Continuaba esperando la llamada de Elisse o por lo menos un mensaje de texto. Su padre no me dijo nada, pero creo que se dio cuenta de que Austin y yo le entregamos a su hija en estado de ebriedad y quiero saber qué tanto la han regañado. Michael entró a su habitación con dos vasos de limonada que nos ha mandado su madre, justo lo que necesitaba. Tomé el vaso y bebí un poco, mirando a mi mejor amigo sacar una cajetilla de cigarros de su buró.
—Anoche te busqué y no te encontré por ninguna parte.
Mike me entregó uno, lo puse entre mis labios y esperé a que me diera fuego.
—Tú te desapareciste con Darcy. —Replico, contestando su último comentario.
—Sí... Hablando de ella... Anoche estuvimos juntos.
—¿Te la diste?
—Sí. —Responde Mike, con una sonrisa pícara—. Los disfraces realmente nos ayudaron a mantener las cosas más interesantes, ya sabes. Y sobre todo ese sentimiento de ser descubiertos, lo hicimos en la habitación de Cassidy.
—Genial, sí.
Me llevé el cigarrillo a la boca, quedándome en silencio un par de segundos.
—¿Y tú? ¿También te perdiste de la fiesta con alguien?
—Sí. —Le miento—. Sólo que nosotros lo hicimos en el baño.
—¿A quién te diste?
—Ahmm con el antifaz no la reconocí. No importa ya.
Mike se pone de pie y camina hasta su cómoda, abriendo el primer cajón.
—Ya conseguí lo que me pediste.
Él me extiende un sobre, en dónde se encontraba el regalo de cumpleaños de Elisse. Seguramente que con el contenido del sobre ya había ganado la apuesta, sí, ella me regaló una edición limitada de un álbum de The Ramones, pero esto superaría ese regalo.
—Perfecto. Te pago la próxima semana, ¿sí? Hollie quedó de mandarme dinero.
—No hay problema, cuando puedas.
Estuve con él un rato más, platicando acerca de la fiesta, evitando ciertos detalles como el beso que Jeremy le dio a Elisse y lo que pasó saliendo de la casa de Cassidy, seguro que el vecino se llevó una muy mala sorpresa hoy por la mañana al ver el arbusto.
¡Elisse! Tenía que ir a verla, ver cómo amaneció después de la fiesta y saber si en verdad va a estar castigada de por vida. Solo esperaba que los Wilkinson me dejaran verla, así que salí de la casa de Michael con dirección a la de ella, pensando en cómo enfrentar a su padre hoy que ya no llevo puesto el disfraz. Seguramente que me odiaría un poco más por hacer que su hija sucumbiera ante el alcohol que Cassidy nos ofreció.
[...]
—¿Cómo te sientes?
Elisse estaba sentada sobre la cama, con las piernas doblemente cruzadas, aun vistiendo su pijama. Yo me encontraba parado junto a la puerta con los brazos cruzados, observando a mi mejor amiga tomando agua natural, intentando reponerse de su primera resaca.
—Ya no me duele la cabeza. Y creo que pasé desapercibida con mis padres, los mentos que me dio tu hermano me ayudaron bastante.
—Nunca pensé que algún día te vería así... Digo, besaste a Jeremy.
—Sí lo recuerdo y no fue agradable... Eww me babeó toda, ¡qué asco!
—Y también besaste a Mia. —Le recuerdo.
—Eso fue un poco sexy.
No puedo evitar esbozar una sonrisa. Me acerqué a su cama y me senté en la orilla, sacando de mi cazadora el sobre que previamente Michael me entregó en su casa.
—¿Recuerdas esa apuesta que hicimos?
—¿La del regalo? Sí, ¿por qué?
—Te voy a adelantar tu regalo de cumpleaños. —Le entrego el sobre, emocionado por descubrir su reacción—. Anda, ¡ábrelo ya!
Abrió el sobre y sacó los tres boletos. Su cara lo dijo todo, los ojos le brillaron en el instante en el que tuvo en su poder el pase al concierto para ver a su banda preferida en tres días en un lugar bastante cerca del escenario, ¡definitivamente he superado su regalo! Elisse se ve tan feliz, se le han ido las palabras y sólo está ahí mirando los boletos con una sonrisa en el rostro, sin creer lo que tiene entre sus manos.
—¿En dónde los conseguiste? ¡Se agotaron demasiado rápido cuando salieron!
—Mike... Su padre tiene contactos.
—¡Es increíble! ¡Iremos a ver a Depeche Mode! ¡Ah no sabes cuánto te quiero, Nicholas!
Elisse dejó los boletos a un lado y vino hacia mí para abrazarme fuertemente, agradeciendo una vez más por los boletos.