A menudo...
A menudo... pienso en nosotros, en lo que pudo ser... en todo lo que pudimos ser.
Pero no sirve de nada. A mí no me sirve de nada. No me sirven los sueños dónde quiero que seas mío y no puedo obtenerte y no me sirven de nada las ilusiones donde tú y yo nos damos un beso, pero... te lo confieso, en ese momento todo acaba; los sueños y las ilusiones, es ahí donde sé que nada es verdad y despierto...
Yo no recuerdo tus besos, no con claridad. Eso es lo que pasa, el problema con el tiempo, es exactamente eso, que todo lo vuelve borroso y tanto tú cómo tus besos se me escapan de las manos.
Y a menudo...
A menudo... lo agradezco...