EPILOGO

EPILOGO

Tres meses después…

—Nos sentara muy bien vivir en esta ciudad, alejado de todos los problemas que nos acarreaba la ciudad.

—Sí, es una ciudad muy hermosa y tranquila. Aquí estaremos lejos de todos y nadie nos molestara.

—Mami mi habitación es maravillosa, me gusta mucho esta casa.

—Me alegra muchísimo mi amor —di un beso en la mejilla de mi hijo y este salió disparado como una bala de la sala que estábamos terminando de decorar Cielo y yo. —Cielo, ¿estás segura que podrás vivir en este lugar? —pregunte algo dudosa al ver a mi amiga con la mirada triste.

—Si Sofí, no te preocupes por mí. ¿Tu cómo te sientes?

—La verdad mucho más tranquila, era mejor que me alejara de todos por un tiempo. Dejé de amar a Álvaro y quise intentarlo por nuestro hijo, pero no podía seguir engañándome y haciéndole vivir a mi hijo en una falsa.

—Cuanto lo siento amiga —dijo Cielo tomándome de las manos.

—No hay nada que sentir mujer, paso lo que tenía que pasar. Ahora iniciaremos una nueva vida lejos de todo aquello que nos lastima, disfrutemos de los hermosos lugares que nos regala la ciudad blanca —dije sonriéndole genuinamente.

—¿Y Alonso?

Solté un suspiro antes de responderle. —Pues ya viste que está rehaciendo su vida, al parecer no me amaba como lo decía —pronuncie con melancolía al recordar que fui yo misma la que lo arrincone a ello. Yo había decidido intentarlo con Álvaro, pero no aguante más que una semana y pedí que mejor termináramos, que siempre seguiríamos siendo padres más ya no podríamos ser pareja él y yo.

—Bueno…

—¿Y Jack? —esta vez fui yo la que pregunté.

—No me hables de ese idiota.

—¿Viniste huyendo de él?

—No hablemos de esos hombres idiotas, mejor sigamos arreglando al que será nuestro hogar por muchísimo tiempo.

—Tienes razón… —respondí y m gire para colocar unos arreglos de gatos, sin pensar termine por tumbar mi bolso y este cayo desparramado al suelo.

—Déjame yo te ayudo se ofreció cielo. —¿Sofía estas embarazada? —pregunto Cielo enseñándome el test de embarazo rápido, yo arrugué el entrecejo y asentí.

—¡Mierda! ¿Quién es el padre? —pregunto tomándome del brazo y yo me quede en completo silencio.

—Sofía, el padre de este bebé es ¿Alonso o Álvaro? ¿Cuánto tiempo tienes de embarazo?

Solté un suspiro, sonreí. —Haces muchas preguntas mujer, ese bebé es solo mío y no tiene padre —dije y abracé a mi amiga.

—Seremos padre y madre pare ese niño —cuenta conmigo.

—Gracias —dije desde el fondo de mi corazón.

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No olviden agregarla a su biblioteca, dejarme sus comentarios y regalarme su estrellita, ello significa que gustan del libro y poder hacer una segunda parte.