Amor Robado. Saga Salamina Nº 3

Capítulo 14

Mateo llego vestido con un traje azul oscuro, camisa blanca y una corbata azul cielo, muy puntual al apartamento de Azucena y sonriente toco el timbre, se encontraba nervioso, desde que había enviudado no volvía a tener una cita o algo por el estilo con una chica, espero con paciencia y al abrirse la puerta se quedó mudo de la sorpresa, ahí estaba la mujer más joven y más bella que jamás hubiera él hubiese visto, la cual iba muy elegante y sobria, resaltado aún más su belleza.

_ Hola_ dijo casi para sí mismo porque no podía hablar de la emoción que estaba despertando ella en él, se sentía como un adolescente nuevamente.

_ Estas lindísima.

Ella sonrojada por el cumplido y muy tímidamente lo repaso rápido y vio lo elegante que estaba y sonriendo lo saludo extendiéndole la mano diciendo.

__ Hola, tú también estas muy guapo y elegante hoy _ pero no como mi Julio, pensó pesimista y algo compungida.

Él muy caballeroso la guió hasta el auto de alquiler, y fueron a un elegante restaurante italiano, que estaba en el mismo hotel donde se llevaba a cabo la capacitación hotelera y allí se encontraban un sin número de participantes.

_ Hay bastante personal aquí __ dijo algo ella sorprendida y así trato de cortar un poco el frio del ambiente entre ella y él por nerviosismo que ambos demostraban.

_ Si, somos casi cien personas_ hablaba mientras miraba por todos lados, buscaba con gran insistencia por todo el lugar y eso llamo poderosamente la atención de Azucena___ No lo veo_ murmuro muy pensativo.

__ ¿Buscas a alguien? _ estaba intrigada por el interés y deseaba saber con quién él debía encontrarse.

_ Oh, si a mi mejor amigo, quiero presentártelo__ Le sonrió al mirarla __ él dijo que vendría acompañado del amor de su vida__ mientras hablaban él la guiaba a una enrome mesa la cual estaba llena con deliciosas bebidas y entremeses y camareros que los atendían y tomo una copa de vino y se la entregó __una antes del almuerzo.

Ella tímida sonrió y tomo la copa que él le ofreció y bebiendo de la misma se giró dando la espalda a la puerta de entrada y vio como Mateo se concentraba en la puerta con la mirada fija, ella recorrió con su mirada el lugar el cual era muy hermoso y lujoso.

A los lejos Mateo vio que se acercaba Luz Villegas tan despampanante como siempre, ella no caminaba, se deslizaba sobre el fino piso, dando la sensación de que flotaba, lo hacía con tal gracia, haciéndola ver aún más sensual y deseable ante las miradas masculinas, que al solo verla ellos se viraba para ver a la mujer pasar por el lado de ellos, en contraste con las miradas furtivas y enfadadas de las mujeres, que lo hacían con desprecio.

__ Hola Mateo_ sus ojos brillaron y la comisura de sus labios se elevaron totalmente hacia arriba dejando ver la magnífica dentadura__ ¿Cómo te ha ido? __ Sus enormes ojos rodearon el lugar buscando el interés de ella__ ¿Él vino? No lo he visto y muero por verlo __ su voz era un arrullo de caída de cascada en un bosque solitario.

_ Sí, pero no lo he visto, acabo de llegar _ le mostro a Azucena que en ese instante se giró y quedo frente a la mujer.

_ Hola_ sonrió. Azucena se sorprendió porque tenía mucho rato de no ver esa expresión en el rostro de la recién llegada, el asombro, cuando un amigo o un conocido de Rosa la conocía a ella, se asombraban del alarmante parecido que había entre las dos.

El rostro de Luz se quedó petrificado al verla, no podía ni imaginar que Rosa estuviera ahí con Julio, pero al detallarla y ver los ojos verdes con pequeñas chispas doradas, vio la diferencia más sin embargo se llenó de disgusto, ella podría ser una tentación para su amado proyecto de riqueza.

_ Tu....tu_ ladeaba la cabeza de un lado a otro porque no lograba salir de su asombro __ ¿Nos conocemos? _ por increíble que pareciera era igual a la ex novia de Julio, podrían decirse que eran gemelas, aun su voz eran parecidas.

_ No. No lo creo _ Azucena la miraba con curiosidad y sonreía muy nerviosa, esa mujer la taladraba con sus enormes ojos, parecía como si la odiara _ Mucho gusto, me llamo Azucena Abello....

El lugar estaba tan concurrido que Mateo y las mujeres no se dieron cuenta de que Julio llegaba por un costado del gran salón y quedo en una parte muy cercana a ellos, y justo cuando se colocó al lado de su esposa que no lo había visto y de manera arrogante interrumpió a la joven, quedaron todos sorprendidos.

__ No, la señora se llama Azucena Villalobos _ y sin darle tiempo de que ella reaccionara la beso en los labios y ella por la sorpresa no cerro la boca, lo que aprovechó Julio para besarla de manera profunda, llenándolo de gozo porque ella le respondió al beso aunque fuese por la confusión que estaba ella manifestando _ Mi esposa_ dijo muy firme y seguro mientras que su brazo posesivo rodea de manera firme la pequeña cintura de Azucena atrayéndola más hacia él y así pudo percibir como ella se estremecía entre su brazo y sonriendo la mira con ojos brillantes y dice _ ¿Como estas, mi amor?

Azucena en esos momentos sintió como si el piso que estaba bajo sus pies cobraba vida y comenzara a moverse de forma alarmante, esto causo en ella un mareo ligero y se vio obligada a sujetarse con fuerza del brazo de su marido para no caer, porque la extraña sensación que la invadió de manera rápida, provoco en ella temor de caer ahí en medio de la sala, y además todo lo que tenía en el estómago subió rápidamente a su boca causándole una sensación de vomitar, lo cual se debía a los puro nervios.




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