Antes de ella ©

ANEXO: el elixir de los besos.

El elixir de los besos.

Sus caricias me consternaban, pues habían dejado de gustarme.

Sus besos me quemaban; ya no me ofrecían placer.

Su mirada me perdía; se volvió tan oscura que no creí que pudiese volverme a iluminar jamás.

Y fue allí, cuando sus besos no figuraron como mi perdición y mi cuerpo no sucumbió a aquel desbordante abismo, donde comprendí: se rompió el hechizo. Lo que una vez me ató a alguien, me liberó de la dulce cárcel. Del enloquecedor elixir de cada beso.




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