Amar Lastima

23

Al siguiente día Renzo, el señor Leonel y el psicólogo se sentaron a tratar el tema de Nara, al final convinieron en que primeramente el señor Leonel trataría de razonar con ella, al final el era quien mejor la conocía y podía conocer mejor su lado débil y abrir un camino para que Renzo tratara de negocia con ella, todo bajo la atención del médico por si todo se descontrolaba y debían recurrir de nuevo a los sedantes.

Mientras estaba sedada Nara tuvo un sueño, su madre vino a hablar con ella.

  • Hola mi pequeño ángel… ¿cómo has estado?
  • Mamita… ¿en verdad eres tú? Esto es un sueño ¿verdad?
  • Si mi ángel… solo puedo venir a verte en tus sueños… necesito que estés tranquila… tanto agite no te hace ningún bien.
  • Pero mamita, ya ves en qué situación estoy, realmente no hallo una solución, me siento perdida, no sé qué hacer mamá… dime… ¿que se supone que haga?
  • Primero que nada cálmate y piensa, ¿que deseas?…
  • Mi libertad y mi vida tranquila
  • ¿Cómo puedes recuperarlo?
  • Solo si ese hombre me libera, pero ¿cómo hago eso mamá?
  • Dime hija, ¿qué es lo que ese hombre quiere?
  • Según él me quiere a mí y por supuesto ahora al hijo que me engendro.
  • Y dime, ¿crees que es tan malo que te quieran? No sé, solo piénsalo, no digo que sea correcta la forma en que actuó pero por lo menos no te ha tratado realmente mal. Imagina que hubiese sido un sádico violador y que en vez de esta casa hermosa te tuvieran encerrada sola en cualquier basurero, amarrada, sin atenciones y encima ultrajada con violencia mientras tú tienes que sufrir en carne viva todo eso, ¿como crees que se sentiría?
  • Eso sería realmente horrible, solo pensarlo me da escalofríos.
  • Bueno allí tienes tu respuesta, solo debes decidir qué hacer con eso, compara y decide… y si estas muy desesperada recuerda que el licor puede ayudar a calmar tu sufrimiento…

Con esas palabras Nara se despertó. No tenía idea de que día era o qué hora del día, tampoco cuanto había estado durmiendo… solo sentía su cuerpo entumecido, su cabeza sumamente pesada y una tristeza abrumadora.

  • ¿En verdad soñé con mamá? Y que me quería decir… porque esa última frase, acaso no recuerda que pasa si… entonces lo recordó.

Después de pensar durante mucho rato, se levanto y se fue al baño, se dio un largo baño, se vistió decente, arreglo su cabello y se sentó en un mueble de la habitación a esperar que vinieran por ella, en sus ojos se podía ver una pisca de resolución mezclada con una sensación de vacío enorme que la hacían sentir sofocada, pero tenía que ser fuerte, debía afrontar la situación con entereza, además no estaba sola, tenía a su padre con ella.

Fue precisamente su padre quien entro por la puerta de la habitación y cuando la vio sentada en un mueble se sorprendió, pero de inmediato le prodigo una tierna sonrisa de reconocimiento y se sentó a su lado. La tomo de la mano y le dijo:

  • Hola mi ángel. ¿Cómo te sientes?
  • ¡Ay papá!, ¿cómo crees que me siento? Estoy triste, ansiosa, tengo miedo, me molesta el cuerpo, me siento extraña sabiendo que hay un ser creciendo dentro de mí, uno que ni siquiera fue mi elección, del que no tengo conciencia siquiera de cómo llego a mí, ¿cómo crees que me siento ah?- lagrimas comenzaron a caer por su rostro demacrado, pero rápidamente se recompuso.
  • Mi ángel, tengo que decirte que aunque en un principio cuando me entere de todo esto me sentí muy furioso, inclusive lo encare y le reclame, debo admitir que ese hombre lo único que hace es amarte, aunque no estoy de acuerdo en como lo demuestra, pero debes ser consciente que esa criatura que crece en tu vientre no es responsable ni tiene culpa alguna de las locuras de su padre, por lo que te pido que trates de aceptarlo y cuidarte para que también lo cuides, quien sabe si tal vez ese hombre se calme y una vez que nazca el bebe te deje en libertad.
  • Pero papá, no es fácil, creo que uno de estos días voy a enloquecer completamente…
  • Lo sé mi princesa, pero hagamos nuestro mejor esfuerzo para vivir esta vida que nos ha tocado de la mejor manera posible, como te dije, quizás las cosas se calmen y mejoren con el tiempo, uno nunca sabe…

Nara solo suspiro y se abraso a la cintura de su papá, recostó su cabeza en su pecho y cerró los ojos, escuchando los latidos de su corazón y se calmo un poco. Para la hora de la cena, Renzo llego a la casa, el señor Leonel lo llamo a la sala para hablarle.

  • Joven, necesito hablarle, venga y siéntese.

Renzo lo miro extrañado, pero obedeció y se sentó en uno de los sillones de la sala.

  • Usted me dirá suegro… dijo Renzo y el señor Leonel arrugo las cejas, resopló pero mantuvo la calma
  • Hoy hable con Nara, su ánimo estuvo un poco mejor, le asomé la idea del bebe y le dije que tal vez si se comportaba usted la dejaría ser libre.
  • Renzo se tenso y respondió: ¿porque  hizo tal cosa?, yo no puedo permitir que mi mujer y mi hijo me abandonen bajo ningún concepto, no lo permitiré, usted no puede andarle metiendo ideas extrañas en la cabeza a ella.
  • Por lo que veo tú aún no entiendes que lo que haces está mal, ¿verdad? Secuestrar personas nunca es algo positivo, creer que son una posesión  tampoco es nada bueno. Yo conozco bien a mi hija y sé que no es mala, aunque aun no logra aceptar la idea de que tiene un bebe creciendo dentro suyo, aun así no tendrá el coraje para deshacerse de él a menos que pierda la cordura y si las cosas siguen así no creo que falte mucho para que eso ocurra y entonces tu no solo me harás perder a mi hija, sino que también perderás a tu hijo, y no creo que eso sea lo que deseas ¿o sí?
  • Por supuesto que no, yo  lo que más deseo es que Nara me ame como yo la amo y formar una hermosa familia con ella y tener muchos hijos, expuso Renzo abiertamente, entre tanto Nara escuchaba su conversación desde el pasillo donde no podían verla.



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En el texto hay: obsesion, amor, dolor y muerte

Editado: 20.06.2021

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