Amor a la medida

CAPÍTULO 1

— ¡Leyla! ¡Leyla! ¡Despierta! — Los gritos de mi amiga y los golpes en mi puerta provocaron que despertara — ¡Leyla! 

— ¡Ya te escuché Génesis! ¡Deja de gritar! — Vociferé desde mi cama 

— ¡Apresúrate!, el desayuno ya está listo, recuerda que hoy el día será demasiado ajetreado. 

— ¡Ya lo sé!, ya me levanto — Tenía una semana de estar en Australia, había iniciado una nueva vida en una nueva ciudad, estaba enfocada en ayudar a mi amiga y su empresa. Génesis, vivía en la misma casa que yo, junto con su novio Ethan. 

Me levanté y me puse un pijama decente, solía dormir solo en bragas porque me encantaba sentir las sábanas en mi piel, era tan delicioso dormir así, pero la presencia del novio de mi amiga tenía que tener mucho cuidado. 

Me lavé la cara y salí hacia la cocina, antes de llegar un olor delicioso me recibió. A Génesis le encantaba cocinar y lo hacía muy bien, yo también cocinaba, no tan bien como mi amiga, pero hacía lo básico. 

Al llegar a la cocina me encontré a Ethan abrazando a mi amiga, mientras que ella movía una sartén. Me sentía tan feliz por mi amiga, al fin tenía a un hombre a su lado que la amaba sin condición y pensar en hace unas semanas él se iba a casar con la hermana melliza de Génesis, una modelo exitosa, pero mi gordita se ganó su corazón y él terminó como loco por ella. 

— ¿Es que no tienen suficiente con la noche? — dije con sarcasmo 

— Buenos días, Leyla — saludó Ethan — y no, la noche no es suficiente para mi — le dio un beso en la mejilla a mi amiga y se sentó en la mesa, mientras ella servía. Nos turnabamos con Genesis para hacer la comida.

— Hoy será un día muy complicado, se elige el resto de personal para la empresa — mencionó mi amiga.

¡Al fin! Estos días habían sido de entrevistas, entrevistas y más entrevistas y hoy era el último día.

— Lo bueno es que soy muy buena para detectar patanes y zorras y nos hemos librado de unos cuantos — mencioné

— Pero creo que no te funcionó con Will… — se burló Ethan, quien al instante fue atacdo con una mirada reprobadora de mi amiga 

— No me tientes Ethan y no hagas que me arrepienta de haberte ayudado y entregado a mi amiga — amenacé — en esta casa no se menciona al innombrable…

— ¿El innombrable? — preguntó Ethan

— Así es como Leyla le ha puesto a W… a ya sabes quién… mejor cambiemos de tema ¿Estás segura que no quieres ser la imagen? — Inquirió Génesis 

— Estoy muy segura, quiero dejar de ser modelo — respondí — yo puedo hacer muchas cosas y encontraré el lugar perfecto en la empresa mientras tanto  iniciaré como su secretaria…

— Bueno, con relación a eso… Karen será mi secretaria y tú su asistente.

— ¿Por qué? — cuestioné 

— Solo es mientras tú logras adaptarte, eres inteligente Leyla y lo harás muy bien — Bueno Génesis tenía mucha razón, sabía muy poco de computadoras o llevar la agenda de alguien, creo que para empezar estaba bien.

— Solo te advierto que no prepararé café ni para ti, ni para tu novio. 

— Claro que no lo harás, porque tu café sabe horrible — se burló mi amiga.

Creo que era una buena oportunidad para mi, además no iba a encontrar algo mejor, ni siquiera tenía estudios universitarios y Génesis solo trataba de ayudar. Si quería demostrarle al mundo que Leyla que era mejor que una modelo, tenía que iniciar desde abajo. 

 

(...)

 

— Karea, ¿Dónde está el listado de los nuevos empleados? — pregunté a mi jefa, la secretaria de Génesis. 

— Está en el escritorio de la computadora — me indicó. Empecé a buscar en el mueble pero no encontraba nada.

— ¿Estas segura que lo dejaste aquí? no veo nada — inquirí. Karen soltó una carcajada que no comprendía. 

— Leyla, a esto también se le llama escritorio — me señaló la pantalla de la computadora — En este ícono puedes encontrar la información que necesitas — me sentía una tonta, una inutil, esto en verdad que era difícil para mi —. No te sientas mal Leyla, poco a poco irás aprendiendo — Karen era una mujer mayor, como de cuarenta y tantos, pero era muy buena, organizada y paciente, sobre todo eso.

— Gracias Karen, de verdad quiero ser útil en algo, no quiero decepcionar a mi amiga. 

— Estoy aquí para ayudarte, pregunta lo que sea. 

— Tengo una duda ¿Cómo es que estás aquí? recuerdo que leí tu currículum y era magnífico… 

— Bueno, la razón tiene nombre y apellido: Noah Hall, es el socio mayoritario y presidente de empresas Hall, una de las más grandes en lencería del país. Su padre estaba a cargo, pero al fallecer el tomó al mando la empresa, no voy a negar que es un buen líder y a sabido dirigir la empresa, pero despidió a las las personas con más tiempo laborando, según él porque necesitaba renovar a Hall Company

— ¡Eso es una estupidez! — reclamé — no puedes despedir así por así y sobre todo aquellos que han dejado años de su vida trabajando para ellos. 

— Lo mismo pensamos todos, pero no pudimos hacer nada, el pago todo y no tuvimos queja, pero nos quedamos sin empleo y cuando ví esta nueva oportunidad no dude en pedir trabajo.

— Ese tipo de seguro es un vejete que no aprecia el verdadero talento — dije enojada, me parecía que era injusticia para todos los empleados. 

— Noah no es un vejete, es un hombre muy joven y guapo y tiene un largo camino por recorrer, pero los rumores dicen que su amargura tiene una razón — no podía que me encantaba ser secretaria, te enterabas de tanta cosas y de fuentes confiables — resulta que el estaba casado con una modelo rusa, era muy guapa, la conocí en un par de ocasiones, Noah estaba muy enamorada, pero ella lo traicionó, se fue con su agente y él quedó como un total cornudo, su ego fue herido por completo y desde entonces no se le conoce alguna novia. 

— Pero los empleados no tenían la culpa, aún así me parece un estúpido sin corazón. Pero le agradezco que te haya despedido, porque ahora estás aquí conmigo y en la empresa de mi amiga, al menos eso puedo agradecerle. 




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