Emma no podía dejar de pensar en la fotografía. Algo en ella no cuadraba: el brillo del papel, la nitidez de los detalles, como si hubiese sido tomada recientemente. Esa inquietud la siguió hasta la cabaña, donde trató de centrarse en revisar las imágenes que había capturado esa mañana. Sin embargo, el momento del establo y su descubrimiento seguían nublando su mente.
Durante la cena, Cole apenas habló. La tormenta había dejado varios problemas en el rancho, y su atención parecía estar dividida entre las reparaciones y los problemas. Emma lo observó en silencio, buscando pistas en su rostro serio y en los pequeños gestos que delataban su incomodidad.
—¿Todo bien? —preguntó al fin, rompiendo el silencio.
—Sí, solo es el trabajo. Nada que no pueda manejar —respondió Cole, sin mirarla directamente.
Pero Emma sabía que no era solo eso.
A la mañana siguiente, decidió regresar al lugar. Esta vez, fue más temprano, antes de que Cole pudiera notar su ausencia. La luz del amanecer iluminaba el establo de una manera que lo hacía menos siniestro, pero la sensación de que estaba entrando en un lugar prohibido seguía presente.
Revisó las fotografías con más atención. Todas parecían ser de la misma mujer: sonriendo junto a un caballo, sentada bajo un árbol, o mirando directamente a la cámara con una expresión llena de felicidad. Sin embargo, la última fotografía, la que parecía más reciente, era diferente. La mujer estaba de pie en el mismo establo, pero había algo extraño en la fotografía.
Emma acercó más la imagen para examinarla. La silueta detrás de la mujer era demasiado familiar. Era Cole, con cara de felicidad .. Pero lo más inquietante era el objeto que sostenía en la mano: una cadena con un pequeño colgante.
Un ruido detrás de ella la hizo girar de golpe.
—¿Qué estás haciendo aquí otra vez? —preguntó Cole.
Emma sintió cómo su corazón se aceleraba.
—Solo estaba viendo las fotografías. No podía dejar de pensar en ellas. ¿Por qué nunca mencionaste que también aparecías en estas imágenes?
—Porque no es algo que importe. Déjalo, Emma. Esto no tiene nada que ver contigo.
—¿Por qué hay una foto que parece tan reciente? —insistió ella, ignorando las advertencias.
Cole se acercó.
—No vuelvas aquí, ¿entendido? Algunas cosas es mejor no desenterrarlas.
Antes de que pudiera responder, Cole tomó las fotografías y salió del lugar, dejándola sola con un nudo en el estómago. Pero mientras él se alejaba, Emma notó algo en el suelo: un pequeño colgante de plata.
Era el mismo colgante que había visto en la fotografía.
Mientras Emma miraba el colgante, un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar algo:¿por qué la cadena parecía tener tierra fresca,como sí hubiera sido desenterrada recientemente?
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suspense, amor inesperado del destino, decisiones difíciles.
Editado: 20.02.2025