Antes De Odiarnos

9. PASADO

SKYLER Y JULIETTE A LOS DIEZ AÑOS

Los chicos estaban ocupados en la casa del árbol que Oswald Berry le construyó a Juliette cuando cumplió cinco años. Era su princesa después de todo y la había decorado como el castillo perfecto para una niña que soñaba despierta.

Sin embargo, Juliette ya no era una niña y sus sueños habían cambiado. No deseaba que un caballero llegara por ella a la torre, Juliette tenía otros sueños, unos que estaban relacionados con la música.

Juliette creció rodeada de músicos. Su padre fue quien obtuvo la atención por algún tiempo pero todos sus tíos y primos sabían que la mejor manera para comunicarse, era a través de la música.

Juliette admiraba secretamente a su padre y también a su madre, pero un poco más a su padre. Ella estaba bastante acostumbrada a ver sus videos y escuchar sus canciones y aunque a veces se preguntaba cuántas veces más iba a tener que fingir entusiasmo, ella sabía que su padre estaba orgulloso y eso la hacía sonreír.

Skyler por otra parte, era un chico con una historia complicada. Una que siempre había querido poder encontrar el momento correcto para contarla, o mejor dicho, la persona correcta.

Juliette masticaba las fresas no sin antes aplicarles un poco de helado en la punta. Skyler la observaba y sonreía, su amiga siempre combinaba la comida y a él le gustaba ver sus reacciones.

—Juliette —él habló—. Cuéntame un secreto.

Juliette se lamió los dedos. — ¿Para qué quieres saber un secreto mío? Los secretos no se cuentan.

Skyler tomó una fresa y se la comió así nada más. —Pero sí se los puedes decir a tus mejores amigos, prometo no decirlo jamás.

Juliette lo observó y su corazón pegó un pequeño salto. Skyler había dicho que ella era su mejor amiga. Finalmente Juliette tenía un mejor amigo y era el mejor amigo de todos.

—No tengo secretos —pero ella estaba mintiendo.

Juliette sí tenía un par de secretos. Aun dormía con su elefante “Orión” todas las noches. Le seguí dando miedo dormir sin la lucecita de noche. Prefería no ver películas de terror porque luego tenía pesadillas.

Y por supuesto, su más grande secreto.

Skyler le parecía lindo. Juliette no sabía si se sentía como lo mostraban en las películas o si era algo de amigos pero le gustaba verlo. Le gustaba escucharlo reír. Le gustaba que tomara su mano para guiarla a la salida de la escuela donde su madre pasaba por ambos chicos. Le gustaba que siempre, sin excepción, Skyler la escogiera de compañera en las tareas de la escuela.

— ¿Y tú? —preguntó ella.

Skyler sí tenía muchos secretos y algunos no eran tan inocentes como los de Juliette. Skyler la miró preguntándose si era una buena idea hablar sobre lo que su familia había guardado silencio por mucho tiempo.

Pero Skyler quería decirlo, quería por lo menos una vez, dejar de fingir que él no recordaba eso.

—Mi papá no es mi papá —afirmó.

Juliette juntó las cejas. Lo primero que pensó fue que su padre, Adam, era un alienígena del espacio o algo parecido pero luego él chico le explicó que era su padrastro, aunque él lo consideraba su padre.

Para Juliette eso no le parecía nada raro. Su tío Harry se casó con su tía Carolina y es el padrastro de los hijos de Carolina.

Skyler tomó otra fresa pero no se la comió, le dio vueltas entre sus dedos. —Y mi verdadero papá… él era malo.

Juliette frunció el ceño. — ¿Malo?

Skyler clavó una uña en la fresa, el líquido salió tan solo un poco. —Ese señor golpeaba a mamá. La última vez que lo hizo… tenía miedo, mamá no respondía —sus ojos se llenaron de lágrimas y él se sintió muy avergonzado.

Eso ocurrió cuando Skyler tenía tan solo cuatro años. Su familia piensa que él era demasiado pequeño para recordar algo así pero Skyler lo recuerda, lo recuerda demasiado bien.

Skyler baja la mirada y presiona el dedo con más fuerza, la fresa expulsa su jugo enrojecido.

—Mamá me sacó de ahí… Adam… mi padrastro era un amigo de ella y él era bueno, es bueno. Es mejor, mucho mejor —pero sus ojos seguían acuosos.

Juliette jamás había visto triste a Skyler, él era para ella un chico fuerte y divertido. Skyler estaba llorando frente a ella y Juliette no estaba segura de qué hacer.

Juliette se movió hacia él y rodeó su cuerpo con sus brazos. Skyler se sorprendió por ello. Ellos ya se habían abrazado antes pero esta vez era diferente. —Tu mamá es muy valiente y tú también —Juliette confesó.

Skyler respiró profundo y se inclinó hacia el hombro de su amiga. Ambos chicos permanecieron de esa manera por un instante, uno que duraría en sus recuerdos por mucho tiempo.

—Eres la mejor amiga de todas —Skyler susurró.

Eso hacia feliz a Juliette y aunque no quería, lo soltó y se reacomodó. Juliette tuvo un pensamiento por primera vez.

“Quiero ser tu mejor amiga por toda la vida”

Ella no lo sabía pero Skyler estaba pensando en eso mismo también. Ambos deseando que la vida los mantuviera juntos y seguir al lado del otro.

Aun no sabían que ese deseó se archivó para siempre.




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