Capítulo 31

Parecía que Elisse sólo estaba esperando a que yo me enterara de su relación para hacerla pública. Toda la preparatoria sabía ahora que ella era la novia de Blaine y ya no se escondían más, paseaban por los corredores tomados de la mano, compartían demasiadas fotos en Facebook sobre sus citas, incluso llegué a verlos besarse en el estacionamiento junto al auto de Blaine. Se me revolvía el estómago de solo pensar que es su novio, no sé porque me siento ahora de esta manera.

Y Elisse, ella no me habla. Sé que sigue molesta conmigo porque piensa que yo creo que no está a la altura de Blaine, o algo así le contó a Mike. Era increíble, recuperé a mi mejor amigo y a la par perdí a mi mejor amiga, a la que conocía, no a la chica que va paseando por ahí tomando la mano del quarterback. 

 

—¿En qué tanto piensas? 

 

Jessica volteó a verme, ya ha dejado el cepillo sobre la cómoda. Acomodó su castaño cabello con ambas manos una última vez y regresó a la cama conmigo, sentándose a un lado de mí con las piernas doblemente cruzadas. 

 

—En Elisse.

—¿Es en serio? ¿Acaso estabas pensando en ella mientras cogíamos hace rato?

—No, no. Por supuesto que no es solo que... Todo lo de Blaine...

—¿Te tiene celoso? —Pregunta, alzando la ceja derecha—. ¿En serio? ¿Te tiene todo molesto que Blaine le haya quitado la imagen virginal a tu amiguita para convertirla en la chica que es ahora? Me cae mucho mejor ahora, eso es seguro.

—Yo sé que la va a lastimar, lo sé Jess. 

 

Se encogió de hombros, acercándose a mí para alborotar mi cabello con ambas manos. 

 

—Cualquier persona que esté en una relación tiene el riesgo de salir lastimado. Y eso es algo por lo que tiene que pasar, no puedes ir cuidándola toda la vida. —Me dice, acariciando mi rostro con la mano derecha—. Tan solo deja que viva su relación con él, si le rompen en corazón pues Mike y tú van a ser sus hombros para llorar, listo.

—Pero...

—Nick, además se ve que se quieren, es la primera vez que veo que Blaine presume de tener una novia. Deja que sea feliz, deja que viva su vida y tú vive la tuya. 

 

Asentí con la cabeza, esbocé una sonrisa a medias y abracé a Jessica, pidiéndole que se quedara conmigo un rato más. 

 

—Apenas hablé con Monica. —Comentó, cambiando de tema—. Ya está la temática del baile de primavera. Neon Lights, según ella.

—¿Ah sí? ¿En verdad quieres ir?

—El Homecoming fue algo aburrido pero...

—¿Pero?

—Esperaba que me llevaras esta vez.

—Bien, iremos juntos entonces. —Le digo, dándole un beso veloz en la frente—. Será una cita. Sólo dime de qué color será tu vestido, para combinar y eso. 

 

Jessica asintió con la cabeza, sonriendo. Me tomó las mejillas con ambas manos y me besó profundamente, se apartó de mí y me lanzó aquella mirada que conocía tan bien. Puse mis manos sobre sus caderas en cuanto se subió encima de mí, quitándose el sostén para el segundo round de sexo. 

 

—¡Mierda! Por poco olvido que quedé de ir a ver a Mike en el partido de hoy.

—Cierto que ya regresaste con tu novio, se me había olvidado. 

 

Jessica me pasa mi camiseta, posteriormente se ajusta los jeans y una vez que se pone el cinturón café, se acerca para darme un corto beso en los labios.

 

—Vamos, te llevo. 

—Hmm... No sabía que te gusta el fútbol. —Menciono, jugueteando con su mano.

—Sólo te voy a llevar, yo tengo cosas mejores que hacer que ver el puto partido. Anda, apúrate. 

 

Jess abrió la puerta de mi habitación, se topó con Austin y ambos intercambiaron una incómoda mirada. Mi hermano no perdió la oportunidad de echar un vistazo a mi habitación, esbozando una sonrisa pícara al ver mi cama desordenada.

 

—Parece ser que siempre llego en mal momento. ¿Interrumpí?

—No, Jess... Ya se iba, y yo también. Te veo más tarde.

—¿Le aviso a mi mamá que no vas a venir a cenar?

—Yo le llamo más tarde. —Le digo, tomando mi cazadora—. Iré a un partido de la escuela, regreso después. 

 

Le toqué el hombro y cerré la puerta de mi habitación, bajé corriendo las escaleras al escuchar a Jessica tocando el claxon con desesperación para que me apurara. Subí al auto y la mire conducir mientras me platicaba un chisme escolar al que no le tomé mucha importancia.