Amor de mafiosos

Capítulo 2

Maxim

 

Meto el automóvil debajo del cobertizo y miro el reloj de forma automática. Faltan dos horas para el final del turno. Yo mismo me asombro. No debería interesarme cuándo comienza el turno y cuándo termina. Debería interesarme el estado de la caja registradora, y hoy es excelente.

Entro en la casa, tiro la chaqueta en el sofá y voy a la ducha. Hay una sensación de algo inconcluso en el día de hoy y  estoy tratando de definir qué es. ¿Dinero? No. Alex llamará a Timur y Bagrov recogerá la caja. No es eso lo que me inquieta. 

Los chorros de agua enjabonada hacen espuma a mis pies y formando un remolino fluyen hacia el desagüe, pero no pueden librarme de los pensamientos confusos. La chica con el pelo revuelto en la mano y los ojos asustados no me sale de la cabeza.

Cierro los ojos y meto la cabeza bajo los chorros de agua caliente y veo su pelo largo capaz de volver loco a cualquiera, su hermoso trasero cubierto de unos pantalones cortos negros, y luego sus piernas infinitamente más largas.

No sé de dónde sacó Alex a esta chica, sólo que casi  tropecé con la puerta al verla. Allí, todos se quedaron encantados con ella. Y cuando la chica se dio la vuelta, nos quedamos aturdidos. Realmente parece una muñeca: sus ojos son grandes, sus labios carnosos y su rostro cincelado.

La sangre fluye hacia abajo. Ahora estoy seguro de que no podré quedarme dormido. No iré a la ducha, no me gusta molestarme, para eso Dios creó a las mujeres. Y no hay necesidad de activar las propias manos.

El Flaco, grosero como de costumbre. Podría haberle cerrado la boca yo mismo, pero me resultaba interesante ver como ella se las arreglaba sola. Y al flaco le rompieron la jeta como se merecía. Lo hizo Bagrov.

Por supuesto, nadie le dejaría llevarse a la chica por la fuerza. Pero yo le di la señal de no intervenir a Timur. La chica es hermosa, con tal apariencia, cada segundo hombre tratará de ligarla. O simplemente cada hombre. De la forma que se comporte dependerá si se puede quedar en el turno.

La cuestión es si el establecimiento necesita esa fuente de problemas potenciales. O es un dolor de cabeza, en esto el Flaco tiene razón.

Le doy la vuelta a la almohada, extiendo la manta, pero el maldito sueño no llega. Me gustaría levantarme para fumar, pero me prometí dejar la fuma y no quiero incumplir las promesas que hago.

Por cierto, ella pudo dar su consentimiento y nadie hubiera podido decir nada, pues hubiera sido por acuerdo mutuo. Y la chica sorprendió, encontró una salida bastante original, pidió mi ayuda. Me gustó.

Por supuesto que estaba asustada, pero no lo demostró, hizo de tripas corazón. Estoy acostumbrado a que me teman, creo que eso es totalmente normal. Pero fue desagradable ver el miedo en sus ojos, y eso fue una revelación para mí.

El segundo descubrimiento fue que me enamoré de ella. Lo sentí cuando su talón se torció y comenzó a caer sobre mí. Normalmente me controlo en cualquier situación, así que esta reacción de mi propio cuerpo fue una sorpresa. Desagradable, por supuesto, aunque no mortal. Y mucho más no me gustó que Bagrov se enamoró de la chica.

Trato de dormir, cubro mis ojos con el codo. Y siento su aroma. Esto es brutal. Volteo la almohada de nuevo. ¿Podré dormir hoy o no?

Su olor me cautivó allá, en el pasillo. Sutil, burlón. Quisiera hundirme en su cabello, encontrar su cuello con los labios. Tuve que meter las manos en los bolsillos lo más profundo posible.

Mis relaciones con las mujeres están bien definidas desde hace tiempo en determinados marcos. Cuando surge la necesidad, se suben a un taxi y vienen, cuando la necesidad desaparece, para mí no existen. Prefiero a las prostitutas, con ellas nunca hay problemas.

Y de pronto surgen sensaciones extrañas y olvidadas que no esperaba de mí.

El juego nos distrajo a los dos. La chica estaba nerviosa, pero en general lo hizo bien. La técnica no es refinada, como ella dijo tratando de bromear: solamente dos semanas de experiencia.  La pulirá.

Bueno, ¿por qué estoy pensando en otra técnica? ¿Qué hacer?¿llamar a una prostituta a las cinco de la mañana?

Por cierto, no está claro cuál fue su reacción a la pregunta sobre el hombre. Aunque pude no preguntar, cómo mismo no pregunté su nombre. Porque al pasar unos minutos lo sabía todo sobre ella.

Diana Areeva,¡Vaya, Diana! No le queda bien el nombre, suena demasiado adulto. Dina está mejor, aunque Dina es otro nombre muy diferente. Estudiante de segundo año de la Facultad de economía. Vive con su madre en los quintos infiernos. Yo nunca he estado en ese barrio. Pero no sale con nadie.

Hay que averiguar más sobre ella, con quién salía, si tenía novio. Una chica demasiado bonita. Y bien puede ser una espía …

Miro mi reloj: las cinco menos cuarto. ¿Por qué no puedo dormir? Me vuelvo hacia el otro lado, regreso a la posición anterior. Después de otro cuarto de hora, me levanto, me visto, tomo café, me subo al coche y me dirijo al Pixel. 

***

Dina

 

Me quito los zapatos y me derrumbo en el sofá completamente agotada.




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