Amor Robado. Saga Salamina Nº 3

Capítulo 19

Julio tomó  la mano de Azucena y comenzó a caminar por un largo sendero que los llevó a un complejo de pequeños edificios donde vivían los trabajadores del gran rancho Villalobos.

Ella se sentía muy turbada por su contacto y se soltó de su agarre y él sólo se limitó a mirarla y suspiro muy pesado, metió sus manos en los bolsillos del pantalón sin dejar de caminar.

Ella miraba asombrada la grandeza del pequeño complejo, había varias viviendas familiares y varios pisos, con varias familias.

_Julio, por favor podrías explicarle a tú familia que yo solo voy a estar el tiempo necesario para cumplir con el requisito de tu padre para qué nos ayude con el trámite del divorcio_ ella pronuncio las palabras sin ninguna emoción.

_ Diles tu_ suspiro y miro a lo lejos _ ya que estas tan desesperada de separarte de mí.

_ Yo....Yo pienso que es mejor terminar con todo esto, además...._ ella suspiro triste y lo miro mientras el caminaba _ ¿No es lo que tú quieres?

_ Yo lo que yo quiero es darle una oportunidad a nuestro matrimonio_ la miro directamente a los ojos _ Yo deseo que tú me des la oportunidad y te la des a ti misma de realizar este matrimonio_ el alargo la mano y tomó un mechón de cabello rojizo entre sus dedos y los acarició suavemente y se le acercó muy lentamente.

Azucena suspiro entrecortado y de manera muy nerviosa su proximidad provoca en ella un sin número de sensaciones tan agradable que la llenan de temor, temor de caer en lo más profundo del amor que ella siente por él y de no querer irse nunca de su lado porque si tuviera que marcharse lejos de ahí nuevamente, eso la mataría.

_Yo....creo......


_ Yo creo que tú puedes hacer un esfuerzo si de verdad quieres lo mejor para nuestra hija_ él la caricia del mechón de cabello y se le acercó un poco más.

Azucena acomodo la cabeza para recibir el beso que ella pensó que él le daría.

_ Azucena..... ¿Te encuentras bien? _ Julio la miraba con los ojos brillantes y una sonrisa mal escondida _ parece como si quisieras que yo te besara.

Azucena estaba tan sumergida en la agradable sensación del romanticismo que no había prestado atención a la maliciosa mirada que reposaba sobre ella.

_ Hum_ ronroneo con los ojos cerrados, al escuchar a Julio carraspeó su garganta para poder hablar, ella sentí que sus mejillas estaba rojas y calientes por la vergüenza _ Jamás .....Yo desearía tal cosa.

Ella camino un paso y se adelantó para ocultar sus emociones y así no pudo ver la sonrisa de oreja a oreja que Julio no dejo que ella viera.

_ ¿A dónde fuiste esta tarde?_ preguntó ella buscando un tema para hablar, la tensión la estaba reventando poco a poco.

_ En Salamina, tu hermana Rosa me vino a buscar y fui a verla_ dijo sin ninguna emoción pero no dejo de mirarla.

Azucena se detuvo en seco y su cuerpo se tensó tanto que sus hombros los puso rígidos.

_ ¿Qué quería? Ella ya sabe que tú y yo.....

_ No, nadie sabe que eres mi esposa, pero muy pronto todo el mundo lo sabrá_ dijo cortante _ Ella te está buscando, le dije que si te veía te lo comentaría_ no aparto la mirada de ella_ Margarita también te anda buscando, parece ser que te necesitan para la lectura del testamento que dejo tu padre _ la tomó del brazo y se detuvieron frente a un pequeño edificio blanco con un gran letrero Dispensario Villalobos. _ Hemos llegado.

_ No es necesario que digamos que estamos casados _ ella quería mantener el secreto_ Además Rosa puede hacer lo que quiera, no voy a ir a la lectura del testamento _ dijo con amargura.

_ Te avergüenzas de que yo sea tu marido___ le recrimino furioso _ Pues lo lamento por ti, pero no podemos mantener más tu secreto escondido. Y con respecto a lo del testamento ya veremos después.

_ Yo no quiero....._ se interrumpió al verlo furioso.

Llegaron a un pequeño edificio en el cual salió un caballero vestido de blanco y le estrechó la mano a Julio.

_ Señor Villalobos_ le saludo sonriendo_ que bueno que haya venido_.  Sus  ojos se encandilaron con la presencia de Azucena _ y.... ¿Esta maravillosa mujer, quién es?

_ Buenas_ saludo ella tímidamente _ soy Azucena Kremer.

_ Mi esposa, Azucena Villalobos _ dijo Julio de manera enfática _. Recuerda  que le hable sobre la enfermera para el dispensario, bueno es ella _ la idea de tenerla cerca a Julio al comienzo le pareció bien, pero al ver al médico como miraba a su Azucena ya no le parecía tan buena _ Ella será la encargada de todo lo referente de la administración, la farmacia y de la enfermería.

_¡Qué bien! _dijo el médico ya muy serio al ver que Julio le hablo tajante y duramente_.  Sera de mucha ayuda que la señora Villalobos nos ayude.

_ Azucena, solamente _ dijo ella muy nerviosa, pues de ante mano sabía que Julio estaba molesto y no quería molestarlo más_ y estoy dispuesta a ayudarlos.

El médico y Julio le explicaron cada una de las funciones y los días que ella podría ir a trabajar, además por ser la esposa del dueño tenia ciertas preferencias.

_ Esto era lo que yo te quería proponer, que siguieras con tus estudios y que trabajaras en el dispensario_ comenzaron a caminar de regreso al rancho _ Yo quiero que tú te sientas bien en el rancho, que no te sientas impedida o manipulada por los deseos de mi padre, para ayudarnos en el divorcio_ la miro con tristeza.

_ ¡Ah, ya veo!_ dijo con melancolía, ella esperaba otra cosa, pero a ciencia ciertas no sabía que era lo que estaba esperando.

_ ¿Qué ves Azucena? _ Le preguntó Julio al detenerse y mirarla fijamente_ ¿Qué es lo que tu realmente ves?

Julio quería que ella viera el amor que le tenía y que no la iba a presionar para obligarla a quedarse a su lado y así formar una familia con él, simplemente dejaría que ella tomara la decisión de continuar o de acabar lo de su matrimonio, era la única forma de demostrarle cuanto la amaba, además todavía quedaba lo que ella sentía por él o si nunca había dejado de amar a Jeison su antiguo novio.




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