Emma salió al porche con una taza de café en las manos, disfrutando de la brisa nocturna. La cabaña, era su refugio desde que llegó a este lugar, lo sentía cada vez más como su hogar. O al menos, eso creía hasta que escuchó unos pasos en la grava.
Alzó la vista y, bajo la suave luz del porche, lo vio.
Allí estaba, frente a ella.
Un recuerdo de emociones recorrió su mente: ira, desprecio y un dolor sordo que aún ardía en lo más profundo de su ser. Su corazón latió con fuerza, pero no por amor, sino por la rabia de verlo allí, como si tuviera derecho a aparecer en su vida después de tanto tiempo.
—Emma... —dijo él.
Emma apretó los labios y bajó la taza con calma, pero su mirada era hielo puro.
—Si has venido a buscar perdón, llegas unos años tarde —escupió, cruzándose de brazos.
Daniel suspiró y dio un paso más, como si pensara que podía acercarse a ella, como si todavía tuviera algún derecho sobre su vida.
—Por favor, escúchame.
Emma soltó una risa amarga.
—¿Escucharte? ¿Después de lo que hiciste? No tienes nada que decirme que me interese.
Daniel bajó la cabeza por un momento, pero cuando la alzó de nuevo, su expresión era la de un hombre desesperado.
—Sé que lo que hice estuvo mal… pero hay cosas que no sabes.
—No me interesa —cortó Emma, sintiendo cómo la furia se apoderaba de ella —. Te fuiste, Daniel. Me abandonaste. Y no solo eso, tuviste la poca vergüenza de largarte con otra mujer.
—No fue así…
Emma dejó escapar una carcajada incrédula.
—¡No me digas que ahora quieres reescribir la historia! Porque yo la viví. Lo recuerdo todo. El vacío, las mentiras, cómo me dejaste sin una sola explicación.
Daniel apretó los puños y dio un paso más, pero Emma no se movió ni un centímetro.
—No todo es lo que parece…
—¡No te atrevas a decirme eso! —Emma sintió que su voz temblaba, no de debilidad, sino de rabia —. Yo era tuya, Daniel. Tuya. Y aun así me cambiaste por otra. ¿O acaso quieres decirme que no era cierto? ¿Que no te vi con ella?
Daniel tragó saliva.
—Sí, había otra… pero no por la razón que crees.
Emma sintió que la sangre le hervía en las venas.
—No me interesa tu versión. Ya no.
Pero Daniel no se rindió.
—Emma, yo te amaba…
—¡No pronuncies esa palabra! —gritó ella, sintiendo que el dolor volvía a ella intensamente —. No te atrevas a decir que me amabas cuando fuiste capaz de hacerme esto.
El silencio se alargó entre ellos. Solo se oía el viento moviendo las hojas y el distante sonido de los caballos en el establo.
Daniel inspiró hondo, como si reuniera fuerzas.
—Si no me amabas, ¿por qué has venido? —preguntó Emma, mirándolo con desprecio.
Daniel la miró fijamente, y por un instante, Emma vio algo en sus ojos.
Miedo.
—Porque necesito que sepas la verdad —dijo él, con un hilo de voz.
Emma sintió que un escalofrío le recorría todo su cuerpo.
—¿Qué verdad?
Daniel abrió la boca para responder, pero dudó. Y en ese instante, Emma supo que lo que estaba a punto de decir podía cambiarlo todo, o nada.
No estaba dispuesta a caer en sus brazos ni en sus mentiras, todavía tenía el dolor por su abandono, por dejarla por otra mujer, por destrozarla la vida, por romper el amor que se tenían, aquello que habían planeado juntos , formar una familia en New York.
Daniel la miraba sorprendido, Emma no parecía la misma mujer de años atrás, había cambiado mucho, hasta su voz y su temperamento parecían haber cambiado, ahora la veía más segura de si misma.
Ahora no lo tendría facil.
Emma no quiso seguir hablando con él y sin decir palabra, entró en la cabaña cerrando la puerta en las narices de Daniel.
Daniel se volvió hacia su coche y desapareció a lo largo de la carretera , Emma desde la ventana veía como se alejaba , y por fin se sentía serena y relajada.
No quería saber nada de Daniel , ni de su pasado.
Aunque la duda de su regreso, la atormentaba.
¿ Por qué Daniel quería hablar con ella ? ¿ Y qué era lo que tenía que decirle, por que motivo viajar de New York a Texas ?
Emma no podía dormir...
Escuchó una canción que siempre la había echo sentirse valiente y fuerte.
La música la lleno de energía,recordándole que ella era capaz de superar cualquier obstáculo.
Decidió que no iba dejarse vencer por el dolor.
"¿Seguía amando a Daniel a pesar de todo el daño que le había causado? ¿O el rencor que sentía hacia él era más fuerte que cualquier otro sentimiento?"
"¿Por qué había regresado Daniel a Texas después de tantos años? ¿Qué quería de ella ahora?"
"¿Había cambiado Daniel durante su tiempo en Nueva York? ¿O seguía siendo el mismo hombre que la había abandonado?"
"¿Estaba Daniel realmente arrepentido de lo que había hecho?"
A pesar de la música,l a mente de Emma no dejaba de hacerse preguntas,sin respuestas ,ni tenia claro por que Daniel se había molestado en buscarla y encontrarla.
La noche iba a ser larga...
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suspense, amor inesperado del destino, decisiones difíciles.
Editado: 20.02.2025