Amor & Mentira (editando)

Capítulo 19

Capítulo 19

Pov Sofía

Ya había pasado una semana desde el día que Débora dejo su amenaza la cual seguía latente en mi cabeza, era una constante tortura y me ponía más ansiosa contando los días que faltaban para el juicio, el día en que definirían con quien se quedaría mi pequeña, me dolía hacerle pasar por ese tipo de situaciones, pero no había de otra si quería estar junto a él.

—Buenos días cariño —saludo Alonso al pasar por mi escritorio y yo sonriéndole como una tonta. Me puse de pie y le seguí hasta su oficina. Deposito un tierno beso en mis labios mientras le ayude a quitar el saco. Le puse al día sobre su agenda lo cual tenía varias citas fuera de la oficina.

—Bien, pasare por ti en la noche para ir a casa.

—Hoy no puedo, quede con Cielo y Héctor de salir a cenar, no quiero fallarles —dije mientras rodee su cuello con mis brazos atrayéndolo y besándole los labios.

—Sabes cómo convencerme —sonreí le guiñé un ojo, salí de su oficina y me puse a trabajar. A las horas vi salir a Alonso, me despedí con un beso a sabiendas que el ya no regresaría y no nos veríamos hasta mañana.

Ni bien se fue Alonso apareció la madre de este acompañada por una guapa joven. —Hola Sofía…

—Buenas tardes señora Corona —salude con respeto.

—Solo Laura querida, pronto tu y yo seremos familia… —me quede con la boca abierta sin saber que responder.

—No te sientas abrumada. Soy Marian la hermana de Alonso —dijo la guapa joven que antes ya la había visto, sin previo aviso sentí que me abrazaba y depositaba un beso en mi mejilla. Inconscientemente estaba comparando a la familia de Álvaro con la familia de Alonso.

—Perdón… —dije algo apenada al no saber cómo reaccionar ante tanto cariño, eran demasiada efusivas.

—No te preocupes, pronto te acostumbraras. Toma tu bolso y acompáñanos, nos iremos de compras. Debemos comprarle un regalo para el cumpleaños de Alonso que será dentro de dos semanas.

—¡Qué…! —grite.

—No sabías que era el cumpleaños de ese tonto, solo por eso regrese —intervino Marian.

—No lo sabía, Alonso no me dijo nada —dije algo apenada.

—No te preocupes, así es el —dijo su madre, me tomo del brazo y fui arrastrada al ascensor. Estas dos mujeres son tal para cual, madre e hija son muy efusivas, llegue a la conclusión en que Alonso se parecía más a su padre mientras que Marian se parecía más a su madre.

—Joel llévanos al centro comercial de Miraflores —ordeno Laura y todas nos subimos al auto. Sinceramente yo estaba preocupada, no tenía el suficiente dinero para gastar comprando cosas en ese centro comercial, todo era carísimo.

«En que lío te metiste Sofía» me reprendía internamente.

En cuestión de minutos llegamos al centro comercial, comenzamos a recorrer varias tiendas, todas las ropas u cosas que se vendían allí eran marcas internacionales, diseñadores muy reconocidos y no había al alcance de mi bolsillo. Me sentía un poco incomoda en ese lugar así que me disculpe. —Me suelen un poco los pies, me iré a sentar esos bancos mientras ustedes compran.

—Descuida querida, puedes descansar —dijo Laura mientras sonreía. A veces somos demasiado cansonas, por eso mi esposo no nos acompaña.

—Sonreí ante su comentario y caminé hacia los bancos que estaban en la misma tienda, observando como las dos mujeres disfrutaban probándose uno que otros vestidos. «Menos mal que vinieron a comprar el regalo de Alonso» dije para mis adentros mientras sonreían.

—Pero miren a quien me encontré aquí, la zorra casa fortuna.

No necesitaba girar para reconocer la voz chillona de Débora. Respire profundo e ignore su comentario, no quería hacer una escena en un lugar tan público y mucho menos acompañada de los familiares de Alonso.

—A ti te hablo zorra —escuché un grito, sentí las manos de Débora tomarme del brazo fuertemente obligándome a quitar violentamente su mano de mi cuerpo.

—Nunca te atrevas a tocarme —dije de manera amenazante.

—Y si te toco que —grito dándome un empujón en el pecho haciéndome retroceder unos pasos. Pude ver por el rabillo de los ojos como la gente comenzaba a mirar la escena.

—Débora para… —pedí.

—No quiero parar que todos se enteren que eres una zorra que busca cazar un hombre con dinero para que le saque de la pocilga de en donde vives, primero engatusaste a mi hermano para poder tener una mejor vida, ahora te estas revolcando con… —no permití que hablara y estampe mi mano en su mejilla.

—Cómo demonios te atreves a golpear a mi hija —escuche un grito y un fuerte golpe estampándose en mi cara. Levante la cabeza y era Carolina, la madre de Álvaro que había aparecido.

—Mala agradecida, zorra… —escuche sus gritos y lo único que quería era salir corriendo de ese lugar, me había quedado paralizada al ver tantas miradas sobre mí. Cerré los ojos al ver que Carolina volvía a levantar las manos y me preparaba para recibir otra cachetada más.

—Mamá por favor para —escuche un grito. Reconocía la voz, si era Álvaro que había aparecido en ese momento, levanté la mirada y pude ver su ancha espalda protegiéndome, estaba sosteniendo la mano de su madre que parecía endiablada.




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