Amor Robado. Saga Salamina Nº 3

Capítulo 18

Había pasado el mediodía cuando la familia Villalobos Kremer llegó al rancho Villalobos. El pastor Julio Cesar al ver a su hijo en compañía de su esposa, hinchó el pecho para dejar salir un gran suspiro de alivio, si era un alivio ver a esa joven madre tan hermosa y aún más hermosa ver el pequeño retoño que venía entre ellos hablando cháchara.

_ ¡Bienvenidos! _ dijo en medio de una flamante sonrisa, sus ojos marrones brillaron de deleite al ver cómo era el parecido tan espectacular de su nieta con su propia hija_ ¡Alabado sea Dios!

_ ¡Bienvenidos hijos! _ Yadira se abalanzo hacia Azucena y la colmo de besos y abrazos con mucho cariño, haciendo que Azucena se sintiera confundida, nunca antes le habían demostraban tanto afecto y cariño, solo su padre y Julio que siempre se comportaba muy diferente con ella _ Oh, cariño que bien que hayas regresado a tu casa, de la nunca usted debió irse_ le quito la pequeña maleta que ella traía en su mano _ ¡Martina! _ llamo rápido _ Por favor ayuda a la señora Villalobos _ dijo muy orgullosa y oronda.

_ ¡Por favor, señora Yadira! _ Azucena estaba tan roja como un tomate por la vergüenza de tal despliegues de atención, ellos deberían saber que eso sólo duraría lo que durara el trámite del divorcio, ella no quería que ellos se hicieran expectativas de que su matrimonio seguiría adelante _ esto es temporal....

_ Temporal o no, eso a mí no me importa _ la interrumpió la mujer que era muy posesiva al igual que sus hijos _ Si te quedas en el rancho o te vas con tu marido a Santa Lucia, después, eso lo veremos_ Yadira miro a su marido sacando una conclusión muy diferente a la de Azucena.  Esto  aterró a la joven _ ¿Verdad querido?

_ Bueno la idea es que ellos se queden con el rancho_ rio alegre_ y que mis nietos se hagan cargo en el futuro.

_ ¿Nietos? _ Azucena estaba tan abrumada por tanta atención y por los planes que los mayores hacían con respecto a ella y a Julio, y por un momento se fijó en Julio que solo se limitaba a escucharlos y a observarla a ella muy pensativo.

El resto de la tarde solo se limitaron a preguntarle por todo lo que ella había vivido después de separarse de su esposo y el sin fin de situaciones que vivió, mayor fue la sorpresa al escuchar que su hija Helena siempre las estuvo ayudando sin saber quiénes eran ellas.

_ Dios siempre tiene un plan, y es perfecto _ dijo el pastor al levantarse de la mesa _ Julio necesitamos hablar un momento, por favor _ luego se dirigió a su esposa _ mija, por favor enseñe a Azucena el lugar donde ellos van a vivir, bueno al menos hasta que Julio decida que va hacer con el rancho _ luego lo miro fijamente _ ¿Lo vas a vender? _ Los ojos del hombre brillaron al ver el rostro de su hijo, cuando lo sorprendió mirando a su joven esposa y sintió una inusitada alegría.

Julio, lo miro y vio el intenso brillo en sus ojos y fue cuando entendió porque su padre siempre se opuso a la venta del rancho, él sabía que ese era el patrimonio de su hija o tal vez de sus hijos, solo se limitó a sonreírle y eso le complació al pastor, no necesitaba más palabras para saber cuáles eran los planes futuros de su hijo, luego lo siguió hasta la oficina donde se encerraron a charlas apartado de las mujeres.

Por otro lado Yadira se encaminó al segundo piso donde había una habitación que era muy enorme con una formidable cama con dosel, la cual estaban cubiertos con suave telas de colores pasteles, dándole sobriedad y elegancia a la habitación.

_Esta es la habitación tuya_ le abrió la puerta y Azucena detuvo el aliento, era realmente hermosa, las cuatro paredes estaban pintadas de blanco y azul muy claro, dando la sensación de un cielo limpio y despejado, y en una de ellas había un hermosa cascada de flores, todas las variedades de azucenas_ Mi hijo las pinto_ le sonrió al verla confundida_ él decía que si tu alguna vez venia, supieras que siempre estuvo contigo, pero el año pasado decidió irse del todo para Santa Lucia, dijo que esta casa lo llenaba de mucho dolor.

Azucena tragó con fuerza el nudo en su garganta, ¿Sera que Julio en algún momento sintió tanta compasión por ella? Ese le dolió, ella no quería su lástima, quería su amor. Con ayuda de Yadira dedicaron a organizar la ropa de Yalena en una habitación contigua.

_ Aunque no creo que Yalena deba dormir sola_ murmuró muy pensativa, esa era la excusa para evitar que Julio y ella durmieran juntos, ese pensamiento la mantenía en una zozobra de emociones encontradas.

_ No te preocupes, duermen con la puerta abierta, mañana viene la joven que se va a encargar del cuidado de mi nieta, y eso cuando yo no este, porque eso va a correr por mi cuenta _sonreía muy feliz. _ ¡Gracias, Azucena! _ Yadira la abrazo y en sus ojos se llenaron de cálidas lágrimas.

_ ¿Por? _ dijo muy confundida por las palabras que estaban cargadas de sentimientos.

_ Por no haber abortado, por haber sido muy fuerte a pesar de lo malo que comenzó tu matrimonio y ahora sé que podrás luchar por él, él no ha dejado de amarte y te busco desesperado por mucho tiempo _ la miraba con cariño_ ahora debes darte tiempo y veras como las cosas serán muy distintas entre los dos _ la abrazo y la beso y con cariño limpio las lágrimas de la joven _ Dios me ha regalado otra hija. _ Escucharon a Yalena que jugaba en medio de la habitación _ Y una hermosa nieta_ se alejó de ella y tomo a la niña entre sus brazos y la besaba.




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