Amor, caos y suerte

+ Capítulo 17 +

Jueves 05 de noviembre 2016

—¿Qué quieres qué?

—Quiero que me lleves a la zona muerta.

—No va a pasar.

Camino por el pasillo sin prestarle atención… ¿Cómo seguirá Adam?

—Quiero ir, llévame —demanda.

—¿Y por qué?

—Porque... quiero divertirme.

—Uh, no. No va a pasar. Señorita, tú no vas a ir a la zona muerta. No es lugar para ti.

—Voy a donde se me da la gana, e iré contigo o sin ti, así que llévame Clover, punto. Estoy harta de la escuela, la casa, y demás, quiero ser una adolescente, me cansé de llevar las mejores notas a casa, ¿Sí? 

—¿Qué es lo que realmente quieres?

—Quiero… romperme un poco por mí misma, no quiero que los demás me sigan rompiendo.

Subo mis cejas por la sorpresa y río; la he entrenado bien.

—Cecile, no voy a llevarte a la zona muerta, punto. Tú madre me mataría y Porter probablemente me mandaría a China en pedacitos. No gracias.

—Joder, ¿Por qué no puedo ir si tú vas todo el tiempo?

—Porque...

—A un lado —dice Jenna, la mejor amiga de Jules, y empuja a Sophie. Se le caen los libros y veo la humillación en sus ojos

En los ojos Cecile nota cuanto quiero ir a ayudarla y me toma de la mano fuerte… Mierda, que miserable se ve Sophie.

—No intervengas.

Entro al curso con ella, e inmediatamente Cecile entabla una conversación con Petra quién apenas la mira a los ojos. A los segundos, Sophie entra al curso con sus ojos llorosos y los libros en sus manos, ¿Cómo cambiamos tanto?

Me siento inmediatamente veo que Sophie lo hace, cada uno de sus pasos es estudiado por mí, me interesa cada mínimo accionar. Ella solo sonríe cuando Jules entra al aula; sé que la idolatra. 

La antes mencionada me confunde, no la descifro. .Jules no es la típica Queen bee que te ataca sin razón; mientras no la desafiaras, no la molestaras o demás, ella no es más insoportable de lo normal. PutiJenna por otro lado, era una perra en cada segundo después desde ese desgraciado momento en que nació.

—Buenos días —su voz gruesa rompe mi pensamiento.

Hasta bailando la macarena su presencia haría temblar a todos.

—Días, porque bueno él —susurro. 

Cecile se carcajea y Petra aún con la cara contra la mesa, comienza a reírse. Me paro de mi silla y camino hasta su lugar. 

—¿Aún te duele?

Hace una mueca de dolor.

 —Ahora que te acercaste me duele aún más.

—Entonces, ¿soy un dolor recurrente?

—Podría decirse.

—Es un placer serlo.

—El placer no es mío, ¿Verdad? 

—En el fondo sabes que también es tuyo, ogro. 

Nos susurramos, y sus ojos miel me cuestionan algo que sabía que eventualmente lo haría.

—Recordé la contraseña de tu casa. Solo eso. Y quería desestresarme.

—¿Disculpa? —se ve desconcertado— ¿Tu manera de desestresarte es entrar en mi casa, verme en la ducha y hacer que casi muera?

—No, de hecho, es hacerte perder los estribos. El entrar a tu casa, verte en la ducha y que casi mueras solo son pequeños detalles.

—Entiendo, bruja ¿Planeas ser la causa de mi muerte?

Su sonrisa se me clava en el pecho como una flecha, como una daga.

 —Planeo ser tu caos, que eso provoque tu muerte… pues ajá.

Sonrío de ver cómo le brillan los ojos, ¿Se le pasó el berrinche de ignorarme?

"Luego de las clases, vayamos a Kummary’s.

—Asher."

+

Caminamos hasta una de las mesas. Kummary’s  es más un café qué restaurante, informal y cálido, hogareño también. Estamos las Russo, mi hermano y sus dos amigos y las dos amígdalas.

—Gracias por invitarnos, Demien —dice Hailey con una sonrisa.

—¿Así que yo las invité?

Siento cuando Asher golpea con el hombro a Demien.

—Quiero decir, ¿Cómo no las invitaría? Somos compañeros, es lo que los compañeros hacen.

La mesa era triangular. De un lado están Petra y Cecile. De otro Hayes, Gael y Demien. Del otro yo, Asher y Hailey.

—Iré al baño, ya regreso.

—¿Quieres que te acompañe? —le cuestiona Hailey a su amiga.

—No, será rápido.

Adalia, una compañera de clase, que trabaja medio tiempo aquí se acerca a tomarnos la orden. Kummary es una señora ya mayor de Haití, según tengo entendido había conocido a Adalia y decidió darle empleo en su lugar.

—Té de manzanilla, por favor—pide Asher.

—Yo quiero una coca cola sin azúcar —dice un poco nerviosa Hailey; supongo que por estar sentada al lado del rubio. Esa chica no deja de mirar a Asher.

—Café —levanta la mano Demien.

—Jugo de mango —pido.

—Agua —pide Cecile.

—Yo quiero una soda normal —dice sin importancia mi hermano.

Adalia anota todo con una sonrisa.

—¿Petra? ¿Gael? 

—A Petra le gusta el jugo de cereza y a Gael el de tamarindo.  Eso estará bien —dice Hayes.

Lo miro. 

—Hayes al parecer está muy pendiente de lo que les gusta a esas chicas —suelta Adalia entre risas.

—Solo dije eso, no es nada —miente mi hermano—. Mierda, ¿Ahora uno no puede intentar ser un buen compañero?

—Cuanto compañerismo, debo decir —dice Asher con su manera peculiar de tentar a los demás amablemente—, ¿Cuál es mi jugo favorito?

—¿Qué sé yo?

Nos reímos.

—Yo... no quiero jugo de cereza —susurra Petra mirando a Adalia apenada—, puede ser solo agua.

Sé que no se lo toma por Thomas, pero, ¿Yo… dejar de comer por una persona? ¿Con lo que amo comer?

—Bien —Adalia corrige todo—, ¿Qué quieren de comer?

Cecile levanta la mano —Puede ser pastel de chocolate, para todos, ¿Bien? 

Asentimos.

—Gael es alérgica al gluten, celíaca. No puede comer pasteles normales.

Mierda, sí que cuida a Gael…

—Okey... Entonces pastel de chocolate para ustedes. Tenemos un especial de bizcocho frutal sin gluten.




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