Antes De Odiarnos

26: LA MISMA PERSONA

JULIETTE

La puerta se cierra detrás de Sandy y el eco se queda flotando en la habitación, como si fuera más grande de lo que realmente es.

Me deja mi teléfono sobre la mesa de noche, con un gesto rápido, casi brusco. —No lo uses demasiado —dice, pero su tono no es realmente una advertencia, es más bien resignación.

Sabe que no voy a obedecer.

Solo asiento, fingiendo que no me muero de ganas de tomarlo y revisar todo lo que están diciendo de mí. Sé que no debería importarme tanto pero a esto me dedico, necesito saber si el mundo entero está en mi contra o si algo de mis intentos por reparar mi imagen han funcionado.

Cuando la escucho alejarse por el pasillo, me siento en la cama y lo desbloqueo. La pantalla brilla, lo primero que veo son las notificaciones acumuladas. No sé ni por dónde empezar.

Las ignoro por ahora y entro a una aplicación, veo algunas publicaciones que no son sobre mí hasta que empiezan a aparecer mientras deslizo el dedo. Titulares, fotos, capturas, videos.

La mayoría hablan del reencuentro inesperado de Skyler y Juliette. Las imágenes de nosotros tomados de la mano, caminando por la playa para las cámaras se están esparciendo.

Los comentarios se multiplican en tiempo real, pero conforme avanzo, lo otro empieza a aparecer.

Ese tema.

El “hombre casado”.

La esposa, Karla, otra vez está hablando de mí. Otra vez está recordándole a la gente que yo estuve con su esposo aunque las personas no saben que él y yo no hicimos ni la mitad de las cosas que asegura ella. O tal vez, no quieren creerlo.

Capturas de sus publicaciones, videos en los que aparece hablando con voz quebrada, entrevistas improvisadas que le hicieron en la puerta de su casa. La gente la llama valiente. Otros dicen que solo quiere atención.

Y yo estoy aquí, mirando cómo mi nombre se arrastra junto al suyo en cada publicación.

Trago saliva, mis manos empiezan a sudar cuando entro a otra aplicación donde mayormente solo es texto, o bueno, eso parece porque cada publicación está llena de ideas y opiniones que muchos toman como una verdad.

Y el algoritmo me odio porque todo lo que estoy viendo son mensajes de odio. Mensajes de personas dudando de mí, de Skyler, de este “mal movimiento para limpiar mi imagen” y de cómo realmente parece que alguien le pagó a él.

Cierro los ojos un segundo. Quisiera poder reírme de la ironía pero no puedo.

Me desplazo más, la mitad de los comentarios jura que todo esto de la playa, las fotos, el “compromiso” es un plan de relaciones públicas para limpiar mi imagen.

La otra mitad quiere creer que Skyler y yo siempre estuvimos destinados a volver a estar juntos. Incluso están haciendo algo sobre “llamar a tu ex” porque estamos reviviendo las segundas oportunidades.

Yo sé la verdad. Sé lo frágil que es todo esto.

A los diecisiete años dejamos de hablarnos. No fue un malentendido menor, fue una ruptura total. Una traición que no supimos perdonarnos.
Y ahora estamos en una casa alquilada de lujo frente al mar, sonriendo para que el mundo piense que somos inseparables.

Mis manos tiemblan, la luz del teléfono me quema los ojos. Tengo un nudo en la garganta y estoy entrando en uno de esos momentos donde siento que necesito hacer algo pero no sé exactamente qué.

Me levanto y camino hasta la ventana. Afuera, el mar golpea con una fuerza tranquila tan contraria a mis sentimientos. El aire que entra huele a sal y a plantas.

Mi cuerpo está tenso, tan tenso que me doy cuenta de lo fuerte que aprieto los dientes. Es esa mezcla de vergüenza y rabia que me acompaña desde que este escándalo empezó.

Vuelvo a la cama y me dejo caer sentada, con el teléfono todavía en la mano. Miro otra vez.

Un video en cámara lenta de Skyler riendo conmigo durante la sesión de fotos, ni siquiera sabía que nos estaban grabando. Este equipo sí que hace su trabajo, están aprovechando cada segundo, cada mirada, cada media sonrisa.

Los comentarios son un campo de batalla entre quienes me apoyan, quienes recuerdan nuestra banda, Marea Az, quienes apoyan a Skyler y quienes están en mi contra, a favor de Karla e incluso, quienes son fanáticos de Bryce a pesar que ha engañado a su esposa.

"Esto es tan falso, ¿Cómo pueden creerlo?"

"Mírenlos, están enamorados, se nota. Se ven tan lindos juntos, ojala cuenten como se rencontraron"

"¿En serio nadie va a hablar de que ella destruyó un matrimonio? Ahora resulta que está con Skyler, ¿Desde cuándo? Seguro que él dejó a su pareja por Juliette"

"La esposa merece justicia"

“¿Por qué Juliette es famosa? Solo es hija de un famoso”

“¿Skyler? ¿Él no estaba en la cárcel?”

“Ya déjenla en paz, no la conocemos y no es justo que la juzguen”

“Cínica. Destruyó un matrimonio, que asco”

“Skyler sal de ahí”

“Apoyo a Karla, se ve más genuina. Ella lloró, Juliette siempre está así, es una manipulativa”

“Manipuladora”

“¿Quién le cree?”

“Ya olvidemos a Juliette”

Siento el nudo en la garganta como una soga apretándome hasta quedarme sin aire.

Intenté no hacerlo pero con cada comentario, las lágrimas empezaron a salir y salir, al mismo tiempo que los sollozos. Esto me está doliendo más de lo que pensé

La puerta suena, apenas tres toques y yo me congelo porque por un segundo olvidé que alguien más está en esta casa.

—Juliette… —la voz de Skyler se filtra, grave, como si tuviera cuidado de no molestar.

Me aclaro la garganta. — ¿Qué quieres?

—Hablar —contesta.

Me quedo mirando la puerta. Podría decirle que no. Podría ignorarlo y dejar que se vaya. Pero como siempre, termino rindiéndome a esa curiosidad que nunca he sabido controlar.

—Pasa —digo, con el corazón acelerado.

La manija gira y él entra. Lleva una camiseta gris y el pelo un poco revuelto. Cierra la puerta detrás de sí. —Sandy me dijo que te devolvió el teléfono —dice y su mirada baja a mi mano—. Y me pidió que te vigilara para que no lo usaras tanto.




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