Miércoles 14 de diciembre de 2016
Adam
FINAL
—Adam, no me jodas, ¿escuchaste que ella dijo que vio a la Violet?
—Sí, ¿Y tú escuchaste que ella dijo que no quería nada serio?
—¡A mí qué me importa! ¡Renunciaste a tu trabajo por ella, no es como que podrías perder algo más!
—Lissy, no me importa, leí tus tres mil mensajes, sigue sin importarme.
—¡Violet!
—Respira, Liss.
—¡Violet!
—¿Solo eso vas a decir?
—¡Con Violet, Adam!
—Estaba estresado, soltero, borracho y herido. ¿Qué querías que hiciera?
—No acostarte con esa mujer, tú y yo bien sabemos que ella solo significa estupideces.
—¿Por qué siempre has detestado a Vi, Lissy? —le pregunto con risas, y es que es cierto —Ya es personal.
—Claro que es personal.
—Solo fue con Vi porque ella me conoce, ¿Sí?
—Ella te conoce, ¡Y yo sé cada maldita mierda de tu vida!
No entiendo a dónde va la conversación.
—¡Violet!
—Sí, Violet.
—Entendí que amaras a Clover, ¿Pero que volvieras a Violet?
Me quedo callado mientras masajeo el puente entre mis ojos por el estrés y cansancio. Todo lo que pasó antes de anoche podría ser mi momento más bajo en la vida… y eso solo por recordarla llorando.
—Si querías desahogarte… yo te conozco mejor que Violet.
—Pero te respeto demasiado, Lissy.
—¿Entonces a ella no?
—Sí, pero ella tú eres mi mejor amiga y mi primer amor. ¿Entiendes? Y algo así pues… despertaría lo que ya encerramos. Con Violet ni en mil años podría volver a sentir algo. No quisiera despertar eso que nos tardó tanto en dormir.
—Nunca se durmió.
Lissy corta la llamada.
—Adam…
Mierda.
Salgo de mi cuarto para ir donde Violet. Está sentada en el sofá usando unas de mis camisas, ¿Clover la había visto así? Sonrío al saber que eso debió dolerle y luego hago una mueca sabiendo lo mismo… Mierda.
No me da placer saber que le causé el mismo dolor de verla con ese chico en el bar.
Violet comienza a saltar en el sofá a mi lado, aunque está de rodillas en él, y me cuenta de un estreno que la tiene emocionada. Algo que la llevaría a Londres y que estaríamos ambos si tomaba el trabajo en la universidad…
Ella no sabe que yo dejé ese trabajo y esa oferta por Clover.
—¿Cuándo ibas a decirme que Clover vino? —le corto su algarabía..
—¿Quién? —debo admitir que buena actriz si es, porque jamás pensaría que me miente con esos ojos tan “sinceros” —No recuerdo a ninguna Clover.
Respiro profundo.
—Mientras estuve fuera, vino una chica de pelo verde y puntas negras, ¿Verdad?
—No lo sé, estaba recién despertada, así que no sé si su pelo…
—Violet, responde —le ordeno sin paciencia.
—Ella me pidió que no te dijera, Addie —termina por admitir.
—Y tú tan obediente —le respondo cínico.
—Nunca te ha molestado eso…
Mierda.
Mi teléfono vuelve a sonar.
—¡Hola!
—Hola —respondo—. ¿Qué necesitas, Shawn?
—Jules no aparece y Anker anda como loco —dice muy atareado—. Así que solo quería saber si la has visto. Andamos todos los lugares que frecuenta, ninguna de sus amigas sabe dónde está. No contesta el teléfono, no sabemos nada. Adam, Julie podría estar en peligro. Milo tampoco se sabe dónde está.
No tengo espacio mental para ofrecerle a Jules, seguro está en algún motel con Milo ¿Qué sabía yo?
—¿Cómo la voy a ver, Shawn?
—Eres su… oh, verdad que ya no eres profesor.
Corto.
El teléfono vuelve a sonar.
—¡¿Qué?!
—Disculpa, ¿Por qué me subes la voz?
—¿Papá? —alejo el móvil y sé que es que sí es su número.
Mierda, creí que era Shawn otra vez.
—No me tiene guardado… Madre mía…
—Sí te tengo guardado, solo no lo leí antes de contestar.
No, no lo tengo. Solo tengo su número.
—Necesito que vengas. Como siguiente CEO de Henderson Publicity tienes que conocer la sucursal que haremos en el extranjero, así que llega.
¿Qué mierda?
Me corta.
—¿Me prestarás atención ahora, Addie?
Guardo el teléfono de mi padre.
Suspiro.
El cansancio mental me está matando.
—No puedo ahora, Violet ¿Puedes retirarte, por favor?
Ella me mira a los ojos.
—¿Retirarme? Esperaba que viéramos una película, ya sabes, podría cocinar algo para ti…
—Violet, dejamos en claro los términos anoche, ¿Verdad?
Asiente.
Se levanta y antes de darme la espalda me mira fijamente.
—Addie, no siempre voy a estar esperándote…
No dice nada más.
Bajo la mirada y sonrío ladinamente. La veo deambular por mi casa unos segundos hasta irse. La castaña cada cierto tiempo me mira. Sus ojos se ven dolidos. Con lágrimas en ellos. Me lastima hacerle esto, y es mi culpa. Debí cuidar más sus sentimientos y no permitir que tuvieramos ese acercamiento.
—Mierda… —me echo al sofá.
A salir otra vez.
Esto de prepararse para tomar la empresa no es tan sencillo cómo creí. Es estresante, demasiadas reuniones, demasiadas responsabilidades, cuentas y demás.
Mi vida se ha tornado más y más complicada.
Este mismo año, mirando mi vida el 31 de octubre, mi vida se debatía entre ser profesor y volver a casa a tomar cerveza y ver las noticias; eso me hacía feliz. Pero no, la bruja tenía que venir y zarandear toda mi vida. Y sí, tenía yo que dejarle zarandearla, romperla, reconstruirla, y lo que sea que sea este punto de mi vida, en el que he dejado mi empleo, tomado la empresa, movido toda mi existencia, plasmado un futuro, hablado con mis padres y tenido todo un plan para poder estar con ella.
Como sea, entre la espalda, la cabeza y los pies no sé qué me duele más. Ah sí, el corazón.
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Editado: 30.09.2023