Amar Lastima

22

Renzo miro fijamente al Dr. Con cara de pocos amigos, lo medito un momento y decidió contárselo al médico, pero antes llamo al personal para que sirvieran café. Entonces se dispuso a hablar:

  • Vera Dr. En realidad yo no soy esposo de Nara, tampoco ella me ama y si, está aquí porque yo la obligo, y la obligo porque la amo, la doro con mi alma, desde que la conocí, esa niña se metió tan profundo en mi alma que parece que la hubiesen tatuado con fuego. Al principio me sentí hipnotizado con su talento musical, luego me llamo la atención su indomable forma de ser, y poco a poco me fue conquistando, la perseguí, cree miles de oportunidades para poder interactuar con ella pero ella siempre me rechazaba, al principio me molesto en mi ego masculino el hecho de que esta pequeña e insignificante criatura se resistiera a mis avances, eso me hizo obsesionarme con la idea de poseerla, después de perseguirla más de un año y sin llegar a conmoverla me encontraba frustrado, dolido, furioso y en un arranque de desenfreno tome la decisión de raptarla, así fue como la traje aquí, pero las cosas no fueron como yo me imaginaba, vera, yo pensé que sería como en las telenovelas que la protagonista se enoja con el galán pero al final cede a sus encantos, pero no, con esta niña nada es normal, desde que llego no hizo más que llorar hasta el punto de no comer nada durante días hasta que colapso, en mi terror quise compensarla un poco y entonces hice traer también a su padre, para que ella ya no se sintiera mas sola, pero eso solo agravo mi situación con ella, desesperado por su suplica para que la dejara libre se me ocurrió la loca idea de que si ella tenía a mi hijo, entonces ya no podría irse y dejarme, pero como obviamente no me iba a permitir tocarla, recurrí al médico para mantenerla sedada, así de esa forma la hice mía y logré embarazarla, ella esta inocente de toda esta situación y por eso lo hice venir, porque sabemos que su condición mental no es para nada alentadora y si le soltamos esa bomba así sin mas no tenemos confianza en su reacción.

Sin que Renzo lo supiera, Nara estaba parada en la puerta del despacho y había escuchado toda la conversación de él con el médico, su rostro no mostraba ninguna reacción, sus ojos estaban desenfocados y una espesa niebla los cubría, en realidad estaba llorando en silencio, su mente no podía asimilar semejante noticia – Renzo tenía razón, tal cosa termino de acabar con la poca cordura que le quedaba – se quedo de pie allí, sin emitir ningún sonido hasta que una señora de servicio la vio allí parada y la llamó. El ruido fuera de la puerta alerto a Renzo y al médico quienes enseguida salieron del despacho para encontrar  a una Nara de pie llorando sin responder a los llamados de la señora. Renzo entro en pánico y enseguida se acerco a ella, pero su impulso fue tan violento que asusto a Nara y esta como loca se puso a llorar más fuerte, gritando y pateando todo a su alcance.

  • Noooooooooo, déjame, no me toques, maldito degenerado, ¿cómo pudiste hacerme esto, por qué? ¿Porque a mí? ¿Qué te hice? ¿Qué hice mal en mi vida para merecer semejante castigo? ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

Eso era lo único que salía de su boca, desesperada corrió hacia el jardín donde Renzo la inmovilizo en un abrazo que la hizo arder de furia, ella saco toda la fuerza que tenía en su cuerpo y pataleo, grito y lo maldijo una y otra vez, Renzo solo podía soportar el dolor en su corazón y mantenerla sujeta hasta que se dio por vencida, como un globo desinflado fue perdiendo fuerza hasta que finalmente se desmayo en sus brazos. Inmediatamente la llevaron a su habitación y la sedaron de nuevo para evitar otro ataque explosivo. Renzo y el médico abandonaron juntos su habitación y hablaron.

  • Bueno señor, ya creo que es un poco tarde para evitar el conflicto, ahora lo que se puede hacer es tratar de razonar con ella, dejémosla que descanse un par de días y trataremos de encontrar una solución.

Renzo asintió con la cabeza gacha mientras se dirigían a la puerta de salida, despidió al psicólogo y se encerró en su despacho, estaba totalmente destrozado, la mujer que amaba no solo no lo quería, ahora lo odiaba y lo maldecía por lo que le hizo, pensar en su imposible amor rompió todas sus defensas y se puso a llorar en silencio en la soledad. 



#2555 en Novela contemporánea
#21539 en Novela romántica
#3578 en Chick lit

En el texto hay: obsesion, amor, dolor y muerte

Editado: 20.06.2021

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.