No podía concentrarme en la clase de literatura, la profesora hablaba de un libro de Virginia Woolf y yo dejé de ponerle atención a todo lo que nos contaba. Tenía mi vista en ella pero mi mente definitivamente estaba en otra parte, pensaba en ese trato que hice con Elisse y no pude dejar de pensar en todo lo sucedido después de haber dejado su casa. Aún tenía los recuerdos con bastante claridad en mi cabeza, todavía sentía la sensación de sus labios contra los míos, ¿qué me está pasando? ¿Por qué no he podido dejar de pensar en mi mejor amiga?
—Nicholas, ¿hay algo que quiera agregar para la clase?
Todos dirigieron mi vista hacia mí, esperando a que dijera algo al respecto sobre lo último que no había escuchado por estar divagando.
—El trabajo de Virginia es impresionante. —Le digo, sin titubear para que piense que realmente estoy interesado—. No puedo esperar para leer «La señora Dalloway».
Con ese último libro que mencioné, di pauta a que la profesora comenzara a hablar de nuevo sobre el trabajo de Virginia, mientras ella caminaba por el otro extremo del salón, saqué mi teléfono para mirar la hora, esta clase ya se me hizo eterna y aún faltaba media hora para que terminara, sólo quería salir de aquí lo más antes posible.
[…]
—¿Qué harás esta noche?
Jeremy me llamó justo después de que terminó la clase de literatura, dispuesto a sacarme de fiesta hoy por la noche, estaba seguro de eso.
—Estoy libre, ¿a dónde iremos?
—Martes de solteros en una fiesta a la que me invitaron, te mando la dirección por mensaje.
—De acuerdo.
Salir de fiesta con Jeremy en la noche sonaba mucho más entretenido que quedarme en casa a leer «El cuarto de Jacob» de la autora discutida en la clase de literatura. Guardé mi teléfono después de leer la dirección y esbocé una sonrisa a medias caminando por el corredor hasta mi siguiente clase. Sí, la geometría analítica ya me esperaba.
—¿Por fin le entendiste? —Cuestionó Mike.
—Algo así, Elisse estuvo ayudándome con esto ayer.
—Genial. ¿Y qué harás hoy después de clase?
—Veré a Jeremy en la noche, ¿quieres venir?
—No. —Responde—. Es el aniversario de mis padres y mi mamá quiere que vayamos a cenar juntos, ya hizo una reservación.
Solo espero que Michael se divierta con sus padres, o mínimo que no se arrepienta a la mitad de la cena de no haber venido conmigo. Esperaba lo mismo de mí, es martes, a Jeremy se le ha ocurrido sacarme de mi casa en día escolar y yo he aceptado porque necesito mantenerme distraído, quizás solo así voy a dejar de pensar tanto en aquel trato que había hecho con Elisse. No puedo sacármela de la cabeza. ¡Necesito olvidarme un rato de lo que sucedió en su habitación!
Al llegar a la casa en la que Jeremy me citó, de inmediato me di cuenta que se trataba del hogar de Claire. Ahora sabía porque la dirección se me hacía tan familiar, no entendía porque Jeremy olvidó decirme que Claire era la anfitriona, se me olvidó que él siempre se salta las cosas importantes. Ya estoy aquí, pero aún estoy dudando un poco en entrar a su casa después de la conversación tan incómoda que tuvimos la última vez.
—¡Hey! Vamos, vamos.
Jeremy me tomó por los hombros, obligándome de alguna forma a entrar a la casa.
—¿Por qué no me dijiste que era en casa de Claire?
—No lo sabía, a mi me invitaron unos amigos y yo te invité a ti. Así funciona esto, ¿cierto?
—Como sea, necesito un trago, vamos.
Jeremy sacó una botella de vodka que llevaba escondida en su cazadora, siempre preparado. Solo era cuestión de tomar los vasos y comenzar a beber y a husmear entre la gente para asentarnos en algún lugar de la casa.
—Ahora que estamos solos aquí… Necesito un consejo.
—Está bien, ¿qué ocurre?
—Te voy a decir algo, pero tienes que prometer que no le dirás a nadie.