— ¿Qué les ocurre? — preguntó Yun al ver llegar a la pareja de esa manera.
— Tienes que venir pronto, en mi planeta te explicaremos — dijo el ser supremo apurado.
— Bet — llamó a su esposa.
— Tranquilo, estaremos bien — se despidió de beso de él.
— Cuida a mamá y hacele caso en todo — le pidió a su hijo.
El pequeño, con la cara muy seria, se despidió de su padre afirmado de la mano de su madre.
Cuando llegaron al Planeta Sagrado encontraron al anciano Kaio Shin y a los otros dos jóvenes, a los otros Kaio Shin se los llevó Daishinkan, Zeno Sama quería verlos.
— ¿Por qué los mandó llamar? — se desentendió del asunto, lo otro era más importante — que bueno que ya están los tres — puntualizó Shin.
— ¿Qué pasa? — consultó Bioru.
— Verán, ustedes son hijos de Piccolo y debemos contarles que....
— ¡¡QUE!!... de mi padre... somos hermanos... — se mostró asombrado Yun, mirando a los demás.
— Exactamente sería medios hermanos — aclaró el joven de ojos aguamarina, con los brazos cruzados, muy serio.
— Espera, mejor yo sigo, los estás confundiendo — la pelirroja se dirigió a los reunidos — todos son hijos de Piccolo, pero de distintas dimensiones y con diferentes mujeres.
Los tres se miraron con desconfianza, era tan raro todo lo que estaba pasando.
— Para que nos trajeron, dijeron que era muy importante — preguntó preocupado Bioru.
— Sus padres fueron secuestrados — los tres miraron fijamente a la mujer — los otros Kaios de sus universos — se dirige a los dos jóvenes desconocidos — nos avisaron que algo pasaba, al parecer alguien entró y robo energía de guerreros poderosos hasta matarlos, y se llevó un par de personas, cuando atamos cabos nos dimos cuenta que en ambos casos el varón era un tal Piccolo, namek. Lo siento Yun, intentamos ayudar a tus padres, pero el enemigo era muy fuerte. El ki del secuestrado casi no se siente, lo ocultó, pero cuando se llevó a Izbet se descuidó, sentimos que llegó a donde suponemos los tienen, es una especie de encrucijada entre dimensiones, usa jaulas multidimensionales para retenerlos.
— Vamos entonces, entre todos podemos rescatarlos — dijo Yun.
— Hay que pensar bien las cosas antes de actuar — le rebatió el hijo de Eterna.
— No debemos esperar... a todo esto ¿Cómo te llamas?
— Toshi, mi madre se llama Eterna.
— Yo Bioru, la mía es Yaniana.
— Un gusto, soy Yun, mi madre es Izbet.
"Que extraño, mi madre tiene un joyero, me dijo que se lo regalo una amiga llamada así, que gran coincidencia — pensó Toshi".
— Bien, ahora que ya nos presentamos vamos a salvarlos — insistió Yun.
— Yo no iré, si mi padre no ha podido escapar, como nosotros podremos hacer algo, hay que hacer un buen plan primero.
— Somos tres para enfrentar a quien sea, más Kaio Shin y Lilith. No me quedaré de brazos cruzados ¿Quién me acompaña?
— Yo — Bioru se puso a su lado.
— Toshi tiene razón, debemos averiguar más y recién pensar como contraatacar — medió Shin.
— Yo estoy con Yun — Lilith se paró al lado de los dos muchachos, se sentía culpable por no haber podido salvar a Piccolo e Izbet, por eso quería rescatarlos lo antes posible.
— Es peligroso, tú misma viste su fuerza.
— No te pido que me lleves, puedo hacerlo sola.
— No lo harás — se acercó para tomarla de la mano.
— Intenta detenernos — los tres desaparecieron.
Shin iba a seguirlos, pero Toshi lo detuvo.
— No debes seguirlos.
— Pero...
— Si no vuelven seremos los únicos para ayudar a todos.
Muy a su pesar el joven dios entendió que tenía razón, espero que su esposa volviera sana y salva.
Cuando el trío llegó al lugar se encontró que era muy extraño, los pisos y las paredes parecían estar formadas por colores que se mezclaban y separaban a cada segundo, en un sector habían jaulas cuadradas, transparentes, allí estaban las parejas secuestradas.
— Mamá — gritaron los dos jóvenes al mismo tiempo.
— ¿Qué haces acá? ¿Cómo te atreviste a traerlos? — le dijo la medio demonio molesta a la pelirroja — huyan, Scargo volverá pronto.
— Los sacaremos — Yun usó el infierno, pero el lugar ni se movía con sus golpes, no le hizo ni un rasguño a las paredes.
— Ayúdame con tu poder Bioru, prometo que luego rescataremos a tus padres.
— Es que yo no soy luchador.
— ¡¡¡QUE!!! ¿Entonces tienes poderes especiales?
— Exacto, veré que puedo hacer.
El joven del Clan Dragón odiaba no haber nacido como guerrero, sentía que su padre sería más expresivo con él si fuera luchador. Se acercó para analizar cómo se creó la prisión donde estaba su padre, esté estaba de brazos cruzados, solo le dijo una palabra.
— Vete.
En ese momento apareció el secuestrador, el namek de aura oscura.
— A ver, que tenemos aquí — miró a los cautivos y vio cierto parecido con los intrusos — los niños tratan de lograr lo que no pudieron los padres, creo que es momento de ajustar las cosas — la celda de Yaniana empezó a achicarse, el joven mago logró evitar que siguieran deslizándose las paredes y que su madre quedará aplastada, pero quedó agotado — veo que lograste entender mi técnica, pero no tienes la fuerza suficiente para controlarla, éstas a mucha distancia de mi poder, soy la combinación perfecta entre un guerrero y un mago.
— Dejalos maldito — gritó furioso Yun — ¿Qué quieres con ellos?
— Debo ser más fuerte que todos en los universos, para poder lograr mi objetivo.
— ¿Qué les harás? — preguntó Lilith nerviosa, se dio cuenta que entre los tres no lograrían nada, también había supuesto que Bioru era un luchador.
— Los asimilaré — apuntó a los Piccolos — su fuerza e inteligencia será mía jajaja.
— Eres un maldito — Yun lo atacó, pero su enemigo paró todos sus ataques sin problemas.
Editado: 16.04.2020