Lucia Castillo
Hoy es el día.
Mi equipo esta listo, reunido y a la espera de instrucciones (hasta conseguí unas pulseras de las Chicas Súper Poderosas). La música llena la casa desde los altavoces, hay comida y alcohol en la cocina (todo cortesía de mamá) junto a los ridículos, aunque divertidos, juegos de borrachos, exactamente como se espera de una fiesta de fin de semana.
Leah tiene razón: una fiesta hecha en sábado solo puede asegurar una cruda de domingo, y ¿quien diablos soy yo para romper la tradición?
Opte por un conjunto de pantalones acampanados y un top con mangas y hombros caídos, color amarillo mostaza; todo el conjunto acompañado de mis botas mas cómodas con el tacón mas ancho. Antes de salir, rezo una pequeña oración para no romperme el cuello al combinar tacones y alcohol en una noche donde no solo yo estaré algo achispada.
Hable con Isabella y Lucian para asegurarme de que si una de las chicas quería, pudiese quedarse en mi casa para que ellos no tuviesen que preocuparse por llegar tarde. Le di un regalo adelantado de navidad a mi madre: un día en el espa del hotel Girasol.
Lo único que falta ahora es que llegue la marcha de invitados del IMPEE de los cuales, estoy segura solo de conocer a diez, quince como mucho. Si, lo se, me volví algo loca llenando el espacio de la casa con invitados, pero Luca y Mateo estarán cerca para hacer que todos se vallan cuando sea necesario, así sea por la fuerza, así que no me preocupo mucho por eso.
El plan en si es tener el descontrol suficiente para que el encuentro entre Leah y Mateo se de de la forma mas natural posible. Tiana piensa que esto se daría de forma tan natural como «las islas del mundo que están en Dubai», por lo que pensé que destituirla de su lugar como mi gemela favorita.
Envío un mensaje a Leah para confirmar su asistencia, mientras los invitados empiezan a llegar en grupos pequeños y grandes y llenan mi sala (por cierto, aun no llegan los diez o quince que creo conocer). Su respuesta llega unos pocos segundos después.
Princesa Amnésica: Claro que sí, Sia.
Princesa Amnésica: Por quien me tomas?
Princesa Amnésica: Estaremos allá en cuanto Clare y Ana terminen de embutirse en sus vestidos. No te preocupes.
Bien: las Hamilton harán su entrada triunfal cuando la fiesta este en su apogeo. Típico.
Lo que mas me entusiasma de esa conversación es que, cuando le pregunte a Leah que estaba haciendo mientras esperaba, me dijo que estaba viendo algo en HBO. Ese algo debe ser, seguramente, Juego de Tronos, por lo que mi plan tiene muchos mas puntos a favor. Sobre todo porque Mateo bajo a la cocina por un paquete grande de doritos hace poco, que se llevo a su habitación.
Mi querido hermano solo come doritos o cualquier chuchería de ese tipo mientras ve algo que lo tiene particularmente interesando y, a menos que este usando google en incógnito y busque porno, lo cual dudo, debe estar viendo Juego de Tronos... lo que tiene algo de porno también, pero ustedes entienden mi punto.
Contemplo a la manada de hormonales que ya se ha aglomerado en mi sala, y siento la absoluta certeza de que mi plan va a funcionar a la perfección. Saco el pequeño aparato que había comprando para la ocasión y lo acerco a mi boca.
—Bombón a Burbuja y Bellota, ¿me escuchan, cambio? —digo por el aparato negro (¿Como se llamaban? Los usan en películas de espías).
—Burbuja a Bombón, te escucho —responde Tiana, luego del zumbido que esta cosa acostumbra hacer antes de reproducir lo que dicen por la otra linea.
—Tiana, Lucia, ¿no podemos usar simplemente nuestros nombres? —pregunta Katya, en modo aguafiestas.
—No, cambio —digo—. Recuerden decir "cambio" al acabar de hablar, cambio.
—¿Por que? Cambio —pregunta la idiota de Tiana.
—Porque somos personas serias y no estamos jugando, así que tenemos que comportarnos como tal, cambio.
—¿Serias? —dice Katya.
—¿No estamos jugando? —dice Tiana, sonando desilusionada.
—¡Digan "cambio" al terminar! —ordeno al par de bobas.
—Pero tu no lo hiciste —se queja Tiana.
—¡Solo esta vez, cambio!
—Esta bien, cambio —sede Katya, haciendo un énfasis ridículo en el "cambio".
—¿Como esta la situación, cambio? —pregunto, volviendo al tema principal.
Un chico esta peligrosamente cerca de la mesa de vidrio de la sala y me apresuro a apartarlo de allí.
—Sin cambios, cambio —contesta Tiana.
—Sin cambios, cambio —copia Katya.
—Sigan atentas, cambio.
No había bajado del todo el aparato ese negro (¿por que no recuerdo como se llama esta cosa?), cuando la voz de Tiana aparece de nuevo, exaltada:
—¡Se acerca una camioneta, cambio! Repito: se acerca una camioneta, cambio.
—¿De que tipo, cambio? —pregunto, intentando recordar las camionetas que les había visto a las Hamilton últimamente.
—Ranger Rover —¿Clare compro otra camioneta? No, espera, Clare es fiel a Toyota—. Del año —continua Tiana—. Color blanca, cambio.
Agustín.
Empieza la función, señores.
—Son ellas —anuncio—. Bellota, Burbuja a sus posiciones. Esto no es un simulacro, las Hamilton llegaron, cambio.
—Burbuja en posición, cambio.
—Bellota en posición, cambio —Katya ya suena aburrida con todo esto.