Antes De Odiarnos

25: NATURAL

SKYLER

Despierto con un peso en el pecho que no desaparece ni con el café amargo que me tomo de un trago.

Hoy, como ayer, tengo que fingir que estoy enamorado de Juliette. Que no somos solo dos personas que crecieron juntas y que ahora llevan esta mentira para el internet y su nuevo show de realidad.

Que realmente somos ese “compromiso” perfecto que todos quieren ver.

La casa está llena de gente que mueve cámaras, ajusta luces, corrige posturas. Pero cuando miro a Juliette, veo a la chica cansada que estaba anoche, la misma que no sonríe del todo, la misma que parece más real cuando nadie la mira.

Nos obligan a posar juntos, a caminar juntos, a besarnos en las mejillas frente a la cámara. Aunque sé que todo es un acto, siento que cada gesto me duele un poco. Fingir que la quiero es fácil, pero fingir que no duele fingirlo, eso es otra cosa.

Ella me lanza una mirada rápida mientras nos colocan para una toma y por un segundo siento que ambos estamos deseando que todo termine.

—Vamos a hacer que esto parezca natural —me susurra, apenas audible.

Asiento.

Es absurdo cómo algo tan falso puede sentirse tan pesado. Caminamos por la casa, tomamos café, posamos para fotos, y cada vez que nuestras manos se rozan, siento esa chispa antigua que siempre está allí, escondida bajo capas de mentiras.

Pero luego recuerdo por qué estamos aquí. Por qué fingimos. Por qué ambos hemos elegido esta mentira en vez de enfrentar la verdad que nos duele demasiado.

El director visa que es hora de otro micro descanso para ajustar los ángulos y planear donde nos veremos mejor.

Sé que aunque hoy finjamos estar juntos, ninguno de los dos puede ignorar que lo que realmente queremos está mucho más lejos que esta mentira de cámara

Después del almuerzo nos llaman para la siguiente toma. Esta vez es la escena donde se supone que vamos a hablar sobre lo mucho que nos amamos y nuestros sentimientos frente a un atardecer que, irónicamente, no se siente tan romántico como debería.

Nos colocan cerca y siento la mirada de todos sobre nosotros, como si esperaran que el amor que fingimos fuera real, como si pudieran contagiarse de algo que no existe.

Juliette me mira y por un instante sus ojos parecen buscar algo, quizá en mí, quizá en algo más.

Quiero decirle que no estoy seguro de qué queremos fingir hoy, que ya no sé si es solo un show o si queda algo verdadero enterrado bajo esta farsa.

El director grita “acción” y ella comienza a hablar, con voz temblorosa, como si fuera la primera vez. Yo respondo, tratando de darle esa sinceridad que el guion imaginario exige, pero mi mente está en otro lado, recordando noches en las que no teníamos que fingir nada.

Recuerdo cuando teníamos dieciséis y las cosas ya se estaban arruinando pero seguíamos siendo nosotros y ella seguía viéndome con ilusión. Sus manos seguían teniendo acceso a las mías, sus labios aun me daban besos en las mejillas y mi corazón todavía le pertenecía.

De todo lo que me quitaron esas dos personas que nos debían cuidar, esto fue una de las que más me dolió. Me quitaron a Juliette, a nuestra amistad y todo lo que podíamos tener en el futuro.

Se supone que ahora tengo que darle un beso y ya no se admiten besos inocentes, se supone que tenemos que darnos uno en los labios pero no puedo y ella no quiere tampoco.

Por mi parte, no quiero hacerlo porque no es así como debía suceder. No frente a cámaras, con una gran mentira rodeándonos. Ese beso, esa primera vez que sus labios y los míos se tocaran, tenía que ser distinta.

Juliette muerde su labio inferior. — ¿Tenemos que hacerlo?

Niego sutilmente. —No, no tenemos.

El director nos pide muchas cosas más, nos pide más intimidad y me pregunto qué tanto quiere de nosotros. ¿Qué más hay que hacer además de esto?

Bien, para ser honesto, ni yo me creería que dos personas como nosotros están juntos pero no puedo fingir. No cuando tengo a esta mujer frente a mí, a esta mujer que alguna vez fue una chica que moría por besarla y quien fue una niña que me hizo sentir acompañado.

Respiro profundo, tomo a Juliette de la cintura y la veo a los ojos. — ¿Fingimos para la cámara?

Bufa. —Ya estamos fingiendo.

—No, me refiero… —me acerco, casi se rozan nuestras narices—, a algo más.

Juliette baja la mirada a mis labios por medio segundo, luego ella sube la mano y toca mi cabello, deslizando sus dedos por mi mejilla y baja hasta mi hombro. — ¿Qué tanto más?

Eso me hizo dejar de respirar. Puedo sentir mi cuerpo tensarse, pero con algo más. Como un dolor que se disfruta.

— ¿Jugamos a esto? —Susurro—. Solo dilo.

Bajo la mano y siento la parte donde su camiseta termina y hay apenas un poco de piel. Ahora sí, todo mi cuerpo se llena de explosiones nerviosas.

Juliette me hace perder la razón cuando mueve sus dedos hasta mi labio inferior y me mira a los ojos como si pudiera tomar lo que quisiera porque sabe que ahora mismo, la dejaría.

—A los quince debí besarte —dice antes de hacerlo.

Ella se acerca y remplaza sus dedos con sus labios.

Dios es real, lo sé cuándo me rescató de la miseria y lo sé ahora cuando todo mi sistema nervioso, mi mente, mi alma y mi cuerpo reaccionan de una manera que ninguna sustancia pudo provocar.

Esto es solo para las cámaras, lo sé, pero no puedo separar la ficción de la realidad.

Acerco a Juliette a mi cuerpo y siento sus manos tocando mis brazos y mis hombros, como siempre quise que pasara.

Tomo la parte de atrás de su cabeza para profundizar el beso, dejo de pensar en algo más que no sea ella.

Nada importa ahora, no importa a quien he besado antes, que tanto o no he hecho, lo mucho o poco que queda de nuestra amistad. Solo tengo esto, con ella, ahora.

Y es lo mejor que he podido tener en mucho tiempo.

Pero, como una bofetada, algo me regresa a la realidad. El director dice: ¡Perfecto! Y se escuchan susurros y suspiros, hemos vendido la historia de un amor verdadero y lo puedo ver en sus rostros, ellos se lo creen.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.