Amor y guerra

Capítulo 11

—¡Eso debe significar algo! —exclamó Amelia Brand

—El amor tiene significado. Eso Sí. Un uso social, un lazo social, crianza de niños —interrumpió Amelia Brand a Cooper.

— ¿Amas a personas que murieron? ¿Hay utilidad social en eso?

—Ninguno —dijo Cooper.

—Tal vez, signifique, qué, algo más, algo que todavía… No... entendemos, tal vez, es

alguna evidencia, un artefacto de otra dimensión más alta, qué con conciencia

no percibimos… Me trajo a través del universo hacia una persona que no he visto

en décadas, y qué sé… que debe de estar muerto. El Amor es la única cosa que

podemos percibir y que trasciende dimensiones de tiempo y espacio.

Tal vez, hay que confiar en eso. Aunque no podamos entenderlo aún —respondió Amelia Brand.

 

Extracto de la Película Interstellar

 

 

Capítulo 11

Escrito por Usted

 

Norman está sosteniendo la carta que posee en su poder, quedó pálido por la información. Sus muchos años en los marine le habían hecho vivir un sinfín de emociones y situaciones que hicieron de a poco a Norman un hombre con nervios serenos. Pero esto, esto es sin duda algo que lo perturbo. Nunca se imagino que el hijo adoptado de su amigo Jordan es el hijo biológico de Robert su enemigo. Tomo asiento dejando la carta encima de la mesa, no paraba de releer la carta. Mientras sus pensamientos creaban las estrategias de cómo llevar esta situación.

— No lo puedo creer. El policía es el hijo biológico de Robert. –se dijo así mismo mientras relee la carta. – ¡No!... Esto debe ser una broma. Jordan como me has jodido la paciencia. ¡Hijo de puta!, porque te lo guardaste todo este tiempo. Ahora, resulta ser que tengo hijos y nietos. No lo puedo creer. Ahora yo tengo que convertirme en el padre Tereso de Calcuta. Pero, por otro lado, Giovana y esa noche. No tengo recuerdos de nada. Estaba demasiado ebrio. –cierra los ojos y coloca sus dedos en su tabique nasal masajeando su piel tratando de hacer memoria de esa noche. Pero, nada. Solo recuerda el rostro de la joven Giovana. – No. Nada. Maldita sea. ¿Qué debo hacer ahora?

Norman se siente un poco estresado por las diversas situaciones que ya ha vivido en este corto período de tiempo, cuando su cuerpo comienza a estremecerse sin control, haciéndolo caer al suelo en posición fetal, sus niveles de dopamina habían caído de repente. Está teniendo un ataque fuerte de Parkinson. Justo en ese momento tocan el timbre de su casa. Norman intenta pedir ayuda, pero, mientras más trata de emitir sonido, ningún gesto sonoro sale de su boca. El sujeto que está tocando el timbre sigue insistiendo. Norman trata de hacer un último esfuerzo y lanza una patada a la silla cayendo encima de un jarrón quebrándolo por completo. El sujeto se coloca en estado de alerta al escuchar el ruido, camina hasta la ventana y allí ve a Norman tirado en el suelo temblando. Intenta abrir la ventana con la fuerza de sus brazos, pero el intento es en vano, mira a su alrededor y allí ve una piedra de buen tamaño, la toma rápidamente y con todas sus fuerzas la lanza contra el vidrio quebrándolo por completo. Salta por la ventana corre hasta Norman, trata de levantarlo, pero este se estaba poniendo rígido.

—¡Norman! ¡Norman!. Hermano, ¿qué tienes? —exclamó Germán. Norman trata de mover su mano y señala un frasco que esta encima de la nevera. Germán se percata del asunto y sale a toda velocidad, toma el frasco, lo destapa coge unas pastillas, se regresa, como puede trata de abrirle la boca a Norman. El primer intento Norman no podía abrir su boca para recibir el medicamento, hasta que Germán con sus dedos aplico mucha más fuerza y logró abrirla unos centímetros y logro introducir por la fuerza el medicamento, Norman realizó un esfuerzo sobrehumano para tragarse la pastilla. Hasta que por fin lo logró y poco a poco Norman regresaba a la normalidad. Germán lo alzó con cuidado y colocó su cuerpo en el sofá. Allí lo dejo. Paso el rato y Norman ya se ha recuperado totalmente.

—¡Gracias a Dios! —exclamó Germán—. Ya te encuentras mejor —Norman observa con agrado a Germán. Solo se limita a observarlo. Germán sonríe con agrado también. Norman le dirige la palabra.

—Gracias a dios hermano. –Germán Miller es el hermano gemelo de Norman Miller, ambos idénticos, solo que la diferencia entre ambos es que a Norman por alguna extraña razón se le desarrollo el Parkinson y Germán no llego a padecer la enfermedad. Germán es el mayor de los dos. Ya que Germán nació primero y Norman minutos después. – Que llegaste justo a tiempo.




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