El agua resbalando por mi espalda me causo escalofríos, acepte estar en ese programa para poder llegar a ti, al estar emparejado con Hye Jie me sentía más cómodo, no tenia que fingir que la quería, solamente tenia que comportarme normalmente y ser su amigo, la gente se encargaría de malinterpretarlo todo, pensaba que al conocerme no caerías en ese truco barato del que todos son victimas porque nos conocías a ambos.
Golpee el vidrio que cubría la regadera haciendo que se rompiera, conociéndote ya habías armado toda una novela dentro de tu cabeza, el golpeteo en la puerta me desconcentro, ¿Qué podía hacer si ya habías caído en la trampa de la publicidad?
—¿estás bien Yun?
—¿es necesario que estés en mi casa Hye Jie? —quite el agua que bajaba por mi cara dejándome ciego
—El señor Won me lo pidió, no puede venir por que su Hija más pequeña tiene fiebre
—No necesito un niñero
—Yun, haz estado actuando extraño desde que Lin se fue
—¿estas segura?
—Muy segura, ¿Por qué no quieres contarme que ocurre?
—Si te lo digo ¿serás capaz de soportarlo?, mis padres no lo aceptaron
Me quede parado con mi mano manchada de sangre viendo correr el agua pintada de rojo, mis padres no estaban de acuerdo con que me casase con una extranjera, ¿no son diferentes? ¿Qué hay de la boda?, ¿Cómo se llama?, ¿Dónde Vive?, ¿Sus padres están de acuerdo con esto?, ¿tienes que ir a pedir su mano?, ¿la boda será una tradicional aquí o de donde ella viene?, ¿Por qué religión se casaran?, ¿ella es cristiana, ortodoxa, católica?, ¿bajo qué religión educaran a sus hijos?, no pude contestar ninguna de esas preguntas por que en realidad no conocía lo suficiente a Lin, comprendía el temor de mis padres, siempre pensé que sentir que estabas solo era meramente superfluo, que la vida no se emprendía con nadie a tu lado, no podía estar más equivocado.
—¿Yun? —la voz de Hye Jun volvió a llamarme a través de la puerta
—Hye Jie, enserio que eres estresante
—Lo lamento, después del ruido que escuche no puedo quedarme tranquila
—Saldré en unos segundos, solo necesito un poco de espacio
—Comprendo, la cena esta lista seca tu cabello para cenar
Seque mi cuerpo, colocando mi ropa interior mirándome en el espejo, limpiando aquella fina capa de roció dejado por el agua caliente con la mano, no pude reconocer mi propio reflejo, peine mi cabello hacia atrás, colocándome aquel pants negro, junto a la playera color rojo, comencé a mover mi cabeza como si fuese un pequeño perro tratando de secarse, si alguien se enterara que Hye Jie estaba en mi casa tendría problemas, no podía arriesgarme llevábamos dos días en el programa, no podía arriesgarme a tener un escándalo, abrí la puerta buscando un recogedor junto a la escoba recogiendo los vidrios rotos de aquella puerta de cristal rota.
—¿Qué ocurrió? —Hye Jie cruzaba los brazos y arqueaba su ceja mirándome molesta
—Me recargué de mas sobre ella —repuse sin darle importancia, arrojando los vidrios en una pequeña caja colocándole una marca roja para evitar tirarla en el reciclaje.
—Yun —el suspiró de Hye Jie ¿Cuánto había suspirado estos días por mi causa?
—Lo lamento Jiejie —sonreí dándole un pequeño golpecito en la frente
—¿realmente estas bien?
—No lo sé… ¿Quién sabe realmente si el otro esta bien?, podría preguntarte lo mismo Hye Jie
—Siempre pensé, que eras mi alma gemela Yun y que pasaríamos el resto de nuestras vidas juntos —al escuchar sus palabras se me hizo un nudo en la garganta.
comprendía como se sentía, yo mismo creí que en algún momento tendríamos ese tipo de relación, hasta que la conocí a ella, Lin era pequeña con piernas cortas, delgada pero no como una modelo, tenia pequeños lunares en su rostro, unas pestañas largas, sus ojos sinceros me hacían querer ver todas sus máscaras, su hermoso cabello quería enredarme en él como si fuese una manta y su dulce corazón que a pesar de su forma fría siempre relucía entre aquella abrumadora escarcha fría que la rodeaba.
—Lo lamento Hye Jie —respondí sinceramente
—¿realmente quieres a Lin?
—Quiero atarle un Hilo rojo a su meñique y hacer que nunca se lo quite —respondí sonriendo
—debiste haberlo echo
—No me dio tiempo
—Yun …
—¿si Hye Jie?
—si al final …tu y ella …—cubrí su boca con mi mano.
Me negué a escucharla, suficiente era mi preocupación al no tener a Lin cerca, escucharla decir aquellas palabras terminarían por derrumbar el pequeño muro de confianza que me costó mucho levantar después de su partida.
—Sin duda colocaré ese Hilo rojo en su dedo —respondí con seguridad en mi voz, levantando el pulgar en son de victoria.
Al terminar la cena Hye Jie se despidió, asentí sin más. Su mirada me dio a entender sin necesidad de palabras lo que pensaba, ella no estaba de acuerdo con mis acciones, no estaba de acuerdo en que me quedase con Lin, cerré la puerta. Arrastrando un pequeño banco hacia el pequeño balcón estirando mis piernas sintiendo el frescor de la noche mire las estrellas, [¿Qué estarás haciendo en este momento mi querida Lin?] pregunte en silencio a la luna, su suave estela iluminaba de una forma sacra el cielo, evitando ver las estrellas cercanas.