Capítulo 9
Pov Alonso
Al parecer mis esfuerzos por complacer a Sofía no era lo suficiente notorio para que ella se diera cuenta de que me importa y me preocupo por ella, no entiendo cómo demonios me metí en todo este lío. Me sentí como un imbécil al darme cuenta que me había acostado con Débora solo para conseguir que ella me trajera al hijo de Sofía, tuve que contarle que yo la iba a representar y estaba dispuesto a todo por conseguir ganar caso, al principio dudo sobre lo que le decía y tuve que ser más convincente para que ella se creyera el cuento que todo lo hacía por mi honor y prestigio ya que nunca había perdido un caso, sobre todo no estaba dispuesto a perder nuevamente con su hermano y por eso había tomado el caso. Como era de esperarse Débora es una mujer guapa con el cerebro más pequeño que el de una hormiga.
Aun retumbaba en mi cabeza las palabras de Débora, «si las cosas se complican con mi hermano, estoy dispuesta a declarar a favor de Sofía para que pueda tener a su hijo con ella siempre y cuando tú te cases conmigo». Agradecía a los cielos que mi hermana Marian no fuera ese tipo de personas, que era capaz de traicionar a su familia por su propio beneficio, pero que podía esperar de la familia Reyes.
Observe a Sofía compartir con su hijo y era la primera vez que me detenía a pensar sobre los hijos, estaba próximo a cumplir treinta años y aún no tenía una novia, mucho menos había pensado en la posibilidad de tener hijos, pero ahora era diferente, quería ser padre, quería tener mi propio hogar y unos niños corriendo a mi alrededor, pensé que Álvaro era un grandísimo idiota por dejar a una mujer como Sofía.
En ese momento suena mi celular y me doy cuenta que es Daniel. —Dime Daniel, ¿encontraste algo? —pregunte.
—Sí, encontré muchas cosas interesantes, pero que pretendes hacer con esa información —pregunto a través del aparato.
—Pues dependiendo que tan interesante sea, veré como utilizarlo a mi favor —respondí mientras sonreí de costado y clave mis ojos en lo que se encontraba haciendo Sofía y su hijo, mi corazón comenzó a latir desbocadamente, esta tan acelerado que podía escuchar el sonido que hacia mi corazón al ver como ella bailaba con su hijo y le sonreía tan ampliamente.
—Alonso… ¿estás ahí? —el llamado de Daniel me saco de mi momento de transe y disfrute. —Estoy aquí, el lunes vemos esas cosas en la oficina.
—Bien. Buen fin de semana —se despidió Daniel y corto la llamada.
Deje el teléfono de lado y baje hacia el pequeño jardín donde se encontraban. —¿Interrumpo? —pregunte desde el marco de la puerta corrediza, haciendo que ambos me miraran y me sonrieran.
—No tío… ¡Gracias por ayudarme a estar con mamá!
—Me quede sin palabras al escuchar al niño… «¿Yo, su tío?» me pregunte internamente y observe fijamente a Sofía quien me miro y sonrió apenada.
—Mi amor quédate jugando un rato aquí, tengo que hablar con el tío Alonso y a prepararte un jugo —la escuche excusarse, al pasar por mi lado sentí su mano tomar del mío y jalarme hacia adentro, su solo tacto hizo que todo mi cuerpo se estremeciera y mi corazón latiera como un loco.
Se soltó de mi agarre y yo me quede viendo como un idiota la mano que ella me había tomado, perdí la noción del tiempo en ese momento, levante la mirada y acorte la distancia con ella, podía ver sus labios moverse más yo no escuchaba nada de lo que decía. No pude aguantarme más y cubrí su boca con mis labios, introduje mi lengua y saboreé su labio, más un golpe en mi mejilla me hizo devolver a la realidad haciendo que mis ojos se abrieran como plato, era la primera vez en mi vida que una mujer se atrevía a golpearme.
—Yo… —fue lo único que trate de decir más las palabras no salían de mi boca, podía notar lo furiosa que estaba Sofía, sus ojos parecían inyectados con sangre, «tanto odiaba mi contacto» me preguntaba internamente. La vi salir de la cocina de vuelta hacia el jardín.
Al escuchar el sonido de la puerta abrirse corrí hacia ella, la tome fuertemente de la mano y la obligue a detenerse. —No puedes irte y llevarte al niño.
—Es mi hijo…
—Por favor Sofía, tranquilízate y hablemos —pedí con voz de súplica. Si te lo llevas serás acusada de secuestro y se pueden complicar las cosas —volví a la carga tratando de hacerla entrar en razón.
—Suéltame —es lo único que dijo y volvió de vuelta hacia el jardín. Camine detrás suyo… —¡Hablemos! —dijo mientras deposito un beso en la mejilla del pequeño y camino de nuevo hacia la cocina.
—Lo siento… —fui el primero en hablar mientras ella clavo sus ojos verdes sobre los míos poniéndome nervioso.
—¿Qué es lo que sientes?
—Siento haberte besado sin tu permiso más no lamento el beso que te robé —respondí con seguridad.
—Alonso agradezco que quieras apoyarme y te hayas solidarizado conmigo, pero si estás pensando que te pagare tus servicios acostándome contigo pues lamento decirte que no será posible, yo no soy una prostituta.
—Nunca te faltaría el respeto y pensaría eso de ti —interrumpí.
—Por favor Alonso no quiero que malinterpretes nuestra relación, sé que fui la primera en cruzar la línea y me siento mal por ello.
—No volverá a pasar —dije levantando la mano, ella me miraba de forma dudosa, como estudiando cada uno de mis palabras. Sofía por favor… yo solo pensé…
—Piensas que soy interesada y aceptaría cualquier cosa por dinero, eso es lo que piensas —interrumpió y hablo con dureza.
—Sofía te estas confundiendo, yo no pienso…
—Me lo dijiste Alonso y siento mucho defraudarte, pero lo único que me importa en este momento es recuperar a mi hijo, así me tome años conseguir la custodia de mi Álvaro lo hare, pero de una forma decente sin perder mi integridad como mujer y faltarme el respeto, yo no sé con qué tipo de mujer te hayas metido, pero no es el caso conmigo. Sobre todo, yo no quiero saber nada de ninguna relación sentimental.
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Editado: 06.05.2022