Antes De Odiarnos

14: CASUALIDAD

JULIETTE

Hoy es un buen día para salir de esta casa y hacer algo más que ver la sombra de Skyler por todos lados.

Milo se irá en la tarde así que por las horas que nos quedan, iremos al pequeño pueblo que Sandy nos dijo, para charlar, comer algo y simplemente ver la vista. Tengo que admitir que aunque estoy aquí casi en contra de mi voluntad, también estoy admirada de la belleza del paisaje.

Me cruzo la bolsa, ajusto mi gorra y mis gafas de sol. Veo hacia el mar, en todos esos destellos que se crean por los rayos del sol. Tomo una larga respiración inhalando el aroma salado del lugar.

Me recuesto en el marco de la puerta esperando por Milo. No me sorprende que incluso en un lugar donde no hay acceso al público y probablemente nadie le tomará una fotografía, aun intente lucir bien.

Bueno, no es como si necesita hacer algo para lucir bien. Milo fue bendecido con la mejor genética. Alto, rostro que es una buena mezcla entre guapo y lindo (que si hay deferencia) y una sonrisa encantadora.

Toco mi barbilla y siento esa línea que está justo en el borde de mi rostro. Es algo de nacimiento, algo que siempre me ha molestado y ni con maquillaje se puede ocultar.

Al fin escucho pasos. Milo se tardó demasiado. —Bien, vamos —giro pero, no es Milo.

Es Skyler.

Es Skyler con sandalias, camisa de algodón con dos botones abiertos, sombrero y el bloqueador solar mal aplicado en el rostro pues tiene unas rayas blancas.

Frunzo el ceño. — ¿Qué estás haciendo?

Él también junta las cejas. —Pues voy a salir.

— ¿Salir? —no entiendo por qué él quiere salir justo cuando yo voy a hacerlo—. Pero, no…

Milo entra y me sonríe pero creo que nota el ambiente tenso y solo me da una mirada preguntándome qué pasa.

—Entonces, con permiso —Skyler da unos pasos para salir—. Supongo que nos veremos después.

A ver, no es como si Skyler debería quedarse aquí y está prohibido que salga, pero, Sandy me dijo que es un lugar pequeño. No quiero toparme con Skyler cada cinco minutos. El motivo que Milo y yo salgamos es justamente para desintoxicarme de este lugar que comparto con él.

Milo habla: —Skyler, ¿A dónde vas?

Skyler frunce el ceño y lo mira. — ¿A dónde? Afuera, ¿Por qué? ¿Tú también crees que no puedo salir?

Milo camina hacia él, sonriendo. —No, ¿Por qué no vamos los tres?

Abro los ojos y giro mi cabeza rápido hacia él. ¿Salir con él? No, no, no, eso es lo peor que pudo haber sugerido. — ¿Qué? —pregunto.

— ¿Qué? —pregunta Skyler.

Milo no se ve preocupado. Su camiseta azul y su cabello de lado le da un aura angelical pero sus propuestas son todo lo contrario. —Sí, ven con nosotros.

Skyler me mira con muchas expresiones en su rostro aunque eso parezca imposible. Tiene las cejas fruncidas, los labios curvados hacia abajo y los ojos entornados. — ¿Salir con ella?

—Y conmigo —Milo se encoje de hombros.

Sin pensarlo tomo a Milo del brazo y lo arrastro hasta la sala de estar, lejos de los oídos de Skyler.

Lo suelto a un lado del sofá. — ¿Qué estás haciendo? —susurro.

Levanta los brazos. — ¿Qué estoy haciendo?

Me inclino hacia él para susurrar aún más bajo, Milo huele a fragancia francesa. —Milo, ¿Por qué rayos invitas a mi enemigo a pasar más tiempo juntos? No quiero estar cerca de él.

Bufa. —Jules, tienes que estar cerca de él. Mira, vas a grabar un programa con él.

Niego rápido. —Pero no quiero. Ese es el problema, yo no quiero y por eso cada vez que puedo estar lejos de él lo haré. No quiero seguir viendo a Skyler.

Milo se sienta en el brazo del sofá. — ¿No quieres? Pero es guapo.

Ruedo los ojos. —Milo, si lo invitaste solo para coquetear con él, te tengo malas noticias. Además, si tanto quieres estar cerca de él, váyanse ustedes. Me quedo aquí.

Milo coloca la mano sobre mi hombro. —Juliette, escucha. Sabes que te quiero pero tú deberías intentar llevarte mejor con él. No quiero que tu carrera se arruine por culpa de una mentira.

— ¿Y una mentira va a solucionarlo? —Resoplo—. Creo que el hecho que tengamos que fingir estar comprometidos es sexista. Ósea, ¿solo porque me voy a casar me hace mejor persona? Es ridículo.

Milo se encoje de hombros.

—Milo, sal con él. Yo me quedaré —pensando en cómo Skyler ha vuelto a arruinar algo para mí.

Ahora toma mis manos y les da un apretón. —Juliette Berry, no quiero sonar como tu representante pero, creo que tienes que actuar como una adulta ahora.

Retiro mis manos. — ¿Ahora tú me atacas?

—No lo hago —dice—. Solo te estoy pidiendo que le des una oportunidad a esto. Si dejas de ser famosa ya no habrá una tercera oportunidad. Es ahora, tómalo o déjalo.

Entorno los ojos. Milo es alguien en quien puedo confiar para que me haga entrar en razón pero hay algo más, lo presiento. — ¿Sandy te dijo que hablaras conmigo, no?

—Sí —contesta, sonriendo de lado—. Y está funcionando. Veo cómo estás a punto de caminar hacia allá con tu ex amigo y comportarte de una manera civilizada por una hora.

Suspiro. —Como sea.

Tomo aire antes de regresar a la cocina, veo a Skyler recostado en el marco de la puerta y mi primer pensamiento intrusivo es empujarlo pero luego llega uno que no sé de dónde vino.

Uno que recuerda cuando de adolescentes él estaba de espaldas y yo llegaba a abrazarlo por detrás. Antes Skyler no era tan musculoso como ahora pero me gustaba recostar mi mejilla en su espalda y sentir la vibración de su cuerpo cuando reía.

Mi pecho se llena de algo, humo quizás. No sé, solo me siento sofocada.

Respiro profundo y avanzo para quedar a su lado, él sigue viendo hacia el mar.

—Entonces… ¿Por qué quieres salir? —tampoco lo miro.

—Porque es un buen día, mira el cielo, siempre me ha gustado cuando tiene ese color —admite.

Y yo solo pienso que ese color es casi como el de sus ojos. —Milo dice que puedes venir con nosotros.

—¿Milo? —suelta una risa ironica—. Ah, que privilegiado me siento. Estoy al lado de la realeza, ¿no?




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