Amor Robado. Saga Salamina Nº 3

Capítulo 4

La mañana esta lluviosa y fría debido a la cercanía de un fuerte frente frío que ha traído consigo mucha agua. Las calles están llenas de lluvia debido a la fuerte precipitación, salpicando a las personas y andenes con pasar de los autos en la carretera.

Julio conduce concentrado en el largo camino, va pensado en el momento cuando la vea.  Suspira  pesado.  Desea  tanto poder verla.

_ Huy amigo, ¿Pero qué te pasa? _ Mateo lo mira por unos instantes y luego vuelve la atención al paisaje_ estas pensado en ella, ¿Verdad?

Mateo y Julio se conocen desde la universidad, siendo muy amigos y cómplices en algunos asuntos.

_ La verdad es que si, no he sabido de ellas en tres años y algunos meses, desde el incidente _ exhala concentrado en el camino_ no sé cómo será la reacción de ella al verme _ pensaba en la mujer que por unos instantes amo de manera desesperada y un segundo después la perdió para siempre, y solo él era el culpable, se comportó como un cobarde, cuando su padre lo enfrentó.

Sus padres por ser pastores tienen muy ceñidos los valores morales y él tanto que se cuidó de no infringirlo, en un momento perdió la razón y actuó de la manera más vil y despreciable, pero fue ahí cuando él realmente supo lo que era amar y hacer el amor, pero ese descubrimiento arraso con todo, destruyendo a una familia.

Su padre al enterarse de la manera más inverosímil, lo hizo responsable y lo casó a la fuerza con la joven que en esos momentos lo odiaba, algo que tuvo bien merecido.

Ella era su esposa ante la ley y ante Dios, quisiera o no, así lo juro ante el altar improvisado en el rancho Villalobos, se casaron delante de sus padres, el profesor Leonel Kremer, él y ella, que lloraba por la vergüenza que sentía.

Nadie supo que ellos se casaron porque al día siguiente ella desapareció, dejándolo solo, con la carga de las dos familias. Su padre no lo perdonaba, por haber desobedecido los mandamientos y preceptos cristianos que le enseño, desgraciando a dos jóvenes, y además por la relación adúltera que mantenía con Luz. Su padre no sabía que él solo la utilizaba para hacerse daño a sí mismo.

Llegaron a la funeraria y los dos amigos se despidieron, quedando que Julio lo llamaría para ir al rancho para que él lo pudiera ver y así Mateo pudiera valorar la cantidad de dinero que se le estaba pidiendo por las tierras.

_ Yo te llamo apenas me desocupe, hoy mismo me regreso a Santa Lucia _ le comento a su amigo, no quería quedarse más del tiempo necesario en Salamina.

_ Listo, mientras yo voy a darme una vuelta y conocer un poco más el lugar_ después de estrecharse las manos se separaron cada uno por su camino.

Julio inhaló fuertemente todo el aire que llenara sus pulmones, y luego lo dejo salir muy lento y con pasó seguro camino por el gran pasillo que lo llevaba a la sala de velación donde permanecía el cadáver del ilustre profesor Leonel Kremer.

Rosa al verlo abrió los ojos de emoción y sin darle tiempo se arrojó a sus brazos llorando, llevándolo muy lejos del féretro.

_ Lamento mucho tu pérdida Rosa_ la mantenía entre sus brazos _ don Leonel fue un excelente amigo.

_ Oh Julio me duele tanto su perdida_ lloraba con gemidos escandalosos, para llamar la atención de las personas que se encontraban en el lugar, para ella era necesario que todos en la funeraria la vieran con él.

_ Margarita ya vino_ preguntó mientras buscaba con la mirada a la persona que él deseaba ver _ y Azu......

_ No menciones a esa maldita, por favor, aun no me he podido reponerme del daño que nos hizo, mi amor_ lloraba y fue ahí cuando Rosa vio que Azucena se acercaba al féretro y con suavidad deslizaba la mano sobre él; Julio no la vio porque había un gran arreglo floral y estaba de espalda a la sala de velación _ ¿Julio me puedes esperar un momento? Voy por mami, ella te quería ver, pero espérala aquí para que no la incomoden todas esas personas.

Él asintió para esperarla ahí en ese lugar.

Rápidamente ella se acercó a la madre que hablaba muy tranquila con una conocidas y amigas y le secreteo en el oído, luego se perdió nuevamente al lado de Julio que la esperaba cerca de una pequeña mesa que estaba decorada con el arreglo florar y en sus manos tenía una taza de café.

_ ¿Y tu mamá? _ le pregunto al verla llegar sola.

_ Mamá ya viene a saludarte, está ocupada con una pobre mujer _ las palabras era mordaz, y en sus ojos brillaban por la maldad.

Pasaron varios minutos y llego Marisol con una cara triste pero sus ojos brillaban de manera desconcertante y sus mejillas muy sonrojadas, pensó Julio cuando la vio acercarse a ellos, no era el rostro de una pobre viuda afligida.

_ ¿Señora Marisol, cómo se encuentra? _ La saludo muy cortés.

_ Oh, cariño, pasando el dolor de esta pérdida tan grande.  Suspiro malévolamente sin apartar los ojos de él_ Y pensar que él, tanto que la amaba y ella ni siquiera se presentó al sepelio_ dijo la mujer con severa maldad _ Azucena siempre ha sido muy perversa y mala. Siempre ha sido una mala hija y mala hermana.

Los ojos de Julio se entrecerraron por el dolor de escuchar a Marisol hablar mal de su propia hija, no cambiaba ni aun en medio del dolor.

_ Tal vez venga más tarde_  las miro a las dos que se hicieron un cambio de miradas cómplices.

_ Yo no lo creo, a lo mejor estará muy ocupada con algún nuevo amante _ intervino Rosa muy segura_ Julio, mamá ahora vengo, debo hacer algo que para mí es muy importante.

Las palabras mordaces de Rosa, golpearon fuerte a Julio, y tragando su orgullo para no volver a preguntar algo más de Azucena, solo se limitó a observarlas y las veía con curiosidad, era como si ellas se mandaran mensajes codificados, alzo la taza de café para beber nuevamente y no le dio más importancia a lo que sucedía entre ellas.

Julio acompaño a la familia por más de tres horas, esperando que Azucena se apareciera en la funeraria, sus ojos brillaban con intensidad cuando veía que alguna figura femenina se aparecía por la puerta que era iluminada por el fuerte que sol que luchaba entre las nubes por salir; y Rosa en ningún momento se apartó de él, siempre andaba colgada del brazo.




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