Capítulo 7
Pov Alonso
—¿Qué demonios haces Alonso? —me pregunto mientras pido al barman que me sirva un vaso de wisky. No sé por qué demonios acepte encontrarme con el idiota de Álvaro quien pidió para reunirnos.
Vuelvo a mirar el reloj y falta unos diez minutos para la hora pactada, llegue antes porque tenía mucha curiosidad por lo que tenía decir y sobre todo saber qué demonios está buscando.
—Buenas noches Alonso.
Sin necesidad de girarme a ver su cara respondo a su saludo mientras este se acomoda a mi costado. —¿Qué querías hablar conmigo? —pregunto seco y cortante.
—Un vaso de wisky por favor —escucho decir a Álvaro mientras se gira a verme a la cara.
No sé porque razón te estas metiendo en el problema que tengo con mi esposa, pero te advierto que no lograras conseguir nada más que hacer el ridículo.
—¿Para eso me citaste? —pregunto con desgana, ahora me estoy arrepintiendo de haber venido a reunirme con este idiota que solo me está haciendo perder su tiempo.
—Solo quería advertirte que no te metas en mis asuntos. Sé que te estas acercando a Sofía para vengarte de lo que paso en la universidad, pero eso paso hace muchísimos años y cuando éramos jóvenes ahora somos personas adultas y me parece un juego bastante tonto que quieras hacer algo así a estas alturas.
—Si yo me quiero acostar con tu aún esposa es mi problema, si yo me quiero representarla legalmente también es mi problema, en resumen, lo que yo haga con Sofía es problema mío y de nadie más.
—Así que al final solo te acercaste a ella porque quieres vengarte de algo que paso en la universidad, pero déjame decirte que no me importa si te acuestas o no con Sofía al final de cuentas ella tiene otro amante así que adelante no me importa, pero eso si te advierto que no pienso ceder la custodia de mi hijo.
—Sonrió ante su comentario. Bueno, sino te importa que Sofía sea parte de mi venganza pues si te importara que esto llegue a la prensa, me gustaría leer esos titulares de la prensa rosa y como tu familia estaría en la boca de todos.
—No te atrevas.
—Pues si me atrevo y créeme que todos se enteraran cuando me lleve a tu mujer a la cama, sabrás que se siente cuando se meten con algo tuyo. A mí no me intentes engañar que Sofía tiene un amante porque no lo creo más bien creo que todo esto no es más que una treta que tú y tu familia están montando para dejarla en la calle.
—Seguro con su cara de santa te convenció, pero no es mi problema si te dejas engatusar por ella. Ya estas advertido Corona, nos vemos en los tribunales y espero no hagas el ridículo como en la universidad —advierte Alonso, deja pagando su trago y se va.
—Espera noticias mías —grito sin girar a verlo. Ahora más que nunca tengo ganas de cabrear a este imbécil y sobre todo disfrutar de su mujer. Debo hacer de todo para conseguir acercarme a Sofía de una forma más íntima, el beso fue el primer paso y ahora es mi meta llevármele a la cama cueste lo que cueste. Pago los tragos que consumí y me retiro a casa, creo que es momento de mudarme de casa.
Los días pasaron súper rápido, Sofía está demasiado distante para mi agrado y así no hay forma que yo pueda hacer algo para acercármele de la forma que quiero.
—Buen día jefe —saluda Daniel al ingresar.
—¿Hiciste lo que te pedí?
—Sí, pero Sofía no acepta el departamento y no hay poder humano que la pueda hacer cambiar.
—Le dijiste que es fundamental que se mude a un lugar más decente, le dijiste que juega un papel muy importante que ella presente condiciones óptimas donde puede vivir con su menor hijo.
—Se lo dije, pero no acepta que le demos un departamento. Dice que conseguirá un lugar decente por su propio medio que suficiente tiene con que la estés ayudando.
—¡Maldita sea! —gruño estampando mi mano sobre el escritorio.
—¿Estás haciendo todo esto solo por vengarte de Álvaro o hay algo más?
—¿A qué te refieres con algo más? —pregunto a la defensiva.
—Estas demostrando demasiado interés por Sofía, interés que no mostraste por ninguna otra mujer desde lo que paso con Álvaro y espero que no termines perdiendo tu propio juego, sabes que eres como mi hermano y no quiero verte lastimado nuevamente.
—Estas demasiado sensible Daniel, solo es venganza. No podría enamorarme de alguien como Sofía —dije lo segundo más bien para ponerme claro porque no debía enamorarme de ella. No quería reconocer que esa mujer me estaba moviendo el piso más de lo que me atrevía a aceptar.
—Bueno, espero estar equivocado. Me pondré en marcha con el tema de tu departamento.
—Está bien, por favor dile a Sofía que pase un momento.
A los minutos aparece Sofía. —Si es por el departamento que me mando a llamar desde ya le advierto que no lo quiero y mucho menos lo necesito.
—Por favor Sofía siéntate que debemos hablar, es muy importante para el juicio.
—Ya me lo explico Daniel y creo que no es necesario que usted me dé un departamento, puedo buscar un lugar para vivir sin necesidad de su ayuda.
—Pero Sofía.
—Discúlpeme licenciado, pero ese tema no está a discusión.
Suelto un suspiro de resignación, «con esta mujer no se puede, más terca que una mula». Bien, si así lo dispone así será, por favor trate de mudarse antes que empiece la primera cita.
—De acuerdo licenciado así será, sino me necesita para algo más procedo a retirarme para seguir avanzando con el trabajo. Por cierto, le envié un correo por un caso en particular que lo estaba atendiendo su padre, pero como ahora no está él desea que el caso lo vea su persona.
—Entiendo Sofía, lo reviso.
Después que Sofía salió me quede pensativo en todo lo que estaba haciendo, no sé en qué momento esa mujer se coló en lo más profundo de mi ser y yo no estaba dispuesto a aceptarlo, mucho menos demostrarle esa parte a Sofía. Respiré profundo y busqué en el ordenador una empresa que ofrecía el servicio de arreglos florales a domicilio. Ordené un ramo de tulipanes rojos y pedí que colocaran el seudónimo “admirador”.
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Editado: 06.05.2022