JULIETTE
Para finalmente arreglar todo con la producción y las personas que se enfurecieron cundo renunciamos por la grabación de aquel programa y les quitamos su credibilidad, acordamos algo con Sandy.
Bueno, algo con Sandy, Skyler y yo.
Por un solo día, una sola vez, dejaremos que nos graben y capturen nuestra vida como pareja. Ahora sí, una real y una verdadera.
Una que ha pasado por muchas cosas. Una que ha tenido conversaciones profundas y honestas. Una que deja de esperar perfección. Una que no necesita alcanzar estándares de otras personas.
Hemos perdonado, hemos sanado, hemos hablado las cosas tal y como son. Hemos perdido, hemos caído y hemos fallado.
No es el final de cuentos de hadas, en realidad, esto es solo… la vida real.
En la vida real el amor no arregla todo, ayuda y te sostiene pero hay más que un beso y una boda. Para lograr avanzar se necesita mucho más que eso pero no mentiré, tener a mi primer amor a mi lado todas las noches y despertar a su lado, me hace creer en la magia de nuevo.
Lo amo.
Amo a Skyler Knocks. Lo he amado desde antes de entender que era el amor y aun cuando prometí odiarlo para siempre, estaba mintiendo. La realidad es, nunca lo odiaría.
Lo que sucedió fue todo lo contrario, Skyler siempre sería la persona que amaría para siempre.
Y ahora, eso se siente más real que nunca.
Skyler toma mi mano mientras caminamos descalzos sobre la arena. Está tibia, aun no nos quema las plantas de los pies. El viento con esencia a sal aparta nuestros cabellos de nuestros rostros.
Veo hacia el mar, esta imagen es impresionante, es en momento así cuando no me siento como una gran estrella de la música sino como un punto en el universo, una pequeña persona frente a una creación tan majestuosa.
—Es raro que nos sigan —Skyler murmura.
De reojo veo al equipo y las cámaras, el chico del micrófono aún no se ha acercado así que estoy segura que no nos pueden escuchar.
Skyler se mueve frente a mí. —Creo que deberíamos ser un poco más románticos.
Entorno los ojos, el sol me toca el rostro y los brazos. — ¿Crees o quieres?
Skyler sonríe lentamente provocando que mis latidos sean casi tan fuertes como las olas reventándose en el agua. —Ambas.
— ¿Entonces qué sugieres? ¿Qué escena ocurriría ahora en una de esas películas que tanto odias? —pregunto, sin poder despegar la mirada de esos ojos que no tienen nada que envidiarle al color del cielo.
Se acerca, un poco, muy poco. — ¿Una como la película donde debutaste?
Arrugo la nariz. —Finjo que nunca existió.
Otro paso más. —Quizás podríamos mejorarla, tal vez este es el momento donde la chica confiesa todo lo que siente por el chico.
— ¿Y luego? —veo sus labios.
Skyler levanta las manos y toma mi cintura, acercándome a él. Eso provocó que mis latidos se detuvieran y mi respiración se cortara por un instante.
—Y luego… —susurra.
Skyler ha sido demasiadas cosas en mi vida.
Mi mejor amigo, el chico con quien creaba música, mi compañero en sueños y quien rompió mi corazón. Ahora Skyler es una combinación complicada entre un nuevo Skyler que estoy conociendo y el chico a quien siempre conocí.
Quien amé, quien odié, quien odié amar y amé odiar.
Le sonrío. —Hay algo que quiero hacer.
Asiente, aceptando lo que sea que esté en mente.
Respiro profundo, me inclino a su rostro pero en lugar de un beso inesperado, tomo su mano y empiezo a correr tirando de él hasta el mar. Skyler ríe tanto como yo y cuando estamos mojándonos los talones, me carga por la cintura y me deja caer contra el agua.
Me rio y me hundo por un momento, salgo e intento quitarme todo el cabello del rostro y él me vuelve a cargar pero esta vez, se lanza conmigo.
El mar, las risas, los corazones latiendo y las gaviotas saludándonos. Todos esos sonidos que suenan mucho mejor que cualquiera de mis canciones más populares.
Logro colocarme de pie, el agua estila de mi ropa como cascadas y mi cabello se pega a mi rostro y cuello. Skyler se coloca de pie también, pasa la mano por su cabello para moverlo hacia atrás y hacemos contacto visual.
— ¿Cómo me veo? —le pregunto, parpadeando por las gotas en mis pestañas.
—Un desastre —se acerca a mí, las olas nos empujan el cuerpo, casi como si quisiera que estemos mucho más cerca—. Uno muy hermoso.
Este es el Skyler que conocí, el que me hizo enamorarme de él mucho antes que fuera el rompecorazones de la banda. El tipo de chico que podía verme en el peor momento y llamarme hermosa.
Es casi como un contraste a esa última noche. Esa vez todo era oscuro, frio y en nuestro interior no había más que dolor y odio. Ahora, el sol nos rodea y no hay ni un espacio donde la luz no esté llegando.
Y en nuestro interior, los corazones se están descongelando.
—Juliette —estira su mano para que la toma—. Ven aquí.
Esto no sucede en las películas. En las películas no le entregas tu corazón a la persona que juraste odiar para siempre, al menos no en ninguna donde he participado.
Pero esto no es una película y sí, estábamos fingiendo estar comprometidos pero cuando él me mira así y me toma de esta manera, sé que es lo más real que he vivido en mucho tiempo.
Debió ser conmigo. Skyler debió estar conmigo en sus peores momentos, en sus días felices, en los días en medio de esos.
Debió ser con él, Skyler a mi lado cuando no sabía a donde dirigirme, trabajando por nuestros sueños. Permaneciendo al lado del otro, sin importar nada más.
—Ellos amaran esta escena —susurro.
El mar hace su trabajo de nuevo, empujándome contra su cuerpo. Coloco mi mano en su pecho y él toma mi cintura. —Tan cliché como te gusta.
Me acerco, se acerca.
—Ni siquiera sé si están grabando. —no quiero voltear, no me importa lo que esté sucediendo ahora. Solo quiero quedarme unos segundos más en este momento.
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Editado: 18.10.2025