Ángel Ciego 6. El hijo de Izbet y Piccolo

Parte 1

Videl recibió una llamada sorpresiva.

— Buenas tardes, soy Jenny, la asistente de Izbet.

— Buenas tardes ¿Cómo está? ¿En qué puedo ayudarle? — le pareció extraño que la llamará.

— Disculpe ¿Podría hablar con su esposo? — se notaba que la mujer estaba nerviosa.

— Espere un momento, por favor — tapando con la mano el auricular para que no se oyera — es la asistente de Iz, quiere hablar contigo — le susurró a su esposo.

— Hola, soy Gohan, dígame en que puedo ayudarla.

— Disculpe, creo que usted sabe cómo contactarse con el Sr. Piccolo, el novio de Iz.

— Sí, efectivamente.

— Necesito comunicarme con él urgente, podría decirle que me busque mañana temprano, a las 7 de la mañana en la oficina por favor, debo comentarle algo lo antes posible.

— Está bien, lo ubicare inmediatamente para decirle.

— Muchas gracias, y por favor que Izbet no lo sepa, disculpe la molestia — colgó el teléfono.

— ¿Qué pasa? — preguntó curiosa Videl.

— Quiere que el Sr. Piccolo vaya mañana a la oficina a conversar con ella, dijo que era algo importante, como no sabe ubicarlo pensó en pedirme ayuda, pero no quiere que Iz sepa.

— ¿Qué puede ser lo que quiere decirle?

Al otro día a la hora en punto llegó el namek a la empresa.

— Buenos días, Sr. Piccolo

— Buenos días ¿Qué ocurre? — consultó curioso.

— Sé que no debería hacer esto, pero quiero mucho a Iz... hace como 20 días empezó con náuseas, y algún vomito ocasional, pero la semana pasada se desmayó dos veces, me prometió hacerse ver, pero usted sabe cómo es... y no sabía a quién más recurrir.

— No te preocupes, me haré cargo, gracias — dijo preocupado.

Decidió pedirle consejo a Bulma, tal vez comió algo pasado pensó.

— Hola — dijo el guerrero a la dueña de la Corporación Cápsula.

— Hola, que sorpresa ¿Qué pasa? — la mujer del cabello azul lo notó nervioso.

— Necesito llevar a Iz con un médico y no conozco ninguno ¿Podrías ayudarme?

— ¿Qué le pasa?

— Jenny, su asistente, me dijo que hace un tiempo ha tenido náuseas y vómitos, la semana pasada se desmayó, pero no se ha hecho ver todavía.

— Mmm, tráela, creo saber que ocurre, mientras iré a una farmacia.

— ¿No sería mejor ir a un especialista?

— Anda a traerla y saldremos de dudas, si no es lo que creo, la llevaré a mi médico arrastrándola si es necesario.

Piccolo fue a buscarla, entró directo a la oficina, la tomó en sus brazos y salió con ella por la ventana.

— ¿Qué pasa para que me saques así, grandote? Podría haber estado con más personas.

— Te desmayaste un par de veces la semana pasada — respondió serio.

— Pero... ¿Cómo supiste? Jenny... juro que cuando vuelva la despediré.

— Sabes que no lo harás, hizo lo correcto.

— Yo pensaba que nunca me traicionaría — iba con los brazos cruzados, fastidiada.

— No lo hizo, sólo está preocupada por ti — ya no hablaron más camino de la casa de la mujer del cabello azul.

Apenas llegaron donde Bulma, ésta tomó de la mano a la mujer ciega y la llevó al baño, Piccolo alcanzó a escuchar algunas palabras sueltas: imposible, médicos, equivocarse, no se protegieron, pero la última frase dicha por la científica si la escuchó y muy claro: si logró que Vegeta me acompañe a los eventos sociales y se comporte, tú harás lo que digo y AHORA.

Al rato, la científica lo llamó.

— Piccolo, ayúdame, se desmayó.

Él la llevó a una de las habitaciones.

— ¿Por qué estás tan contenta? Se volvió a desmayar — dijo bajo el namek para no despertar a su novia.

— Salgamos, debe descansar. Hablaremos en la sala.

Cuando llegaron allí.

— Ahora fue por la impresión — la sonrisa no se le quitaba a la mujer.

— ¿Impresión? — que pudo haberlo provocado se preguntó — ¿Tiene que ver con este palito que tenía en la mano? — en una pequeña ventanita se veían dos rayas rosadas.

— Es un test de embarazo, y dio positivo.

— ¿Cómo? — embarazo... positivo... Piccolo no entendía nada.

— Positivo — al ver la confusión del namek le dijo la noticia lo más directa posible — está esperando un bebé.

— Pero si a ella le dijeron que no puede tener hijos, nunca ¿Estará defectuosa está cosa? — no podía creer lo que escuchaba.

— Un negativo sí, pero un positivo casi nunca, además no sería la primera vez que los médicos se equivocan, voy a ver si la futura mamá ya despertó — iba con una gran sonrisa.



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En el texto hay: culpa, amormaternal, decepción

Editado: 16.12.2019

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