Amnesia

42

 

Leah Hamilton

¿Por que, Dios? ¿Por que dejaste que mi prima, experta en moda y maquillaje, se fuese con un chico a California en la semana en que más la necesitaría?

Tenia un nuevo problema. Un grave problema de vestuario.

Las gemelas Curie no responden mis llamadas, Ana mucho menos, si llamo a Lucia delataría las ganas que tengo de ir deslumbrante como nunca a esa fiesta como pareja de Mateo y eso no lo podía permitir y no tengo más amigas en este momento. Al rededor de una hora de mirar todos los percheros de mi armario, sin decidirme por una prenda o por otra, llegue a la conclusión de que solo me queda una opción viable ahora...

Y de que tal vez necesite más amistades.

Toco la puerta con mis nudillos, imitando una marcha fúnebre. Clare abre la puerta antes de que pueda terminar mi sonata y se queda mirándome desde el umbral con su ceja alzada a modo de pregunta.

—Necesito ayuda —digo, sonriendo con inocencia.

—¿De que tipo? —pregunta, desviando la mirada a su teléfono.

—Del tipo de chicos —digo, sus ojos se despegan inmediatamente de la pantalla y me miran con incredulidad. Pongo los ojos en blanco y me lanzo a explicarle más a fondo la situación ahora que cuento con su entera atención—. Voy a salir a esa fiesta de parejas que hay esta noche, no se que ponerme.

—¿Quien es tu pareja?

—Mateo Castillo —digo, en el tono más apagado que logro concebir. Ella tampoco debe saber la gran emoción que me produce todo el asunto.

—Ya veo —murmura, achicando sus ojos con sospecha.

—Mira, si no quieres hacerlo yo...

—Cállate y entra —interrumpe, abriendo más la puerta de su habitación para permitirme entrar.

Yo no entro mucho a la habitación de Clare, pero esta es mucho más grande que la mía en apariencia, claro que lo es por el montón de ampliaciones nuevas que le hizo al espacio. Su cama esta en una especia de podio, al ras con unas grandes ventanas que dan al camino de entrada de la casa, el resto de la habitación es más parecido a una sala en miniatura que a un cuarto de una adolescente.

Clare va directo a las segundas puertas francesas al costado de la habitación, abriéndolas de par en par y entrando dentro con paso firme. La sigo dentro y comprobé que su vestidor era también más grande que el mio.

—Es así de grande porque quite espacio del baño —explica al ver como media el espacio—, tengo un baño de tamaño miniatura ahora, pero toda mi ropa entra aquí sin mucho esfuerzo. De hecho, solo me queda un perchero por llenar. Veamos...

Empieza a recorrer la habitación, parando en ciertos percheros y seleccionando ciertas prendas de cada uno. Luego, para frente a una gran pared donde tiene todos sus zapatos y los observa por un rato hasta que se decide por tres pares diferente de tacones y botas y arroja todo en un burro con ruedas.

—Ahora, vamos a tu habitación —indica, empujando el burro hasta su habitación y luego, por el pasillo hasta mi habitación.

Abro la puerta para que entrara con la carga, que dejo en el medio de mi habitación, y se va directo a mi propio vestidor; pocos segundos después, sale con mi bata negra con plumas en la mano y me la tiende, sus ojos cargados de resolución mientras camina hasta el lugar donde me quede paralizada, junto a la puerta.

—Toma un baño para comenzar —ordena, poniendo la bata en mi hombro y empujándome al baño—, tal vez de burbujas para que te relajes. Te pondrás esta crema en el rostro al terminar de bañarte —dice, señalándome una crema de las que estaban olvidadas en el mostrados del lavamanos—, pero te lavaras el rostro con este jabón especial mientras te bañes, el pelo con este champú y este acondicionador. ¿Algún color de cabello que quieras usar? —pregunta, mientras revuelve en mis cosas.

—¿Plateado? —pregunto, aunque no estoy segura del porque.

—No —niega de inmediato—. Te queda fantástico pero ya lo usaste este mes.

—Azul entonces —digo, encogiéndome de hombros, ella es la jefa hoy.

Toma el spray de mi mostrador y deja los envases de productos que quiere que use en mis manos antes de salir por la puerta del baño.

—Veré que hacer con ese color. Date prisa, no estoy segura de cuanto tiempo disponemos para dejarte preciosa y deslumbrante.

.

.

.

Unas horas después, Clare me tiene sentada en el banquillo de mi peinador mientras da los toque finales a su obra maestra, rociando fijador en algunos de mis bucles mientras los sostiene con ganchos negros para el cabello.

Después de salir del baño me hizo darle todos los detalles sobre la noche, donde termino revelando lo importante que es para mi estar fantástica y me sorprendo un poco cuando Clare no parece sorprendida por saberlo. Supongo que yo siempre quiero salir de forma fantástica a donde vaya y por eso no le es algo sorprendente.

Escogió vestidos cortos, con muchos brillos y lentejuelas y que dejaban ver muchas zonas de piel, me hizo probarme cada uno mientras los iba descartando por una cosa o la otra. Al final me puso uno simple negro, sin ningún brillo o ningún accesorio de ese tipo, pero que resulta tan ajustado a mi figura que nadie se atrevería a llamarlo por algo más abajo de sexy. Los tirantes me dejan la clavícula y los hombros al descubierto, empezando a cumplir su función de sostener la tela en mi piel en los brazos y me llega a medio muslo.

Después de dar con el vestido correcto, Clare me hace ponerme unas medias negras con ligeros, que solo se asoman por el borde del corto vestido. Termina el atuendo con unas botas que me llegan algo más arriba de la rodilla y una cinta negra atada a mi cuello. Los pendientes plateados se enganchan al contorno de mi oreja y me pongo la misma pulsera con anillos en mi mano derecha después de que mi hermana la aprueba para el conjunto.

Ahora mismo esta rizando mi cabello en ondas grandes y descontroladas que enmarcan mi rostro, sosteniendo algunas con ganchos para cabello y fijándola con fijador para luego soltarla y que quede más marcada. Me maquilla de manera simple y pinta mis labios de un rojo manzana que destaca en todo el conjunto.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.