Abrí los ojos esperando encontrarla a mi lado, no quería que el sueño terminara aún, pero apenas me volví me di cuenta de que su lado de la cama está vacío. No entiendo, ¿en dónde está? Quería despertar a su lado y la ilusión se me rompió apenas me tallé los ojos para comprobar que estoy solo.
—¿Amanda?
Me levanté de la cama, busqué mi teléfono y fue entonces que me di cuenta de que eran poco más de las diez de la mañana. ¿En dónde se habrá metido? ¿En el baño? No, está vacío. Llamé su nombre una vez más, busqué cualquier rastro de ella, busqué su maleta incluso por debajo de la cama pero había desaparecido.
Amanda Jones lo ha vuelto a hacer, me ha dejado de nuevo.
Busqué mi ropa para vestirme rápidamente y así abandonar la habitación para preguntar en la recepción por la linda rubia que había rentado la habitación 134. Quizás apenas salió, puede que todavía la alcance.
—Se fue hace poco más de dos horas. —Responde la recepcionista—. Nos dejó la llave y avisó que usted desalojaría más tarde la habitación.
—Gracias…
Ni siquiera sabía cómo sentirme al respecto. Amanda desapareció y creo que debí haberlo visto venir después de su indiferencia cuando estuvimos en la cama después de haber hecho el amor. Se fue. ¿Ahora cómo lidiar con ello después de esta noche?
—¿En dónde estás? —Le pregunto a Jeremy a través del teléfono.
—Saliendo de clase, ¿por qué?
—Necesito hablar contigo, ¿te veo en la cafetería?
—Oye, tengo examen al rato y no he estudiado nada, ¿podemos hablarlo después?
—Por favor, Jeremy.
Caminé unos cuantos metros más por la acera, con todo lo que pasó anoche se me olvidó por completo que es día escolar. Sólo podía pensar en todo lo que había pasado en las últimas horas, como fue que todo pasó tan rápido, de un momento a otro Amanda estaba de nuevo en mis brazos y ahora ha desaparecido una vez más sin dejar rastro. Me llevó al paraíso en una noche y por la mañana me dejó caer de nuevo al infierno.
Entré a la cafetería de la escuela e inmediatamente fui por algo de comida, necesitaba desayunar algo, estaba hambriento. Me senté en una mesa y esperé a que Jeremy llegara, necesitaba saber si él tenía algo que ver con todo lo de Amanda y la fiesta de Claire.
—Amigo, te juro que yo no sabía nada. —Responde él, después de que iniciara con mi cuestionamiento—. Yo ni siquiera sabía que era en casa de Claire, a mí me invitaron y yo cumplí con invitarte, como siempre lo hacemos.
—¿Seguro que no sabías que Amanda estaría ahí?
—Totalmente, créeme que si lo hubiese sabido te lo hubiera dicho.
Bebí de mi lata de refresco y regresé mi vista a Jeremy.
—¿Acaso la señorita Jones te ha roto el corazón de nuevo? —Se mofa de la situación, con una sonrisita burlona.
—Cállate ya.
—Hey, aquí estás.
Mike interrumpe la conversación en el momento más oportuno, deja su mochila azul marino en el piso y entonces se sienta a mi lado, poniendo su celular frente a él sobre la mesa.
—¿En dónde has estado? ¿Por qué no entraste a clase?
—Yo los dejo. —Comunica Jeremy—. Tengo un examen en veinte minutos y trataré de estudiar.
Jeremy tomó sus cosas y se fue, dejándome completamente solo con Michael.
—¿Y bien?
—Larga historia.
—Bueno, se nota que ni siquiera te has bañado, supongo que debes tener una razón. —Comenta, esbozando una sonrisa—. Bien, como sea, anoche Elisse te estuvo llamando, hoy es su cumpleaños, ¿lo olvidas? Me dijo que te avisara que sus padres le harán una cena en el restaurante del chef canadiense que le gusta, así que…
—¡Mierda! Es su cumpleaños, lo había olvidado por completo.
—Ya cumplí con avisarte así que…
—Te veo al rato. —Le digo—. Iré a casa, luego me prestas tus apuntes.
Me puse de pie y me encaminé hacia la salida, esperando no encontrarme con nadie más en el camino. Tomé otro autobús para que me deje cerca de mi casa, necesitaba ducharme y descansar un poco.