Amelie:
Estoy muy emocionada, aunque me parece aun algo irreal. Mi madre ha organizado mi celebración de compromiso, y con el hombre que tenía dominado mi corazón. Lo odie como nunca, pero era porque no sabía lo que él había pasado, y mi madre estaba resarciendo sus errores.
A las siete lo vería, entonces empecé a apresurarme, mientras que Jacob, aun sigue en la cama, y me parece algo extraño, así que, me cuelo por el pasillo y llego a la habitación que comparte con mi madre. Él está ahí profundamente dormido.
—Jacob, ¡Jacob… despierta!—digo cerca de su oído, para que me escuche mejor.
Él no se mueve, me parece extraño, me levanto de la cama, quiero revisar si ha tomado algún medicamento y se ha pasado de dosis, pero no encuentro nada, así que le doy un beso en la frente y salgo de la habitación.
—¿Qué estás haciendo en mi habitación? —pregunta mi madre, mientras sostiene un ramo de rosas blancas y lirios rosa pálido.
Me pongo nerviosa, y aun no se el porque, —Quería ver a Jacob, pero aún duerme y se me hace extraño, el no acostumbra dormir tanto. —exclamo.
Ella me mira y sonríe, —Tranquila, bebé, él está muy bien, es solo que anoche estuvimos compartiendo hasta tarde y es normal que duerma lo que le corresponde... —aplicó sin más.
Me siento extraña y algo confundida, un miedo está surgiendo dentro de mí, pero no quiero hacer nada más. Tengo que confiar más en mí y en mi vida nueva. No todo tiene que ser malo.
—Te verás hermosa con el vestido que te deje extendido sobre la cama. —expresa mi madre, dándome el ramo de rosas y lirios que tiene en sus manos.
Tomo las flores y las aprecio, inhalo su aroma porque amo los lirios y más con la combinación de las rosas.
—Gracias mamá, en serio no puedo creerlo, pero gracias.
Me voy directo a la habitación, me encierro con llave y me pongo a ver todo, contemplo el vestido, es un vestido en corte español, color verde jade, con mangas y tapado de encaje, lazos del mismo vestido para amarrar con un moño, tacones del mismo color y aretes de oro con esmeraldas. Sin duda, mi mamá se ha lúcido con el regalo, me siento feliz al verlo. Esto es un sueño.
(***)
Cuatro de la tarde y me estoy arreglando, mis amigas estan invitadas, fue noticia en todo el lugar, así que ni me he molestado en decir más.
Comienzo a colocarme perfume en el cuerpo después de la ducha larga que tomé, mi lencería fina y empiezo a peinarme, este vestido me irá con el cabello recogido y un moño, así que me pongo a darle toque elegante a mi cabello, seguido de maquillarme, tengo que brillar esta noche, al fin sabría el significado de estar feliz por mí y para mí.
—Amelie, ¿podemos pasar? —dijeron unas voces conocidas, de inmediato me pongo un albornoz y abro la puerta.
Mis tres locas amigas son las que estan aquí, seran testigos de esta locura llamada amor, un compromiso con el amor.
—¡Chicas, lucen maravillosas! —exclamo.
Todas rien y entran a mi habitación. Terminan de apoyarme en subir el zipper del vestido, todas gritan y comienzan a llorar cuando quedo por fin lista.
—Eres la primera que se casa, la primera de las amigas que debe de ser feliz. —declara Shannon, limpiándose las lágrimas que caen, traicioneras, de sus bellos ojos.
—Lo sé, y me parece un sueño. No pensé que este día del festejo de mi compromiso sería así, menos, con el hombre que amo y que mi madre lo acepte. —dije sincera.
—Tú madre organizo esto pero, belleza, me tiene con miedo, debemos confiar... —Dice Nova, quien luce nerviosa ante la celebración.
Ella tiene razón, esto no es nada bueno y es motivo de preocupación.
—No creo que sea algo malo, no nos anticipemos a los posibles hechos. Lo que debemos hacer es terminar aquí y esperar a que lleguen los invitados, tu mamá tiro la casa por la ventana. —acota.
Si tengo dudas, pero mi madre aun merece una segunda oportunidad, no puedo solo odiarla porque es mi madre. Siempre lo será, aunque haya sido mala.
Dieron las siete de la noche, un mensaje de mi hombre, ha llegado a la bandeja de entrada, diciendo que llegara unos minutos tarde. Le dije que no importaba media vez, él se presentará bien.
Bajamos de la habitación hacia la sala, también hay gente bebiendo, así que me felicitaron por mi compromiso, me siento demasiado feliz. Mis amigas van detrás de mí, mientras que yo voy con el ramo que mamá me ha dado.
Entre halagos sobre mi vestido y en como luzco, se me fue el tiempo. Al fin llegamos hasta el jardín, en donde hay más gente y quien habla con mamá es Vladimir, Vladimir y su padre… ¡que extraño!.
Me acerco poco a poco con ellos, un mesero me intercepta el paso, ofreciéndome una copa de champaña, la cual, gustosa la acepto.
Llego hasta ellos por fin con una sonrisa, y en ese momento veo a Vladimir, quien se ve algo desanimado y forzado, pero siempre sus ojos en mí.
—Vlad, que gusto verte hoy. —expreso, dándole un abrazo.
Él me abraza y mi madre toma una copa, llamando la atención de la multitud.
Quiero soltarme del agarre de Vladimir, pero no puedo ya que me tiene muy fuerte, Mamá empieza a hablar y presto atención a los presentes; Salvatore entre la multitud.
—Queridos amigos, vecinos, familiares y equipo de prensa, la noche de hoy me enorgullece el presentarles a mi bella y adorada hija, Amelie Clark y a su prometido, Vladimir Vizanno, quienes contraerán nupcias en las próximas dos semanas. ¡Vivan los novios!—.
Mi cabeza comienza a maquinar, la gente aplaude, mi “mejor amigo” me fuerza a besarlo y mi corazón está ahí, quebrado ante la trampa que esa mujer ha montado, viendo como el amor de mi vida intenta acercarse y su madre no lo deja… quiero quitarme de ahí, pero mamá llega y entre dientes dice; —Te quedas aquí, obedeces y te casas con Vladimir. Ahora si quieres que mate a ese infeliz aquí, delante de todos y quedes con más traumas, puedes intentar huir con él. Así como hace 9 años quite ese estorbo de tu vientre, así lo haré con ese mequetrefe. —.