Ante los ojos de los dioses

capítulo 5

— ¡Adrienna! —gritó aterrada Adara cuando vio a su nieta lanzarse directo al mar.

— ¡Mujer al agua! —exclamó Carponio asomándose rápidamente por el borde de la barandilla, Efesto paró lo más rápido posible el barco y comenzó a girarlo para rescatarla.

Adrienna escuchaba detrás de ella los múltiples gritos, pero solo estaba enfocada en bracear rápidamente para alcanzar el teléfono, repentinamente se detuvo, tomó aire y se hundió con premura, lo bueno de esas aguas es que eran sumamente transparentes por lo que fácilmente pudo localizar el teléfono. Así que momentos después volvió a emerger del agua con el celular en una mano y con la otra se limpió un poco el agua de la cara para poder revisarlo mejor…

— ¡Adrienna! —gritaron preocupados Harmony, Heracleo y Melody cuando el barco ya estuvo más cerca de la chica.

Adrienna giró la vista y les sonrió mostrando el teléfono que por suerte seguía vivo, después comenzó a nadar con más calma hacia el barco deseando poder quedarse dentro del agua al sentir lo fría y relajante de esta, pero, prefería evitarle un infarto a su abuela.

— ¡Ayúdenla! —grito Adara cuando vio a la chica acercarse a la pequeña embarcación e inmediatamente Carponio y Ares se asomaron por la barandilla. Todos veían expectantes a Adrienna, pues hasta el señor Efesto había dejado el timón y se había acercado de igual forma al borde para ayudar a la peli castaña.

Adrienna estiró una mano y esta fue inmediatamente tomada por Ares quien la jaló hacia arriba donde tanto Efesto como Carponio la terminaron de sujetar y todos respiraron más tranquilos cuando estuvo ya sentada en la barandilla, pero finalmente dentro del barco.

— ¿Estás loca o qué te pasa? —preguntó con el ceño fruncido Ares.

—Adrienna, ¿estás bien? —inquirió preocupada Adara cuando se le acercó y comenzó a revisarla, pero de un momento a otro se vio salpicada cuando la chica se sacudió repentinamente.

—Sí, estoy bien, tranquila —respondió con una sonrisa, recibiendo la toalla que le ofreció el señor Efesto. Del bolsillo delantero de su short negro sacó el teléfono de Harmony y se lo ofreció de igual forma con una sonrisa—. Ten, Harmony. Tienes suerte de que fuera a prueba de agua.

La adolescente tomó el celular desconcertada y luego alzó la vista enojada hacia Adrienna— ¡¿Estás loca?! ¡Pudiste haberte lastimado! ¡ESTA COSA NO ES TAN IMPORTANTE!

—Claro que lo es, —rebatió algo seria para luego de unos momentos sonreír dejando confundida a Harmony y a los demás— si para ti tiene valor, incluso lo volvería a hacer. Ahí de seguro tienes muchas cosas guardadas y también fotos que deben ser valiosas para ti, así que, en resumen: el teléfono si es importante, si lo es para ti. Simple —explicó con tranquilidad mientras se frotaba un poco con la toalla la trenza en la que estaba sujeto su cabello.

—Fue mi culpa —sollozaba Melody todavía asustada por lo ocurrido. Adrienna detuvo lo que estaba haciendo y la miró sorprendida, luego se levantó y le frotó la cabeza.

—Oye, relájate. Son cosas que pasan, más bien siéntete contenta, esto me sirvió para echarme un chapuzón —rio para sentarse y quitarse la camisa verde que llevaba ese día revelando un bikini azul con estrellitas blancas.

— ¿En serio? —interrogó Melody todavía dudosa.

—Claro —respondió la peli castaña.

—Ay, mi niña, sinceramente algún día me vas a causar un ataque por tu impulsividad —dijo Adara sentándose anímicamente exhausta al lado de su nieta, sintiendo como le ponían algo en el cuello.

—Lo siento, abuela —dijo de verdad arrepentida Adrienna por causarle ese susto, colocándole una toalla fría en el cuello para que se relajara. La rubia le puso una mano en la rodilla a la chica y la apretó con cariño. Luego de eso, el viaje transcurrió con relativa tranquilidad, al menos para la mayoría, pues Ares no podía dejar de cavilar sobre lo ocurrido.

Veía con el ceño fruncido a Adrienna, debido a que luego del incidente no pudo evitar pensar sobre lo que la chica había hecho. Literalmente, se lanzó al mar para recuperar el celular de Harmony, algo que él por experiencia propia sabía que para ella era muy preciado y luego le restó importancia para que Melody no se sintiera culpable. Bien hubiera podido jurar que habría dicho algo arrogante, pero parecía que se había equivocado… cosa rara, pero todavía estaba seguro en su convicción, no dejar que esa chica pusiera de cabeza las dos semanas que restaban para el cumpleaños de su abuela, pues a pesar de todo se notaba que era alguien inmadura e impulsiva, lo último confirmado por su abuela un rato atrás, además de que también era alguien terca y orgullosa además de altanera. No perdía momento para hacerlo enojar y eso lo exasperaba, de no ser porque Aleyda estaba ahí con él para lograr calmarlo, bien ya le hubiera dicho unas cuantas cosas a esa “escritora”.



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En el texto hay: viajes, amor, dolor

Editado: 09.04.2020

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