Capítulo 5
Pov Sofía
No tuve más opción que aceptar acompañar a Alonso a la dichosa fiesta, pero lo que me preocupaba era pedir permiso en mi trabajo de medio tiempo y de dónde demonios conseguiría un vestido decente como lo digo el idiota de mi jefe, juro que si no necesitara que me ayudará a recuperar a mi hijo le hubiese mandado al demonio.
Respiro profundo y voto todo el aire que inhale para tomar valor, necesitaba llamar a Cielo mi mejor amiga de la universidad que deje de lado por indicaciones de Álvaro y ahora me arrepiento de haberlo hecho. Me sentía una sinvergüenza llamándola solo porque necesitaba de su ayuda, cruce los dedos esperando que contestara mi llamada.
Sofía: ¿Cielo?
Cielo: ¿Sofía eres tú?
Sofía: Sí.
Me quede en silencio y cielo también, no sabía cómo decirle las cosas.
Cielo: Me alegro que me hayas llamado Sofí, estaba preocupada por ti. Eres una mala amiga, cómo no me llamaste para avisarme que tus padres fallecieron.
Sofía: Lo siento mucho Cielo, yo me siento muy apenada.
Cielo: Iré a tu casa hoy en la noche quiero saber todo lo que sucedió en tu vida y con el idiota de Álvaro.
Sofía: Esta bien.
Corte la llamada sintiéndome un poco feliz de que Cielo no me recriminara nada más. Hoy era mi día de descanso en mi trabajo de medio tiempo, pero como demonios haría mañana para que mi jefe me cambiara de turno. Mientras iba en el bus escribí a mi jefe suplicándole que por favor me cambiara el turno ya que tenía que ver a mi hijo que no lo veía hace mucho tiempo, agradecí a la vida cuando vi su mensaje donde decía está bien, solo por esta vez puedes venir en el turno de la mañana. Como loquita comencé a besar la pantalla de mi teléfono.
Llegue a mi barrio, mi viejo barrio que me recordó mis momentos más felices con mis padres y también con los chicos.
—¡Sofía…!
Me giro al escuchar el grito que proviene desde atrás, dejándome ver a un Héctor más animado quien corre a saludarme con un fuerte abrazo. —Hola Héctor.
—Sofía me alegra verte y saber que estás trabajando, mi abuela me conto y pues yo también comencé a trabajar para ayudarte en todo lo que necesitas.
—Muchas gracias Héctor —digo tomándolo de la mano.
—¿Cenamos en casa con mi abuela?
—Me encantaría, pero no puedo porque mi mejor amiga está en camino y quiero prepararle algo para que comamos juntas.
—Entiendo. Te acompaño a casa entonces.
—Primero a la tienda y luego a casa —digo mientras le sonrió, me alegra ver a Héctor más restablecido. En el pequeño trayecto me comenta que ya tiene un nuevo trabajo y que también está acudiendo con especialistas para tratar su problema con el alcohol.
—Gracias por acompañarme —digo mientras abro la puerta de mi casa.
—Gracias por nunca abandonarme Sofí, gracias por nunca rendirte conmigo. Ahora yo seré el que estaré para lo que tu necesites.
—Gracias Héctor, nunca hice lo que hice esperando que me dieran algo a cambio. Sabes que lo hice porque te quiero como un hermano.
—Sofí…
—Cielo —digo levantando la cabeza encontrándome con la peli negro de ojos oscuros como la noche que me sonríe con mucho entusiasmo y corre a abrazarme fuertemente, yo la abrazo con la misma intensidad. Sí que me hacía falta tener a mi mejor amiga a mi lado y yo por estúpida la había abandonada.
—Nos vemos Sofí.
—Gracias por acompañarme Héctor —digo y me despido con un beso en su mejilla e ingreso a casa con Cielo.
Mientras cocino voy comentándole a Cielo todo lo que paso y como mi vida termino patas arriba, que al final terminé sola y no tuve ni tiempo de llorar la muerte de mis padres porque ahora debo ser fuerte para recuperar a mi hijo que es lo único que me quedaba en la vida.
—No estás sola, me tienes a mí —dice Cielo mientras me abraza y por más que me esfuerzo en no llorar delante suyo termino por hacerlo, lloro desconsoladamente.
—Llora… déjalo salir —puedo escuchar en susurro mientras acaricia mi espalda,
Después de haberme desahogado y de tranquilizarme recién nos pusimos a comer, le conté que estaba trabajando para el buffet de abogado de los Corona y que Alonso Corona me ayudaría para recuperar a mi hijo.
—¿Y qué te pidió a cambio?
—Pues nada. Lo está haciendo por caridad y porque se conmovió con mi historia miento.
—Es raro que un riquillo como ellos quieran ayudarte, yo trabajo como secretaria de su mejor amigo Jack Carranza y nunca escuche decir que ellos hagan cosas por caridad dice Sofía haciendo comillas con las manos.
—Amiga mírame, ¿crees que pudiera sacar algo de mí?
—No lo sé, es demasiado raro.
—Olvidemos eso más bien quiero pedirte un favor —digo agachando la cabeza y mordiéndome los labios por vergüenza.
—Habla sin miedo Sofí, ¿Qué necesitas?
—Puedes rentarme un vestido ya que no tengo nada adecuado para acompañar al evento a mi jefe y pues tampoco tengo el dinero para comprarme uno.
—Eso no es un problema, yo también estaré allí mañana. Debo acompañar al idiota de mi jefe.
—Gracias Cielo, siento que no merezco tu amistad. Me porte tan mal contigo.
—No recordemos esas cosas, ahora estamos juntas y nunca más nos separaremos. Recuperaremos a mi sobrino que muero por conocerlo.
—Es un hermoso mi niño —digo con mis ojos llenándose de lágrimas al recordar que llevo sin verlo muchos días y juro que me volveré loca si no lo recupero pronto.
—Tranquila, sé que pronto tendrás a tu hijo contigo —consuela Cielo mientras seca mis lágrimas.
Sofí debes saber que Álvaro estará en esa fiesta mañana, así que te pondré muy guapa para que ese imbécil se arrepienta de haberte lastimado y que mejor que te aparezcas con ese bombón que tienes por jefe.
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Editado: 06.05.2022