No pude dormir bien, por lo que mi atención en clases fue nula. Me desperté poco después de las tres de la mañana, tuve un sueño horrible en el que me vi con un bebé en brazos. Un bebé, no estoy listo... Creo que aunque hubiera sido con Amanda tampoco estaría listo, es demasiado.
No pude dormir y no fui el único. Cuando vi a Mike cerrar su locker me di cuenta de las ojeras que tenía, si a mí el tema me está aniquilando, no imagino cómo se siente él.
—¿Y bien?
—Se va a hacer una prueba. —Me dice Mike—. Pero le da miedo que la vean en la farmacia comprándola, ya sabes, es porrista y los chismes corren rápido.
—¿Entonces? ¿La comprarás tú?
—No, yo soy del equipo, también correrían chismes.
Vemos a Elisse saliendo de su clase. Va caminando sosteniendo sus libros, Michael me miró por un momento y después dirigió su mirada hacia a ella, ya sabía en qué solución había pensado.
—No va a querer. —Me apresuro a decirle.
—Elisse no tiene nada que perder, casi nadie la conoce.
—¿Casi nadie la conoce? ¡Por favor! Todos creen que la compartimos, creo que todos la conocen.
—¿Qué todos conocen a quién?
Su voz me deja helado, Elisse ya se había metido en la conversación, ni siquiera supe en qué momento se acercó a nosotros.
—Nada. Elisse, necesito que me hagas un favor. —Le pide Mike, apartándola del grupo de personas que comenzaban a llenar el pasillo—. ¿Estás ocupada después de clases?
—No, ¿por qué?
—¿Te veo en el estacionamiento? En el auto de Ava, es el mini Cooper rojo que está bajo el gran árbol.
La pobre Elisse había aceptado ayudar a Michael sin imaginar lo que tenía que hacer. De algo estoy seguro, en cuánto se entere del favor que tenía que hacer, va a sermonear a Mike, lo va a hacer, la conozco.
—Y bien, ¿cuál es el favor? —Pregunta Elisse.
—Necesito que vayas a la farmacia y compres una prueba de embarazo.
—¿Una prueba de...? ¡Oh por Dios, Mike! ¿En verdad piensas que...? ¡Estás en problemas! ¿Lo sabes? ¿Si sabes que existen los condones?
—Sí, sí, lo sé y no necesito educación sexual en este momento. Sólo necesito que vayas y compres eso, por favor.
—¿Y por qué no va Ava? Digo, ella es la que quiere saber.
—Elisse por favor, te lo voy a recompensar después. —Le suplicaba Michael—. Te compraré ese libro que Nick te arruinó con el teléfono de Jessica. ¡Te compraré lo que quieras!
Ava llegó finalmente, con la mirada baja, le apenaba saber que Elisse ya se había enterado de ese secreto que sólo Mike y yo sabíamos. Tal vez fue eso lo que conmovió a Elisse, aceptó el favor de Michael y subió a la parte trasera del auto conmigo. Ava nos llevaría a la farmacia para que comprara la prueba que terminaría con todas las dudas que hemos tenido hasta el momento.
El camino fue silencioso, nadie dijo nada, ni siquiera íbamos escuchando música. Elisse continuaba leyendo su libro de Alain Ducasse, Mike jugueteaba con sus manos por su nerviosismo y yo, yo iba mirando el celular para no sentirme más incómodo. Ava se detuvo en frente de la farmacia así como lo hizo el corazón de Mike, estoy seguro. Está incluso más nervioso que su novia y lo entiendo, yo me estoy sintiendo de la misma manera.
—Bien ya estamos aquí.
Mike decide romper con el silencio, volviéndose para mirar a Elisse.
—De acuerdo, lo haré. ¿Vienes conmigo, Nick?
—Ahmm... No, no iré contigo. —Me apresuro a responder.
—¿Por qué no?
—Porque si alguien nos ve allá adentro, van a pensar que yo te dejé embarazada. Ya sabes lo que dicen, piensan que tú y yo cogemos y eso.
—Sí y por eso si me ven sola de todos modos van a pensar que es tu bebé así que es lo mismo... Ahora, ven conmigo.
Bajamos del auto juntos y entramos a la farmacia. Seguí a Elisse por el pasillo, caminando detrás de ella mirando hacia todos lados esperando no ver a alguien que nos conociera. Mi mejor amiga se acercó al estante en dónde se exhibían las pruebas de embarazo de distintas marcas y comenzó a tomar algunas de ellas.