JULIETTE
¿Qué tan malo fue lo que hiciste para que la única solución sea fingir estar comprometida con la persona que más odias en el mundo?
No. No hablo de ese "odio" que a todos nos gusta ver en las películas donde el chico es egocéntrico y la chica es fría pero al final se terminan enamorando.
Hablo del tipo de odio que te hace apretar los dientes, que pronunciar su nombre te produce dolor de estómago y que le ruegas a la vida jamás volver a verlo.
Solo hay una persona que he odiado y no es la que debería odiar (esa es otra historia) esa persona es quien rompió corazones, defendió a quien no lo merecía, arruinó los sueños e ilusiones de mis amigos y me traicionó.
Esa persona tenía la capacidad de arruinar todo a su paso, incluyéndome.
—No voy a hacerlo —me cruzo de brazos, hundiéndome en el asiento haciendo un capricho a pesar que ya no tengo la edad donde los caprichos se ven tiernos sino, ridículos.
Pero es solo que esta situación es una ridiculez.
Sandy se toca la cola de caballo, se le está aflojando por todas las veces que se toca el cabello cuando me explica una y otra vez porqué esta es la mejor decisión para mi carrera.
En realidad no lo es pero ahora mismo el mundo me odia y según ella, esto me hará quedar como una persona en el camino de la redención.
—A ver, Juliette, después de lo que sucedió con Bryce Carson no puedes seguir jugando con tu futuro —toma asiento en el escritorio—. ¿Quieres que tu carrera se acabe ahora? Si es así, dímelo. Es tu única opción, deja de jugar a los dados y toma la decisión.
Sandie es una persona agradable, dulce y es como una tía para m. ha sido mi representante desde que tenía quince años pero también es una mujer fuerte y severa. Casi nunca me habla así, excepto cuando lo arruino.
No es justo que el mundo me condene por lo que sucedió con Bryce. Admito que fue un error, pero también fue un malentendido.
Veo la taza de café que ella apenas le dio unos sorbos, tiene un poco de labial coral en el borde y unas gotitas derramadas. Muevo la mirada a la ventana, desde esta altura no veo los arboles pero sí el cielo, es de ese color que solo aparece en primavera.
— ¿Juliette? —pregunta.
Bajo la mirada a mis manos, mi esmalte de uñas rosa está cayéndose. Como mi vida, supongo. —No sé si sea una buena idea, ¿crees que a alguien le importe una banda que existió hace años?
No me contesta, solo me mira como diciéndome: ¿Otra vez con lo mismo?
Su teléfono suena y ella contesta rápidamente, casi puedo recibir como le tiembla el parpado, supongo que ha estado así desde que todo explotó en internet.
— ¿Hola? Sí, sí, está bien, está bien, nos vemos —contesta y suspira, cerrando los ojos un momento. Tal vez en lugar de ese café debería tomarse un té relajante.
— ¿Todo bien? —pregunto.
Ella baja la mirada a mí y asiente. —Escucha, Juliette, tienes que tomar una decisión ahora mismo. Erick Potred está aquí.
Junto las cejas. — ¿Quién es? ¿Alguien nuevo de la compañía?
Endereza los hombros, moviéndolos hacia atrás. —No. Es el abogado de Skyler.
Cada vez que escucho ese nombre mi cuerpo entero lo rechaza. No puedo evitar juntar las cejas, sentir la garganta apretada y mis ganas de dejar salir cada palabra que quiero decir.
— ¿Un abogado? Pero no es real, no me digas que…
—Tenemos que hacer un contrato de todas formas —Sandie explica al mismo tiempo que alguien llama a la puerta de su oficina. Seguramente es el abogado.
Respiro profundo. Nunca antes había querido regresar en el tiempo tanto como ahora. Si alguien me diera esa oportunidad, ni siquiera iría tan lejos. Con solamente regresar unas semanas atrás me ahorraría este gran problema.
Sandie abre la puerta. Estaba esperando a ver un hombre de cincuenta años con traje o alguien más joven pero igualmente intimidante, sin embargo no estaba esperando que lo primero que mis ojos vieran fueron los ojos de la persona que prometí nunca volver a ver.
Ahí está, al lado de un hombre delgado y más bajo que él. Skyler Knocks.
Sus pupilas se hacen un poco más grande, eso es fácil de notar con esos ojos azules pálidos que siempre creí tenían un color singular. Había algo apagado en ese azul, algo que no era como el reflejo del cielo en el agua sino más bien una mañana fría.
Ambos entran a la oficina luego de estrechar las manos con Sandy, pero Skyler permanece con la mirada fija en mí. Me recuerda a una visita en el zoológico cuando era niña, la forma en que una pantera me seguía con la mirada.
Pero ya no soy una niña y él no es más que un tonto que jamás debió regresar a mi vida.
No entiendo porque Sandy está permitiendo esto. No estoy segura de qué hacer pero creo que traer de vuelta al motivo principal del desastre no es la mejor idea. No es que Skyler sea el culpable esta vez, pero estoy segura que mi vida sería diferente si él no hubiera arruinado todo hace casi una década.
Sandy me presenta al abogado pero estoy tan distraída que no escuché casi nada. Estrecho su mano y él me da una sonrisa que la gente te da cuando siente pena por ti.
—Skyler, Juliette, supongo que no necesitan presentación —Sandy dice, un cabellito se sale de su coleta.
Veo a Skyler y él a mí sin decirnos nada. Podría decirle lo mucho que lo odié y que quedan manchas de ese sentimiento, podría preguntarle mil cosas, podría insultarlo de mil maneras pero solo hay algo que puedo pronunciar ahora.
—Por desgracia.
Bueno, no dije eso.
Mi “por desgracia” salió como: —Hola.
Skyler curiosamente también lleva una coleta recogiendo su cabello pero él no lo tiene desordenado. Odio que parece una persona ordenada ahora, muy diferente al chico que juré odiarlo por toda mi vida.
—Juliette —asiente.
Sandy respira profundo y el abogado ajusta su corbata. —Debemos hablar sobre algunos términos.
—Voy a hablar con él ahora —pide—. Juliette, necesito que salgas un momento.
#4626 en Novela romántica
#1049 en Novela contemporánea
enemies to lovers, relacion falsa, segundas oportunidades drama
Editado: 21.06.2025