Amor Salvaje

Capítulo 62º El mundo en pausa.

El viento soplaba con fuerza esa mañana en el exterior. Las copas de los árboles se mecían, por el fuerte viento. Me levanté temprano, aún sin noticias de Cole. La taza de café temblaba entre mis manos mientras contemplaba el paisaje nevado, pero en realidad mi mente estaba a kilómetros de allí. Estaba en Dallas.

El silencio de la casa se me caía encima, Cole se había marchado semanas atrás, y aunque intentaba convencerme de que era algo “temporal”, mi corazón lo sentía como un vacío mucho más profundo dentro de mí. Algo no encajaba. Su mirada aquella noche, su silencio… y el apretón de manos con su madre, Evelyn; había algo más. Algo que Cole no me decía, a pesar de que en los últimos momentos lo compartiamos todo. Y estábamos tan felices los dos.

¿ Por qué tuvo que irse, por que no me llevó con él?

Decidí no insistirle por teléfono. Me contestaba con mensajes breves, evasivos, mostrándose distante.

Pero sí que llamaba a Evelyn.

Y esa misma mañana, tras muchos tonos, finalmente contestó.

—Emma, cariño. —Su voz sonaba apagada—. ¿Todo bien por ahí?

—Sí… Bueno. Te llamo porque… extraño a Cole, y quería saber cómo están. —Guardé silencio un segundo—. Y también… quería preguntarte por ti. ¿Estás bien?

Se tomó un segundo largo antes de responder.

—Estoy haciendo lo que toda madre haría, Emma. Intentando proteger a mi hijo. A mi familia. —Luego añadió—: Pero no puedo decir más. Solo confía en él, por favor.

La llamada terminó dejándome más dudas aún. No podía evitarlo, mi instinto me decía que había algo, que no me decía Cole y que incluso su madre tampoco estaba dispuesta a contarme.

Mientras tanto, en Dallas, el hospital infantil mantenía sus luces encendidas a cualquier hora del día. Cole no se había separado ni un minuto del lado de la habitación donde yacía su hijo. El pequeño estaba entubado, cubierto por sábanas blancas y rodeado de máquinas que monitoreaban su estado.

—Responde, por favor… —le decía Cole con los ojos húmedos, apretando la pequeña mano del niño—. Necesito que vuelvas a abrir los ojos. Te prometí que no ibas a estar solo, ¿recuerdas?

Evelyn lo miraba desde el sillón, con el corazón encogido. Había criado a Cole para ser fuerte, pero no para vivir algo así. No para ver a su pequeño hijo en estado crítico, por culpa de un conductor irresponsable.

—La niña de la guardería preguntó por él —dijo de pronto Kiara, que había entrado con una bolsa de ropa limpia para Cole—. Lo echan de menos. Todos lo hacen. Es un niño tan bueno...

Cole apenas levantó la vista.

—Gracias por venir —dijo de manera cortante.

Kiara suspiró, dejando la bolsa sobre la silla.

—Solo quiero ayudarte, Cole. A ti… y al niño. Siempre he estado aquí. Incluso cuando Grace aún estaba viva.

Confesiones que Kiara quería compartir estando Evelyn delante.

—No es momento para esto —respondió él finalmente—. No ahora, ¿ en serio?

Kiara estuvo de acuerdo, con sus palabras. Ella tenía claro que iba a luchar por él, y que no se iba a rendir.

Kiara tenía ahora mismo la oportunidad de poder atacar a Cole, ahora que él estaba más decaído, más frágil, ahora no estaba Grace entre ellos, por fin Cole estaba libre.

Ahora era el momento perfecto, no podía perder a Cole, su amor secreto en silencio durante tantos años, un amor que era de su mejor amiga a la cuál siempre se lo ocultó, pero ella ya no estaba y Cole ahora era un hombre libre.

Kiara se decia para si misma " Tu niño y tu madre serán mis aliados perfectos, tu madre me adora y tu niño me quiere muchísimo, siempre he estado junto a él, mientras tú, te escaparte, huiste, por miedo, por cobardía, o por qué no estabas preparado, y son dos puntos a mi favor, convencerte será mi lucha a partir de ahora amor. Caerás en mis brazos, Cole...te lo aseguro. "

Un amor que ahora, por fin quería para ella.

Kiara y sus pensamientos.

A veces me pregunto si alguna vez me ha visto de verdad. No como la amiga que ayuda, o la que cuida al niño… sino como una mujer.

Hoy lo vi más derrumbado que nunca. Sentado al borde de la camilla de su hijo, con las manos temblando y la mirada perdida. Me dolió. Me dolió muchísimo verlo así, pero también me dolió querer abrazarlo y dudar si tenía derecho a hacerlo.

Me acerqué despacio. No dije nada. Solo le rodeé sus hombros con los brazos y lo atraje hacia mí. No me rechazó. Al contrario, se dejó llevar. Se apoyó en mí como si necesitara un sitio donde apoyarse, donde sentir calor.

Y ahí me quedé paralizada, con él entre mis brazos.

No fue romántico, ni perfecto. Fue triste. Pero también fue la primera vez que sentí que él me necesitaba… aunque fuera solo por un instante, me dejó acercarme, más que nunca.

No sé si algún día me verá como yo lo veo. Pero si este es mi papel, si esto es todo lo que puedo darle… entonces me quedo, esperaré. Estaré Cerca. Siempre cerca.

En texas...

Mientras tanto, yo paseaba por la nieve, sola. Mi chihuahua corría entre los árboles disfrutando de la frialdad de la nieve. Luego regresaba dentro y me rescostaba sobre el sofá, junto a Elvis, y en lo más profundo de mi alma, comencé a temer algo; que la distancia entre nosotros no fuese solo física. Sino que alguien, se interpusiera entre nosotros.

Pero aún no sabía la verdad.

Aún no sabía… que Cole tenía un hijo.

Y que ese niño estaba entre la vida y la muerte.

Emma y su diario.

Me dijo que era un asunto familiar. Que no podía explicarme mucho, pero que volvería pronto.
Lo escuché decirlo con voz tranquila, casi ensayada, como si quisiera protegerme… o tal vez, protegerse a él mismo.

Desde que se fue a Dallas con Evelyn, me ha llamado dos o tres veces. Solo para decirme que está bien. Que piense en mí. Que tenga paciencia.
Pero no me cuenta nada. Ni una palabra sobre qué lo llevó a irse tan de repente.

Y yo lo espero. Como se espera a quien se ama sin condiciones.
Pero mientras más días pasan, más me duele este silencio que hay entre nosotros.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.