Antes de enamorarme de ti [3]

Capítulo 1

—¿Nicholas?

 

Abrí los ojos sólo para darme cuenta que estaba soñando, una vez más. Estoy tan cansado de esto, de ver sus preciosos ojos celestes, sus rubios cabellos caer sobre sus hombros, de ese tatuaje en su muñeca, de ese piercing en su nariz, estoy cansado de esos labios que extrañaba besar. Estoy harto de pensar de ella y de extrañarla como un loco. 

 

—Lo siento, no quería despertarte.

—No, no, está bien. 

 

Me tallé ambos ojos con las manos, acto seguido me levanté y acomodé mi cabello con los dedos intentando peinarlo un poco. Ni siquiera me di cuenta en qué momento entró Elisse a mi habitación. 

 

—Austin me dejó pasar. —Aclara cómo fue que llegó hasta aquí.

—¿Qué pasó?

—Nada. Sólo que llevas dos días sin ir a la escuela y quería traerte los apuntes. Vamos a tener periodo de exámenes pronto. 

 

Elisse sacó los apuntes de su mochila, entregándomelos amablemente. Recientemente había cortado su castaño y lacio cabello hasta los hombros, ahora tenía un flequillo cayendo sobre su frente del lado derecho y no dejaba de decir que se había arrepentido de aquella decisión que tomó cuando tuvo la idea de cortarlo. Mike y yo veíamos su cabello exactamente igual. 

 

—Gracias, por la tarea y eso.

—¿Qué es esto?

 

Elisse toma del piso aquel papel arrugado que debió caerse cuando me quedé dormido, se queda ahí leyendo esa carta en dónde ella plasmó su despedida, carta en la cual Amanda explicó en treinta líneas porqué decidió irse. 

 

—Nunca me la habías enseñado. —Dice casi en un susurro, poniendo la carta en la cómoda.

—No puedo sacarla de mi mente y está aniquilándome. Sueño con ella, pienso en ella todo el maldito tiempo, pero decidió irse y aghh... ¡Es patético! ¿Cierto?

—Te dejó hace ocho meses, creo que es tiempo de que comiences a superarla. 

 

No puedo, simplemente no puedo. Amanda siempre está en mi mente, jugando con mis pensamientos y no puedo eliminarla de mi vida por más que lo intente. Se fue sin decir adiós, sólo me dejó una carta explicando porqué necesitaba estar sola, tal vez yo no era suficiente para ella, quizás piensa que soy demasiado inmaduro o existe la probabilidad de que haya sido un novio de mierda y que no haya tenido la menor idea de que lo fui hasta ahora. 

 

—No es tan fácil, sabes lo mucho que ella cambió mi vida. 

 

Elisse me miró con sus ojos aceitunados, con cierta ternura. Siempre le hablo de Amanda y creo que debo tenerla harta, se sentó en la orilla de mi cama y entonces esbozó una sonrisa sin mostrar los dientes. 

 

—Necesitas dejar de pensar en Amanda, ¿de acuerdo? Hablemos sobre algo más, ¿adivina qué?

—Hoy no quiero adivinar nada.

—Okey, no adivines nada. —Menciona, dejando de lado la emoción con la que hizo la pregunta hace unos segundos—. Voy a asistir a un par de clases con Chad Rodman.

—¿El famoso chef canadiense que sale en la tele?

—¡Sí! Estoy un mucho emocionada.

—Así que esto de cocinar va en serio.

—No lo sé... Yo... Yo sólo sé que amo la comida. —Comenta—. No sólo de la manera en la que tú la amas, a mí me fascina estar en la cocina intentando hacer nuevas recetas y... He estado pensando en mi futuro. 

 

El futuro, no quiero pensar en el futuro ahora mismo. Quiero vivir mi presente, no sé porque ella está tan obsesionada con su futuro, Elisse siempre está haciendo planes sobre todo, piensa que tiene su vida bajo control. A veces quisiera ser como ella, lleno de positivismo y planes sobre mi futuro. Pero ahora mismo, sólo puedo pensar en Amanda preguntándome siempre en dónde está y por qué decidió dejarme. 

 

—Quiero convertirme en una chef profesional. —Comenta, sin vacilar.

—¿Una chef con su propio restaurante?

—Estás yendo demasiado lejos, tener mi propio restaurante ahora sólo suena como un sueño, uno muy loco.

—¿Por qué no? Tal vez suena loco ahora pero todo puede pasar. 

 

Mike termina con nuestra conversación cuando tocó la puerta solo para anunciar su presencia. Dejó su mochila a un lado de la cama y saludó a Elisse, supongo que mi hermano Austin ahora está dejando que medio mundo entre a mi casa. 

 

—¿Tú también vienes a dejarme apuntes?

—No, sólo no he sabido nada de ti por dos días, me preocupas. No contestabas el teléfono.

—Bueno, ya viste que sigo vivo. —Le digo, con un poco de ironía—. ¿Vienes de la práctica?

—Sí y estoy pensando en renunciar al equipo.

—¿Por qué? —Cuestiona Elisse con curiosidad.

—Estoy harto de la actitud de Blaine. Es jodidamente molesto.

—Es por eso que yo no estoy en el equipo. —Agregué—. ¿Recuerdas cuando conocí a Elisse en aquella práctica? Estaba intentando ser amable después de golpearla en la cabeza con el balón y Blaine no dejaba de gritarme: «¡Deja de coquetear, imbécil! Y trae tu maldito trasero de regreso». Después convenció al entrenador de que me dejara fuera del equipo, su fabuloso argumento fue que lo único que hacía era coquetear con cualquier chica que veía en vez de jugar, creo que estaba hablando de él mismo. 

 



#2703 en Novela romántica
#152 en Joven Adulto

En el texto hay: romance, preparatoria, trilogia

Editado: 31.08.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.