Capítulo 14
Pov Sofía
Regresé a casa como pude la verdad, no podía creer y no terminaba de asimilar todo lo que había pasado con Alonso, que no era más que un insensible y quería aprovechar de su dinero solo para meterme a la cama, quien en su sano juicio creía que un tipo de buena familia se metería con una mujer con problemas hasta la coronilla y para variar con un hijo, en esta época quien demonios criaría al hijo de alguien más. Aleje esos pensamientos, ahora tenía que pensar donde demonios trabajaría ya que me había mudado con Cielo y no pensaba aprovecharme de su buen corazón y vivir sin pagar nada.
Al llegar a casa me di cuenta que todo estaba oscuro, posiblemente Héctor ya se había ido y Cielo estaba descansando, así que camine de puntillas hasta llegar a la que era mi habitación, me tire sobre la cama buscando caer en los brazos profundos de Morfeo para mi mala suerte lo único que se repetían en mi cabeza eran las palabras que dijo Alonso y sentía su mirada sobre la mía de una manera intimidante que no entendía porque demonios seguía recordando a ese idiota.
No sé en qué momento me quede dormida, pero si recuerdo la hora que me desperté por unos fuertes gritos que venían de la sala. Mire la hora y este marcaba las diez de la mañana, me removí, me estire y camine hacia la sala frotándome la sien, me dolía un poco la cabeza, salí a pedir a Cielo que no hiciera mucho ruido ya que lo más probable era que estuviera haciendo ruido porque pensaba que no estaba en casa. —Cielo… —¡Mierda! ¡Lo siento! —grité y con la misma me metí a mi cuarto, la loca de mi amiga estaba teniendo sexo con amigo de Alonso. Ahora me sentía más que despierta y todos los dolores se me habían ido, no sabía ni con qué cara los miraría.
Después de media hora escuche que golpeaban mi puerta y sabía que era Cielo. —Lo siento —fue lo primero que dije al verla a lo que ella soltó una carcajada.
—Salte mujer, no hay nada que sentir, solo que espantaste a mi adorado calentón —dijo en broma mientras caminaba hacia la cocina. Se colocó detrás de la pequeña isla —¿Jugo o café? —pregunto.
—Café está bien.
—¿Y porque llevas esa cara de velorio?
—Nada —respondí extendiendo las manos para recibir la taza de café.
—Pensé que no regresarías, disculpa que me hayas visto en esas fachas, solo juraba que estaba sola en casa así que di rienda suelta a la pasión —se carcajeo mientras metía una tostada a la boca.
—Ve con cuidado amiga querida, yo no confió mucho en esos tipos riquillos —dije con firmeza recordando mi mala experiencia con Álvaro y ahora con el idiota de Alonso, que no entendía porque demonios le contaba si no tenía nada que ver con él.
—Descuida amiga, lo nuestro solo es encuentro casual. Sobre todo, no dejo que esto afecte mi trabajo, Jack es un gran amante, pero demasiado mujeriego para tener una relación seria, llevo años trabajando con él y ya se el tipo de persona que es.
—Ten cuidado, cuida tu corazón, no quisiera verte salir herida —dije con total sinceridad.
—Descuida, lo tendré en cuenta. Sentí las manos de Cielo tomar las mías y presionarlas. ¿Qué paso con Alonso?
Sentí que la sonrisa fingida que tenía en el rostro se me estaba distorsionando así que me llevé de nuevo la taza a la boca y bebí un sorbo. —Nada —respondí, la verdad no quería preocupar a Cielo al saber sin empleo, así que decidí que el lunes mismo saldría a buscar trabajo de lo que fuera. Lo que más me preocupaba era como demonios recuperaría a mi hijo, seguramente que Alonso al verse rechazado no querrá saber nada de seguir con mi caso.
—¡Ey! Planeta tierra llamando a Sofía.
—Sonreí ante la ocurrencia de Cielo.
—¿Qué piensas?
—En mi hijo, lo extraño mucho.
—Lo se amiga, pronto verás que Alonso lograra devolverte a tu hijo —dijo Cielo mientras me abrazaba con calidez.
—Eso espero, ya sabes que el proceso avanza más lento que una tortuga y yo muriendo por ver a mi hijo. Más que preocupada por el proceso estaba preocupada porque no sabía a quién buscar para que llevará mi caso y si lo encontraba de donde sacaría dinero para pagarle por sus servicios. «porque la vida era tan dura»
**********
Llegó lunes, me desperté temprano al igual que Cielo. —¿Te dejo en la oficina?
—No es necesario, tengo algo que hacer antes de ir a la oficina —mentí, la verdad es que saldría hacia una cyber café para aprovechar en enviar mis documentos a alguna empresa, compraría el diario que anunciaba ofertas de empleo.
—Está bien… —mañana nos iremos juntas.
Asentí levente con la cabeza, pensando que mañana debería de madrugar para no cruzarme con Cielo, no quería que se enterara aún que ya no tenía trabajo, le contaría que no trabajo con Alonso cuando encuentre un nuevo empleo.
Cielo se fue, al fin podía respirar tranquila y no sentirme culpable al mentirle a mi amiga. Escuché sonar mi teléfono varias veces más no atendí al ver el identificador de llamadas, no tenía ganas de lidiar con ese idiota insensible. «Que le den por insensible y desconsiderado»
La semana transcurrió tan rápido y nada que encontraba empleo, revise cuánto dinero me quedaba en la tarjeta y solo alcanzaría para cubrir el gasto del alquiler de un mes, en estos días aproveche en espiar de lo lejos a mi hijo, quien era lo único que me motivaba a seguir en pie y viendo de colores el mundo, me sentía tan cansada de estar mintiendo a Cielo. Esa tarde fui a visitar a la abuela de Héctor quien es como una abuela para mí.
—Buenas noches Sofí. —Saludo efusivamente Héctor depositando un cálido beso en mi mejilla y tomando mi mano entre las suyas. —¿Estas bien? —pregunto tomando de ambas manos y mirándome fijamente.
—Claro que estoy bien hombre —respondí efusivamente, poniendo la mejor sonrisa que pude.
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Editado: 06.05.2022