la madre de Renzo, nunca pensó que su hijo estuviera realmente interesado en alguna chica, y estaba encantadísima, de sus ojos salían sendas lagrimas, pero no duro mucho, Nara asustada por los sucesos salió corriendo del salón y desapareció dejando a todos con la boca abierta incluido Renzo quien cuando despertó de su asombro salió corriendo tras Nara, solo que ya no pudo encontrarla.

  • Un Renzo muy ofuscado bufo mientras decía- maldición, esta chica siempre me hace esto, me hace un desplante y desaparece cual fantasma, no me lo puedo creer, ¿cómo fui a decir toda aquella sarta de tonterías delante de tanta gente?, mi reputación será terriblemente lesionada-
  • Su madre lo alcanzó y lo increpo: querido, espera, ¿quién es la chica?, ¿porque nunca la había visto?,  ¿porque no me habías dicho que te gustaba?, ¿porque nunca compartes tan grandes noticias con migo que soy tu madre y te amo tanto?, a ver, dime y ¿cuándo te vas a casar?, ¿podre tener la esperanza de que me den nietos?, aunque con ella no saldrán tan perfectos como yo soñaba pero eso es mejor que nada, solo espero que se parezcan a ti.
  • ¡Ey ey ey!, detén tus motores madre, come un buche de clavos. Te agradecería que no te metieras en mis cosas, y deja el tema de la chica, okey, ¿no viste que salió corriendo?, ni siquiera parece que le guste, siempre me deja con la palabra en la boca, hasta creo que me odia, ¿cómo piensas en que podría casarme con alguien como ella?
  • Entonces todo lo que le dijiste ¿qué significa?
  • Eso es solo parte del repertorio atrapa moscas mamá, nada en serio, solo una estrategia, solo quiero meterla en mi cama, saciarme y dejarla como a todas las  demás, así que ve dejando todas las cosas locas que andan rondando tu cabecita, okey.
  • Pero cielo, esa niña se ve realmente inocente, no vayas a dañarla, te lo prohíbo. Si vas a cortejarla que sea para convertirla en tu esposa, para que la ames y la respetes, yo no recuerdo haberte educado para que tomaras a las mujeres como juguetes sexuales a quienes desechar así como así, me entiendes.
  • Esposa, jajaja, mama ¿te estás escuchando? Esa niña es una pobretona, ni siquiera tiene donde caerse muerta, ¿eso no te molestaría?
  • ¿Queeeeeeee, como que una pobretona, que quieres decir con eso?, explícame.
  • Si mama ella es una chica de clase baja, además de que no es ninguna belleza, lo único sobresaliente en ella es su talento musical, ¿cómo podrías pensar que yo podría casarme con alguien así? Tú, la que siempre me ha dicho que el apellido hay que protegerlo, que me fije bien con quien me emparento, que eso tiene que apoyar nuestro apellido, no opacarlo, ahora dime, en verdad ¿quieres nietos de ella?
  • ¿Pero todo lo que le dijiste en este momento?
  • Olvídalo mamá, solo olvídalo, además ella ya desapareció. dijo Renzo apesadumbrado. Aunque no quería reconocérselo a su madre, en el fondo se había dado cuenta que se había declarado sinceramente a aquella niña, era la primera vez que hacia algo así y ¿qué ocurrió?, pues nada, la chica una vez más desapareció y él se quedo solo con todas las miradas en el, sabía que ya se estaría convirtiendo en el chiste de la semana en su círculo social y eso si era un gran bochorno.

Por su parte Nara estaba caminado por una avenida tratando de encontrar la forma de llegar a su casa. Estaba en shock, que aquel hombre se le declarara la había dejado totalmente confundida y desorientada, con mil cosas pasando por su cabeza, y lo más importante haciéndola sentir un miedo tremendo, cualquier mujer en su situación hubiera estado encantadísima con aquello y ella lo sabía, pero no podía entender por qué ella solo sentía terror frente a aquel hombre. No podía entenderlo… mientras cruzaba una calle un auto casi la atropella, fue en ese momento que ajusto sus pensamientos y se dirigió a su casa.

  • Hola papi -dijo al entrar en su casa- ¿cómo te sientes?, ¿ya comiste?
  • Hola cielito, yo estoy bien, y si ya comí ¿y tú, como te fue, te paso algo? Te ves pálida.
  • No me paso nada papi, solo estoy muy cansada, tuve que caminar muchísimo, y aun no comí nada –dijo a su padre, solo para no mortificarlo.
  • Ay celito, y yo no te guarde nada, deja y voy a la panadería a conseguirte algo para que comas rápido, no sea que te vayas a desmayar por el hambre.
  • Está bien papi, tranquilo. Me baño y veo que hago para comer.
  • Bien cielo. Me voy a dormir entonces. Come algo sí, no te vayas a dormir con el estomago vacio que te hace daño.
  • Unjum, fue lo último que contesto, una vez en su cuartito, se recostó contra la puerta y dejo escapar un gran suspiro, con el alma devuelta a su cuerpo y en la seguridad de su hogar decidió calmarse y olvidar aquella declaración, ni de broma se la iba a tomar en serio, capaz era alguna broma de ese tipo y ella no pensaba ser tan ingenua como para creérselo.



#2551 en Novela contemporánea
#21502 en Novela romántica
#3574 en Chick lit

En el texto hay: obsesion, amor, dolor y muerte

Editado: 20.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.