Videl recibió una llamada sorpresiva.
— Buenas tardes, soy Jenny, la asistente de Izbet.
— Buenas tardes ¿Cómo está? ¿En qué puedo ayudarle? — le pareció extraño que la llamará.
— Disculpe ¿Podría hablar con su esposo? — se notaba que la mujer estaba nerviosa.
— Espere un momento, por favor — tapando con la mano el auricular para que no se oyera — es la asistente de Iz, quiere hablar contigo — le susurró a su esposo.
— Hola, soy Gohan, dígame en que puedo ayudarla.
— Disculpe, creo que usted sabe cómo contactarse con el Sr. Piccolo, el novio de Iz.
— Sí, efectivamente.
— Necesito comunicarme con él urgente, podría decirle que me busque mañana temprano, a las 7 de la mañana en la oficina por favor, debo comentarle algo lo antes posible.
— Está bien, lo ubicare inmediatamente para decirle.
— Muchas gracias, y por favor que Izbet no lo sepa, disculpe la molestia — colgó el teléfono.
— ¿Qué pasa? — preguntó curiosa Videl.
— Quiere que el Sr. Piccolo vaya mañana a la oficina a conversar con ella, dijo que era algo importante, como no sabe ubicarlo pensó en pedirme ayuda, pero no quiere que Iz sepa.
— ¿Qué puede ser lo que quiere decirle?
Al otro día a la hora en punto llegó el namek a la empresa.
— Buenos días, Sr. Piccolo
— Buenos días ¿Qué ocurre? — consultó curioso.
— Sé que no debería hacer esto, pero quiero mucho a Iz... hace como 20 días empezó con náuseas, y algún vomito ocasional, pero la semana pasada se desmayó dos veces, me prometió hacerse ver, pero usted sabe cómo es... y no sabía a quién más recurrir.
— No te preocupes, me haré cargo, gracias — dijo preocupado.
Decidió pedirle consejo a Bulma, tal vez comió algo pasado pensó.
— Hola — dijo el guerrero a la dueña de la Corporación Cápsula.
— Hola, que sorpresa ¿Qué pasa? — la mujer del cabello azul lo notó nervioso.
— Necesito llevar a Iz con un médico y no conozco ninguno ¿Podrías ayudarme?
— ¿Qué le pasa?
— Jenny, su asistente, me dijo que hace un tiempo ha tenido náuseas y vómitos, la semana pasada se desmayó, pero no se ha hecho ver todavía.
— Mmm, tráela, creo saber que ocurre, mientras iré a una farmacia.
— ¿No sería mejor ir a un especialista?
— Anda a traerla y saldremos de dudas, si no es lo que creo, la llevaré a mi médico arrastrándola si es necesario.
Piccolo fue a buscarla, entró directo a la oficina, la tomó en sus brazos y salió con ella por la ventana.
— ¿Qué pasa para que me saques así, grandote? Podría haber estado con más personas.
— Te desmayaste un par de veces la semana pasada — respondió serio.
— Pero... ¿Cómo supiste? Jenny... juro que cuando vuelva la despediré.
— Sabes que no lo harás, hizo lo correcto.
— Yo pensaba que nunca me traicionaría — iba con los brazos cruzados, fastidiada.
— No lo hizo, sólo está preocupada por ti — ya no hablaron más camino de la casa de la mujer del cabello azul.
Apenas llegaron donde Bulma, ésta tomó de la mano a la mujer ciega y la llevó al baño, Piccolo alcanzó a escuchar algunas palabras sueltas: imposible, médicos, equivocarse, no se protegieron, pero la última frase dicha por la científica si la escuchó y muy claro: si logró que Vegeta me acompañe a los eventos sociales y se comporte, tú harás lo que digo y AHORA.
Al rato, la científica lo llamó.
— Piccolo, ayúdame, se desmayó.
Él la llevó a una de las habitaciones.
— ¿Por qué estás tan contenta? Se volvió a desmayar — dijo bajo el namek para no despertar a su novia.
— Salgamos, debe descansar. Hablaremos en la sala.
Cuando llegaron allí.
— Ahora fue por la impresión — la sonrisa no se le quitaba a la mujer.
— ¿Impresión? — que pudo haberlo provocado se preguntó — ¿Tiene que ver con este palito que tenía en la mano? — en una pequeña ventanita se veían dos rayas rosadas.
— Es un test de embarazo, y dio positivo.
— ¿Cómo? — embarazo... positivo... Piccolo no entendía nada.
— Positivo — al ver la confusión del namek le dijo la noticia lo más directa posible — está esperando un bebé.
— Pero si a ella le dijeron que no puede tener hijos, nunca ¿Estará defectuosa está cosa? — no podía creer lo que escuchaba.
— Un negativo sí, pero un positivo casi nunca, además no sería la primera vez que los médicos se equivocan, voy a ver si la futura mamá ya despertó — iba con una gran sonrisa.
Editado: 16.12.2019