Amor, caos y suerte

+Capítulo 30+

Sábado 10 de diciembre 2016

Clover

—¿Qué se supone que hacen aquí?

—¿No sabes qué día es hoy?

—¿Es importante? —pregunto irritada cerrando los ojos e intentando volver a dormir.

—Sí, es mi cumpleaños —dicr una voz. 

No era Cecile, no era Petra, Demien, Asher o Hayes, porque el último es mi gemelo, así que al final del día no es alguien importante.

—Felicidades —digo—, ahora largo quien quiera que seas.

—Clover, levanta tu culo ahora o voy a llamar al profesor Henderson y le enseñaré tu poesía de niña.

Abro los ojos.

—No te atreverías, Hayes.

—Tengo una copia de ese libro, así que…

—¡Bien! 

Me levanto y miro alrededor de mí, está todo el grupo, las Russo y los chicos, pero también están las amígdalas infectadas, Hailey y Gael. 

¿Qué hacen estas chicas aquí?

—¿De quién es el puto cumpleaños?

—Mío… —Hailey levanta su mano con pena.

Hailey y Sophie se llevarían bien…

—Con lo mucho que me agrada Hailey —murmullo.

—Lo siento  —se disculpa, pero la verdad se ve sonriente.  

—Tuvieron todo el día —voy a lavarme la cara en el baño—, ¡Pero vinieron a despertarme para una tonta pijamada ahora? ¡Son casi las once!

+

—¿Es su hermano? 

Cecile le da zape por detrás de la cabeza.

 —Por enésima vez, Hayes, no, no es su hermano ¡Es su hermanastro!

—Cher y Josh tienen el mismo padre —vuelve a decir mientras come palomitas.

—No tienen el mismo padre —intervengo cansada —. Josh es el ex hijastro del papá de Cher. No es su puto hermano, Hayes, entiende.

—Pero…

—¡Qué no! —le gritamos todos. 

Clueless nunca había sido tan estresante. 

—¿Dionne…?

—Hayes, ¿Cómo te puede dar tantas dudas una película de los noventa que es apta para todo público? —pregunta divertida Gael.

—Solo quiero entenderla —le responde mi hermano sonriendo.

Se miran y ríe, en sus carcajadas un poco de su cabello se desencaja y Hayes delicadamente devuelve el rizo a su lugar.

Ella se sonroja como todo un maldito tomate.

—Así te ves con Adam —dice Petra susurrado.

—Pero más tóxico —añade Demien.

—Claro que no.

—Clover, todos lo sabemos  —interviene Asher.

Miro al rubio.

—¿Tú también, Ash? Creí que eras mejor que ellos.

—No lo culpes —responde Hailey—. Tú y Adam son el shipp del momento.

—No… —la miro.

—Toda la escuela habla de ustedes —añade Gael—. La mayoría dice que están juntos, y un rumor dice que Adam perdió una apuesta, Jenna es la precursora de ese rumor; se le ve muy enojada.

Jenna es la sobrina de Violet, así que… que se joda.

—Me imagino que cosas dirán —golpeo el hombro de Cecile.

—Toda la escuela quiere saber qué sucede entre ustedes.

—Es muy raro que Jules no haya venido a averiguar de esto. Digo, cuando cosas así pasan, Jules suele meterse a investigar. No puede controlar su nariz.

—Es cierto —responde Asher—. Es raro, Jules es rara estos días.

—Yo la encontré vomitando en el baño hace unos días —añade la cumpleañera.

—¿Por qué no habías dicho nada, rubia? —le reprocho mientras golpeaba su hombro —Chisme así se cuentan.

—¿Creen que esté embarazada? 

Cecile al parecer sigue preocupada por su antigua amiga.

—¿Marlon no te ha dicho nada? Es de su hermano después de todo…

—Marlon no me ha hablado nada estos días… está distante…

—Oh, no. Es mi cumpleaños, nada de volver a momentos tristes. Caray, no. 

Ellos siguen hablando. Y yo me voy a una conversación que está mejor que esta.

Adam me está contando su día. Ha estado en la empresa de su padre todo el rato, firmado acuerdos, estudiado casos y presentándose a colegas. 

Me manda una foto de él en traje.

Sí que se ve bien… Tremendo hombre es.

—¿Clover? 

—¿Aja?

—Dame tu bowl, para llenarlo de palomitas —me ordena risueño mi hermano.

Niego. Sigo mi conversación.

Se está poniendo más interesante desde que le dije que quería quitarle ese traje… Yo lo amarraría con esa corbata. Es una opción.

Cecile me sacude fuerte y salgo de mi burbuja.

—¿Qué coño?

—¿No quieres palomitas? —me pregunta.

Miro mi plato.

—Sí, sí quiero —está vacío.

—¿Entonces por qué les dijiste a Hayes y a Gael que no querías?

¿Eso es lo que me había preguntado?… Rayos.

—Iré por más. 

Siguen viendo esa película y voy a buscar más palomitas a la cocina. 

En el pasillo de la cocina alcanzo a escuchar la voz de mi hermano.

Chisme.

—Extrañaba todo esto.

Subo mis cejas. 

—¿Qué, Hayes? —pregunta ella tierna, logro verla poniendo las palomitas en el microondas.

—Nosotros… viendo películas, riendo… cerca.

Mi hermano se apoya en la isla con los pies cruzados, la contempla mientras ella no para de reír levemente.  Ella tiene un hermoso vestido rojo corto, tipo pijama. Se ve bonita, lo admito.

—Es como en los viejos tiempos. Como aquel verano.

—En aquel verano nunca veíamos las películas —responde ella.

Mi hermano se ríe mirando el suelo. 

—Tienes razón, veía todo menos las películas.

—Yo sí quería verlas, eras tú que no me dejabas.

—Yo quería verte a ti —le dice—, y quería…

—No lo digas —se sonroja.

Gael parece ser abatida por los recuerdos y mi hermano por la lejanía.

—Se sintió… bien, esto de ver las películas. Si pudiera viajar al pasado nos haría ver las películas en vez de…

—No, gracias, las cosas que hicimos en esos momentos son cosas que jamás cambiaría por nada —dice él —Tu cuerpo es lo que podría ver toda mi vida y siempre me mantendría el suspenso.

Gael se sonroja.

—Aunque sí hay algo que cambiaría…




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