Ángeles en el infierno: No puedes escapar de quién eres

Cumplir una promesa

Lo primero que sintió Mauro al despertar fue el vacío que dejo la ausencia del cuerpo de Ángeles en la cama y lo segundo fue el frío. El departamento entero parecía una heladera. Se puso solo el pantalón y camino a paso tranquilo en dirección al comedor para toparse con una escena que le desagradaba, pero al mismo tiempo esperaba ver. El enorme ventanal que iluminaba todo el lugar durante el día estaba abierto de par en par. Su novia estaba sentada en el marco, con medio cuerpo en un vacío, a seis pisos de altura. Su corazón empezó a latir de prisa, igual que solía hacerlo cuando la veía en una situación de inminente peligro. Mantuvo la calma. Más de una vez estuvo a punto de caer por un mal susto, así que solo respiro profundo y la llamo por su nombre. Ella volteo a mirarlo, y en sus ojos solo pudo ver tristeza, preocupación y señales de que no había dormido prácticamente nada, sin embargo él estaba tan cansado que si siquiera había notado cuando salió de la habitación que compartían.

–¿Que te pasa amor mío?–pregunto extendiendole la mano para que baje de ese sitio. Ella dudo por un momento, pero finalmente confesó la fuente de su preocupación.

–Se que es tú trabajo, que necesitamos detener a Dante, pero no puedo dejar de preguntarme porque no quieres que vaya contigo.– logra articular con La voz rota. –¿Acaso no crees que sea capaz?–

–Todo lo contrario... Sé que eres la mejor, pero no mides el peligro. Te dispararon cuatro veces durante el último operativo.–

–Pero llevaba puesto el chaleco– respondio intentando minimizar el asunto.

–No me tomes por idiota Angeles, ambos sabemos que fue un milagro que hayas regresado con solo algunos rasguños.– Ella suelta un suspiro cargado de frustración. –Amor mio no me lo hagas más difícil. Sé que quieres estar a mí lado, que esta es una guerra de los dos, pero no puedo pensar claramente si estás con nosotros. No soy objetivo.– Ella analizó con detenimiento cada palabra. Sabía que tenía razón, pero no quería dejarlo solo, pero al mismo tiempo no podía concebir el quedarse esperando con el corazón entre las manos hasta que el regresará con bien o en una bolsa para cadáveres. Su máscara de orgullo y seguridad cae, y se permite derramar algunas lágrimas. No podría soportar el perder a alguien más y al mismo tiempo una de las cosas que habían echo que se ganará su corazón era precisamente esa, su entrega con la misión de hacer justicia y acabar con el mal en el mundo. No podía pedirle que se quedará a su lado, pero al mismo tiempo se sentía morir lentamente al saber que tal vez no volvería a verlo nunca. Mauro no dijo nada, solo no la estrecho de forma protectora entre sus brazos. 

–Te prometo que todo va a salir bien. Si lo detenemos, todo se acaba y al fin vamos a ser libres de esta mierda de mundo. Podremos irnos muy lejos y empezar de cero... incluso podríamos tener hijos...– Ella levanto la cabeza y se encontró con su mirada brillante de esperanza. Solo sonrió melancólica y asintió. –Confia en mí.– Deslizó su nariz rozando con delicadeza su cuello, llenando sus pulmones de su perfume. Se había convertido envío un adicto al aroma casi afrodisíaco de su piel, a todo su ser. La toma por la cintura con delicadeza haciendo que se desvanezca la distancia entre ambos y se apodera de sus labios con suabidad, con calma y al mismo tiempo con anhelo, comenzando con un juego peligroso. Cada vez que la tenía tan cerca mandaba al mismísimo infierno su autocontrol y solo deseaba hacerla suya una vez mas. La levanta como si no pesara nada, ella lo abraza con las piernas y sin dejar de besarla en ningún momento la lleva de regreso a la habitación, dispuesto a demostrarle con el cuerpo cuanto la ama.

Angeles solo cerró los ojos y respondió a sus caricias con suaves gemidos, dejandose invadir por aquella sensación tan placentera y que al mismo tiempo tan aterradora, la de entregarse en cuerpo y alma a otra persona. La pasión y el deseo eclipsan sus sentidos haciendo que olvide todo lo que le preocupa. El tiempo se detiene y el mundo deja de girar, porque cuando esta entre sus brazos se siente completa, plena, segura y los fantasmas y los miedos se desvanecen. Necesita más. Su cuerpo le pide a gritos llegar hasta ese punto donde sientes que acaricia las puertas del paraíso con la punta de los dedos, ese lugar a donde solo su novio podía llevarla.

–Deja de jugar y hazlo de una vez.– suplicó mientras se retorcía bajo su cuerpo por el roce de sus zonas más intimas, dejando de lado esa sombra de vergüenza que aún tenía en su interior. –Te necesito...– Mauro no se hace rogar. Se adentra en su intimidad de una sola estocada y sonríe triunfal cuando ella arquea su espalda de placer, llevándolo aún más profundo. Los gemidos que escapan de sus labios inundando la habitación se ahogan entre besos apasionados, mientras se desvanece la línea que separa sus cuerpos fundiéndose el uno entre el otro. Ambos sienten el orgasmo formándose pero intentan contenerse lo más posible, porque ninguno de los dos quiere que termine, porque ninguno de los dos quiere volver a la realidad.

–Mauro...– logra decir con la respiración entrecortada. –Prometeme que no será la última vez.–

–No lo será. Volvería del mismo infierno con tal de estar contigo. Te amo Ángeles, te amo como nunca ame a nadie.– Comienza a moverse más rápido sin contenerse, liberándose en su interior mientras ella gime su nombre con fuerza, dejándole saber que también ha llegado al paraíso. Permanecen abrazados todo el tiempo que pueden. No quieren separarse nunca, si pudieran detener el tiempo lo harían en ese preciso momento, pero pronto llega el momento de volver a La realidad. Toman una ducha por separado y luego se visten. Ninguno de los dos tiene ganas de desayunar, pero se obligan a tomar siquiera una taza de café.

–Quiero que te quedes en la base.– dice Mauro rompiendo el incómodo silencio.

–Puedo cuidarme sola.– responde sin siquiera dirigirle la mirada, molesta por su insinuación de que es débil, por lo que necesita estar bajo custodia.



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En el texto hay: vengaza, romance, drama

Editado: 11.01.2020

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