Ángel Ciego 6. El hijo de Izbet y Piccolo

Parte 6

— Escuche todo ¿Por qué lo envenenaste contra su madre, ellos siempre nos dieron su cariño, Izbet siempre nos trató como a sus propios hijos — le reclamó Bet a su hermano.

— Mentira, sólo te quería a ti, y a ese monstruo que tiene de hijo.

— ¿Que está pasando aquí? — Jenny escuchó los gritos luego que quedó sola.

— Él fue quien le dijo esas mentiras a Yun sobre su mamá.

— ¿Cómo pudiste?

— Los quieres a ambos más que a mí, que soy tu hijo, a ese monstruo verde lo proteges solo por ser el hijo de tu jefecita, toda esa sangre está maldita — la mujer, indignada, le dio una cachetada y lo tomó de la camiseta.

— Ella evitó que me violarán cuando era niña, me dio su confianza y me protegió desde que me salvó de las luchas ilegales, donde yo era poco menos que una esclava. Y ese monstruo verde como le dices siempre nos ha ofrecido su amistad, incluso salvo a tu hermana esa vez del banco, no debí ocultarte lo que pase cuando niña, y porque la quiero tanto — notó que Marcos no demostraba nada al haber escuchado todo lo que pasó de pequeña — nunca lo entenderás ¿Verdad?

— Lo que hizo por ti es cosa de ustedes nada más — la miró con reproche — tú me odias por haber sido un cobarde cuando pasó lo del asalto.

— Para nada, sé que no podías contra ellos, si los hubieras enfrentado habrías muerto.

— Hubiera sido mejor, así no habría vivido todos estos años sintiendo tu rencor por no ser valiente.

— Que equivocado estas. Me das lástima, tienes mucha maldad en tu corazón, si sigues así tu vida será miserable... además si su sangre es maldita, tú también lo eres.

— ¿Por qué dices eso?

— Recuerdas el accidente que tuviste hace tres años.

— Sé que esa demonio pagó todo.

— No sólo pagó todo — lo miró fijamente — necesitábamos sangre, tenías una hemorragia que no paraba, tu padre no podía darte más — sonrió irónica — Izbet tenía tú mismo tipo de sangre.

— No puede ser.

— Ella te dio de la suya hasta que estuviste fuera de peligro, algo debe haber presentido porque me pidió que guardará el secreto, pero ya no es necesario — soltó a su hijo, esté cayó de rodillas al piso, se levantó lentamente y se fue a su cuarto con la cabeza gacha.

— Bet, mañana iré a los funerales de Iz ¿Quieres acompañarme?

— Ya conversé con Yun, él me llevará.

— Ahora debemos hablar en detalle lo que le conté a tu hermano sobre mi pasado.

Madre e hija se sentaron y la mayor le dijo todo a su hija.

— Te entiendo mamá, mi madrina siempre fue una buena mujer, que te quería mucho.

— Me alegra que tú también me comprendas. A tu padre le explique porque la admiraba tanto y me entendió igual que tú.

Temprano a la siguiente mañana, en el Templo Sagrado estaba el ataúd con el cuerpo de Izbet en medio de su familia, y todos quienes fueron sus amigos en vida.

— Estamos reunidos — empezó Dende — para despedir a quien en vida fuera una gran persona, amiga, compañera, pareja, y madre, dio mucho amor a todos, también cometió equivocaciones como cualquiera de nosotros, pero sobre todo nos enseñó que no hay imposibles si uno se propone algo. Ahora cumpliremos su último deseo.

Piccolo tocó la cabecera del cajón de madera, luego Yun el lado derecho, Videl el izquierdo y finalmente Gohan el de los pies, a una señal del namek lanzaron su ki que produjo una potente luz, al extinguirse todo estaba convertido en cenizas que se llevó el viento, la última voluntad de la mujer fue que sus restos fueran esparcidos por todo el planeta. Terminado el funeral, Gohan y Videl se llevaron a Jenny y a Bet, para que padre e hijo pudieran conversar.

— ¿Ahora qué haré papá? Siento que le falle a mamá — dijo sentado al lado de su progenitor, en unas escaleras.

— Tu madre siempre estuvo orgullosa de ti hasta el final, si quieres que siga sintiéndose así en el más allá, deja todo lo malo atrás, estudia como ella quería, y has algo bueno con tu vida.

Con eso en mente Yun volvió al colegio, luego de 5 años y con la ayuda de Jenny dirigía el Conglomerado Heaven perfectamente. Hacía un año atrás, y con la presencia de su padre había pedido la mano de Bet, fue aceptado por la joven.

Un día antes del matrimonio, Piccolo empezó a organizar lo necesario para darle un regalo de bodas muy especial a su hijo.

En el otro mundo.

— Por fin te encuentro Izbet — llegó agitada Uranai Baba a donde la medio demonio y su padre entrenaban — mañana volverás a la Tierra por un día, Piccolo me pidió que te avisara.

— ¿Qué pasó para que quiera que vuelva?

— No lo sé, sólo te traje el mensaje. Nos vemos mañana, vendré a buscarte temprano a este mismo lugar.



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En el texto hay: culpa, amormaternal, decepción

Editado: 16.12.2019

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