Apostando A Tu Amor

Capítulo 3. CORAZONES ROTOS.

El día había llegado y Mariana empacaba al lado de su primer niño, su corazón estaba en relieve, realmente parecía agonizar, saber el porqué de su fracaso, realmente no lo entendía y tampoco ansiaba comprenderlo al recordar la imagen del hombre a quien amo con locura.

_¿Mami, volveremos a...ver a papá? - preguntó Gerardo sintiéndose triste por tener que dejar su casa, pero ella miró a su pequeño y se inclinó hasta llegar a su nivel- Tengo miedo mami...

_Volverás a ver a tu padre, siempre Gerardo, él te adora, tú y tu hermano son sus hijos., eso no lo cambia nadie.

_¿Y tú mami? Volverás a amar a papá? - preguntó quitando el cabello desordenado que cubría el rostro de su madre.

_Amo a tu padre Gerardo, solo que algunas cosas han cambiado...ven sigamos recogiendo para nuestra mudanza.

_¿Papá sabrá adonde iremos?

_Sí mi amor, papá siempre sabrá de ustedes, solo que no podemos estar en una casa tan grande, no somos tantos...deben obedecer, ser buenos niños, es necesario, tu padre se sentirá orgulloso de ustedes...

_¿Papá no te quiere, verdad mami? -Mariana apretó la mandíbula procurando evitar el llanto, pero sus lágrimas bajaron como torrente- Mami, yo cuidaré de ti...siempre.

_Lo sé mi amor...-tras su cortada oración escondió el rostro, pero respiró profundo para llenarse de valor y sonrió ligeramente entre lágrimas, lo atrajo a sus brazos, beso ligeramente sus ambas mejillas.

_Soy tan feliz de tenerte, yo soy fuerte...-rió a gritó, con sorpresivas y fingidas carcajadas- Mi padre decía que soy llorona, tu tía Nancy sí que es fuerte, no es llorona como yo...pero a pesar de ser así, soy como la mujer maravilla.

_Eres la mujer más bonita del mundo entero mami...

_Lo sé, lo veo en tus ojos, eso es suficiente para mí...empaquemos pronto mi amor...¿Tu hermano aún duerme?

_Sí mami, el duerme. Es mejor...

_Gerardo, mi amor, ahora que tu hermano duerme, preguntaré algo y me respondes con la verdad.

_Sí mami.

_¿Cómo te sientes ahora que tu papá no vivirá con nosotros?

_Asustado, triste...y muy molesto.

_No temas mi amor, soy la chica maravilla que los cuidará, la tristeza es algo que con los días se va, más cuando veas que tu papá los visite, creo que compartirán más.

_Lo sé, mi amigo Peter no vive con su padre, pero los visita mucho y salen de paseo.

_Lo molesto también se te pasará. -dijo ella ganando su atención.

_No lo creo Mami, siempre respetaré a mi padre, obedeceré...pero, jamás lo perdonaré, es malo, muy malo. Nos odia...

_No mi amor, no es cierto... tu papá...

_Mi papá hizo maldad a nuestra familia -interrumpió con gritos - no cuida de nosotros, nos abandonó, rompió tú corazón, rompió mi corazón, nos quitó nuestra casa...yo lo escuché, no lo perdono, ¡nunca lo perdonaré...!

_Gerardo...hijo nooo...tu padre no es un mal hombre...es algo que te explicaré. No puedes estar molesto con tu padre...los adultos a veces hacemos cosas difíciles....

_Yo no quiero ser adulto, no quiero ser como papá, el te hace llorar y nos deja sin comida...lo llamé, no contestó mi llamada.

_Él te explicará todo mi amor y te dirá lo hermoso y valioso que eres para él...

_No quiero mami, empaquemos ya mami, cuidaremos a mi hermanito, él ni siquiera sabe lo que sucede, no se ha dado cuenta, y yo nada le diré para que no llore por tener un papá malo.

Mariana no se esperaba que su hijo reaccionara de esa manera, era tan solo un niño de nueve años y ya conocía la pena de amor más triste; el abandono. Fue en ese momento que ella secó sus lágrimas y entendió que no hay amor más grande después del de Dios, que él de una madre.

Lo miró recogiendo sus juguetes y su actitud era de rabia, rompió algunas cosas que inevitablemente su madre pudo salvar.

Ella sintió un espasmo en su pecho, un dolor agudo que solo le provocó la ansiedad, levantó los juguetes y sonrió.

_No es bueno que rompas tus cosas, además son juguetes que sirven para otros niños.

_No regalaré esos horribles autos, los trajo mi padre, no quiero nada que me haya traído, lo odio...¿Por qué debo abandonar mi casa?, es mi hogar... -ella volvió a él y sonrió llenándose de tranquilidad.

_Gerardo, ven... sentemos acá en el piso -el obedeció viendo como su madre tomaba la iniciativa- ponte frente a mí y dame tus manitos....¿Sabes de dónde vienes? -el niño secó sus lágrimas con las manos y las volvió a ponerlas en las de su mamá - ¿En dónde crecistes antes de nacer? Eras una semillita que apenas germinaba...

_En tu barriga, de ahí vengo...

_Soy tu hogar mientras me necesites, no importa la casa, yo soy tu hogar y voy contigo, y tú vienes conmigo, mi hijo...no importa el lugar, importa que estemos juntos...yo no quiero la vida sin tí y tu hermano, este lugar no va a significar nada sin nuestro calor, el amor familiar es lo más bonito...somos una gran familia.

_¿Mami...no te da miedo?




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