Antes de enamorarme de ti [3]

Capítulo 16

Es la primera vez que salgo en una cita con alguien más que no es Amanda. Estoy nervioso, no puedo ocultarlo. Sé que hemos estado texteando los últimos días, incluso la he acompañado un par de veces a dejar sus cosas a su locker, pero esta vez estaremos juntos gran parte de la tarde y no sé qué esperar de ello. Para empezar, viene tarde. Llevo poco más de veinte minutos esperando por Jessica afuera de los bolos, no contesta mis mensajes ni mis llamadas, por lo que una parte de mí me decía que tal vez me va a dejar plantado.

Diez minutos más. Eso es lo que voy a esperar, si no llega, tomaré el dinero que tengo para hoy y me iré con Jeremy a conseguir cervezas con su identificación falsa. 

 

—Hola Nick. 

 

Jessica por fin llegó, caminando tranquilamente sin importar que ha llegado media hora más tarde de lo acordado.

 

—Y bien, ¿qué haces aquí afuera todavía? Vamos adentro.

 

Le cedí el paso, ella abrió la puerta y esperó a que yo entrara para cerrarla. Jessica se ve muy bonita, se ha peinado el cabello en dos trenzas y ha elegido usar hoy un atuendo bastante básico como lo son sus jeans azul naval y una playera blanca que combina con sus Keds, que pronto va a intercambiar por los zapatos de bolos que vamos a pedir en la recepción. 

 

—¿Por qué no contestabas mis llamadas?

—Woah, ¿es la primera cita y ya estás de novio posesivo? Es creepy que hagas eso.

—No llegabas, solo es eso.

—Mi batería murió. —Responde, esbozando una sonrisa sin separar los labios—. Solo es eso. 

 

Llegamos a la recepción para pagar por los tiros que pensamos jugar. El chico nos entregó un par de zapatos y nos indicó en dónde nos corresponde establecernos, una vez que encontramos nuestro lugar, nos sentamos para cambiarnos los zapatos. Ella terminó antes de que yo, se puso de pie y se acercó a la pantalla. 

 

—¿Cómo te pongo? —Pregunta—. ¿Nicholas o Nick?

—Como quieras.

—Te dejaré con la N entonces, me da flojera escribir tu nombre completo.

 

Terminé de abrocharme las agujetas de los zapatos y me acerqué al dispensador para tomar una bola del número 14, Jessica me había puesto a mí primero para comenzar con el juego. Tenía un tiempo sin venir, la última vez que estuve aquí fue hace seis meses con Elisse, Mike y la chica en turno de Mike —cuyo nombre no recuerdo—, fue una tarde muy cool, jugamos bolos y comimos pizza, después fuimos al cine y terminamos perdiendo a Mike.

¿Qué tan cool sería hoy? Por ahora, el juego está fluyendo con total naturalidad, Jessica con su bola del número 8 lanzando, no es tan mala haciéndolo. De hecho, está muy cerrado el marcador.


 

—Y gané. —Dice Jessica, alzando ambos brazos.

 

O la dejé ganar, es lo menos que puedo hacer. Ahora que ha llegado la hora del descanso, por fin vamos a tener la oportunidad de conocernos mejor. Pedimos hamburguesas y queso extra para las papas, nos sentamos frente a frente, lo que me ha permitido darme cuenta de que hoy ha decidido no cubrir sus lindas pecas, las cuales se me hacen adorables. 

 

—Bueno, cuéntame de ti. —Comienza, tomando una papa—. Lo único que sé de ti, es que según lo que dicen, Mike y tú comparten a la chica.

—Eso es mentira.

—Lo suponía, la chica no se ve que sea de esas... ¿Cómo dices que se llama?

—Elisse.

—Bueno, entonces queda desmentido el rumor del trío con Elisse. 

 

Mi atención se la llevó por completo la canción que estaba sonando de fondo, Black Hole Sun de Soundgarden, esa banda que me hizo conocer a Amanda en su concierto. ¡Aghh! ¿Por qué no me dejaba en paz? Es la primera vez que intento tener una cita con alguien y justo hoy tengo que pensar precisamente en Amanda. Tenía su imagen vívida en mi mente, ella encendiendo una luz que se meneaba al ritmo de la canción que Chris Cornell interpretaba para nosotros y yo estaba ahí, justo a un lado mirándola, ignorando por completo el escenario, era la rubia quien se llevó mi atención esa noche y el resto de mis noches desde que la conocí.

 

—Espero que no parezca extraño para ti pero vengo saliendo de una relación. —Le digo—. Y es la primera vez que salgo con alguien después de eso...

—Está bien. No importa.

—¡Genial! Porque siempre me he sentido raro desde que cortamos. Ya sabes, pasé seis meses con esta chica... Se llama Amanda, incluso hasta hace poco tenía su nombre tatuado en mi brazo pero ya me lo cubrí.

—Oh... Que intenso, lo del tatuaje. ¿Seis meses y te tatuaste su nombre?

—¡Ya lo sé! Una locura, ¿cierto? Pero estaba loco por ella, y hacía cualquier cosa por Amanda así que... 

 

Así que arruiné la cita por completo, lo supe cuando ella decidió ya no hablar más. Ni siquiera quiso que pagara por más tiros para continuar jugando bolos y solo miraba el reloj que tenía en la muñeca. Jessica no puede ocultar ni un poco que quiere salir corriendo de aquí. Claro, acabo de quedar como el pendejo que no supera a su ex novia, ¿cómo espero que se quede? Y es que me caga cuando pasa esto, cuando hablo de ella sin parar. ¿Por qué nadie estaba aquí para darme un buen golpe en la cara para que dejara de hablar de Amanda? Al paso que voy, no voy a conseguir salir con nadie nunca más.  

 



#2698 en Novela romántica
#150 en Joven Adulto

En el texto hay: romance, preparatoria, trilogia

Editado: 31.08.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.