En el Planeta Sagrado del Kaio Shin del universo 7 (mejor conocido como Shin por sus amigos), estaban reunidos otros de sus compañeros con él y su esposa Lilith; una de las visitas era de baja estatura con un peinado recogido, su ropa era de color rojo con mangas verdes, cinta azul y pantalones negros, aretes verdes, se llamaba Kai. El otro era de piel color pastel, tenía un mechón que le salía de su cabeza y una gran barba blanca, sus ropas eran de color amarillo naranja, mientras que el externo era de un azul marino con líneas rojas, sus aros amarillo, de nombre Perú.
— Esto es muy grave, he sentido un segundo ki poderoso de mi universo que hace poco desapareció — dijo el del Universo 2.
— ¿Por qué no informaste antes? — le preguntó Kai.
— Investigué, pero no encontré nada la primera vez, por eso no avise — respondió el hombre mayor.
— Eso se une a la desaparición de un par de habitantes muy fuertes de mi universo — meditó en voz baja la mujer Kaio.
— En el mío igual pasó lo mismo hace poco con un par de individuos, un namek y una mujer llamada Yaniana — comentó Perú.
— En mi universo también uno de los que ya no está es de esa raza, de nombre Piccolo, y una muchacha llamada Eterna — explicó la del Universo 11.
Kaio Shin y Lilith, que hasta ese momento se habían mantenido en silencio, intercambiaron miradas, nerviosos.
— Nosotros también conocemos a un Piccolo que es namek, en este universo
— ¿Y saben dónde están ahora? — consultó la ser suprema.
— Sí, en el infierno, voy a conversar con él a ver si tiene alguna idea de que puede estar pasando.
— Te acompaño — lo siguió Lilith, dejando a las dos visitas con el anciano Kaio Shin.
Cuando llegaron al averno encontraron al matrimonio entrenando, suspiraron aliviados.
— Amigos — gritó Shin saludándolos con la mano, tranquilo al verlos bien.
En ese momento un namek con un ki oscuro, cuya expresión no indicaba nada bueno, apareció al lado de Piccolo y la mujer del mechón blanco.
— Cuidado — alcanzó a avisarles la pelirroja, pero ya fue tarde.
Los habitantes del infierno no alcanzaron a hacer nada, fueron aprisionados en una especie de caja transparente. Lilith trató de paralizar al intruso con su técnica especial, pero fue inútil.
— ¿Trataste de hacer algo? jajaja — se burló el recién llegado.
La pareja atrapada comenzó a lanzar ataques, pero no funcionaron, se unieron la pelirroja y su esposo desde fuera, pero el resultado fue el mismo.
— Que idiotas, esto nadie puede romperlo, yo demoré 10 años en lograr encontrar la forma de salir de una así, y eso que fui quien la creo — rió el ser de alma negra.
— ¿Quién eres? — preguntó Kaio Shin nervioso.
— Soy Scargo, si me disculpan — su tono se volvió irónico — debo irme, tengo poco tiempo para reunir la mayor cantidad de energía, y así convertirme en el ser más poderoso de todos los universos.
Desapareció llevándose a sus prisioneros, dejando a los otros agotados y sin saber que hacer.
— Volvamos con los demás — apremió Shin.
— ¿Qué pasó? — preguntó Kai al verlos aparecer en ese estado.
— Cuando llegamos estaban bien, pero no pudimos evitar que se los llevarán, tratamos de detener al secuestrador, es un poderoso namek que dijo llamarse Scargo, que quiere absorber poder para ser el más fuerte de los universos — les explicó Shin.
— Piensa absorber a todos lo de mi universo que son los más fuertes de todos — se asustó Perú.
— Guarda silencio — dijo la Kaio — el peligro es para todos, sé que él quiso asimilar a todos los de su raza de mi universo, pero el nuevo Gran Patriarca de ellos lo detuvo. Scargo puede absorber la energía de cualquier ser vivo para incrementar la suya hasta matarlo, pensé que había quedado atrapado en las celdas de dimensión — al ver la cara de pregunta de todos explicó — él creo una técnica para poder entrar un pedazo de un universo en otro, es una jaula que nadie puede destruir, solo él puede crearlas, pero no podía salir, hace años que había quedado atrapado en una. Veo que aprendió a salir de ellas, su condición de guerrero y del Clan Dragón se lo permite.
— Debemos detenerlo, pero si vamos puede quitarnos nuestros poderes también — meditó Perú.
— Podría pedirle a Yun, el hijo de la pareja de mi universo que nos ayude, es muy fuerte e inteligente — sugirió Shin.
— Esto no es algo que pueda hacer uno nada más — dijo Kai.
— ¿Las otras parejas tienen hijos? — preguntó Lilith.
— Sí — respondieron los otros Kaios.
— Entonces creo que ellos podrían ayudarnos, son medio namek e hijos de Piccolo, deben tener mucha fuerza y su astucia.
— Esta bien, los reuniremos, espero que tengan razón, esto es muy peligroso, todos los universos están en peligro.
Los Kaio Shin fueron por los jóvenes a sus universos.
En el universo 2 un joven de estatura media, de piel verde muy claro, uñas largas, colmillos y orejas puntiagudas, de cabello café y ojos negros estaba meditando, hacía unas horas que había vuelto de su viaje a Namek, en casa no encontró a su madre, como todavía no era tarde, y no le aviso que llegaría ese día no estaba preocupado.
Le daría una gran sorpresa cuando lo viera, ambos se querían mucho, al otro día planeaba ir a ver a su padre. Recordó que a los 5 años recién lo conoció, antes había vivido solo con su mamá, quien solo le dijo que su padre era un gran guerrero. Cuando lo conoció, Piccolo trató de entrenarlo, pero enseguida se dio cuenta que su hijo pertenecía al Clan del Dragón, al final solo fue lo más básico para luchar lo que le enseñó. Eso desánimo al joven, porque lo que más deseaba era la aprobación de su padre y que se sintiera orgulloso de él, como luchador.
En eso se le apareció enfrente una Kaio, de mirada seria.
— ¿Quién eres? — preguntó el muchacho poniéndose de pie.
Editado: 16.04.2020