Apostando A Tu Amor

CAPÍTULO 4. LA EX ESPOSA DEL SEÑOR SANTO CASTILLO.

Jacobo Rousseau escuchaba a cada una de las mujeres que les autorizó recursos humanos cumpliendo con las espectativas reevaloradas de acuerdo a las exigencia que tenía el jefe, pero era imposible encontrar a una secretaria que se le igualara a la que tenía, ese complemento que solo Cristina le daba, realmente la mujer era competitiva.

Salió de aquella oficina estresado y fue directo a quien le enviaba el recurso para que él eligiera. Entró en silencio como acostumbraba.

_Señor Rousseau. -se pusieron de pie- ¿eligió a alguna secretaria?

_Di mis especificaciones, y no cumplen con lo requerido...¿Qué pasa?

_Señor, seguimos en la búsqueda, no es fácil ese perfil que usted requiere.

_Cristina puede ayudar, ella me conoce, además...no podrá irse mientras no tenga a la nueva secretaria, ella deberá estar en su etapa de adaptación.

_Pobre Cristina -murmuró entre dientes el licenciado.

_¿Qué dijo? -preguntó el señor Rousseau notando cierta queja.

_Señor, solo digo que gracias al cielo contamos con Cristina.

_Bien, no tengo tiempo que perder..revisen bien, hablen con mi secretaria y envíen personas capaces.

_Sí señor, ahora nos ponemos en contacto con Cristina.

_Bien...

***

Mariana estaba en la oscuridad de la noche muy pensativa mientras se tomaba un vaso de agua y parecía conversar con él mientras miraba como si buscara en el fondo del mismo vaso una respuesta.

_¿Señora, en qué piensas? -preguntó María- tiene varios días así pensativa.

_Es difícil conseguir un empleo, es cierto que lo que puedo conseguir no me dará el dinero necesario para mantener nuestro estándar de vida.

_Señora, yo la apoyo, así como usted lo hizo conmigo, no se preocupe por pagarme, no tengo a nadie, ya ve todo lo que me pasó, si no fuera por usted no sé qué sería de mi vida...

_No es justo María, necesitas tu dinero, son tus ahorros para cuando ya estés grande.

_Señora, yo ya estoy grande, con usted tengo todo lo que quiero. No tengo adónde ir y no quiero, por favor...déjeme quedarme...usted es mi ángel que me salvó de ese hombre agresor, si yo hubiese vuelto, hoy fuera la más infeliz.o...estuviera muerta.

_María, solo no quiero ser injusta.

_Nunca señora Mariana, usted es la mejor persona que he conocido... además, ¿en quién va a confiar? Mis niños y usted me necesitan.

_Gracias María - repentinamente Mariana la abrazó- ¿Qué sería de mi vida sin tí? Gracias...gracias por no abandonarme...ve que mi hermana no me busca ni se preocupa...

_Ella trabaja mucho, compréndela, su visión de vida es distinta.

_Es cierto -rió abruptamente -mata por su marido, y eso que es feito...-ambas terminaron riendo de las ocurrencias de Nancy - Un día querrá soltarlo y no podrá, o se cansará.

_¿Señora, porqué no duerme?

_María...no pienses que estoy loca, pero se me metió la idea de buscar empleo en las empresas de telecomunicaciones de Jacobo Rousseau, buscan es secretaria, pero...

_Eso le va a molestar muchísimo al señor Castillo. Sería provocarlo, él solo quiere que usted se humille, ya ve que le dijo que sin él, usted es nadie...

_Eso me dijo... María, ojalá yo fuera una mujer competente para el cargo de secretaria, vieras todo lo que piden...

_No provoque a su marido.

_Ex marido, necesito el trabajo, ya pronto no podremos sostenernos económicamente, me dolió vender mis prendas, pero era necesario.

_No sé que decirle mi señora, mientras sepa que cuenta con mis ahorros.

_Voy a intentarlo, iré a ver a Jacobo Rousseau, no tendré miedo, ni me limitaré, estos días he sufrido mucho, quizás no sea un mal hombre y me emplee.

_Es una decisión muy dura...

_Mas duro es que mis hijos pasen hambre, hablaré con Jacobo Rousseau, siempre en las reuniones está alejado, mi esposo...bueno, ex esposo lo odia por brillante en los negocios...voy a dormir...

***

Santo Castillo no podía cobrar el sueño mientras su nueva mujer dormía plácidamente después de haber tenido un día muy placentero.

_¿Qué estarás haciendo Mariana? Seguro me extrañas y me necesitas, quizás por eso vi algunas de tus llamadas, sé que necesitas de mi dinero, debes estar desesperada. Siempre serás el amor de mi vida aunque no pueda darte ahora el lugar que te mereces, debiste comprenderme.

Se levantó y fue hasta el teléfono e hizo una llamada a su abogado quien lo mantenía al tanto de cada cosa que pasara en la ciudad.

_Señor Castillo, qué gusto saludarle. Su ex mujer me llamó, quería localizarlo.

_Diga mi mujer, ella siempre será mi mujer aunque nos hallamos divorciado, solo quiero que se dé cuenta quién manda y quién debe obedecer... Mariana depende totalmente de mi, ahora que regrese estará más calmada y le diré que no hay necesidad que abandone la casa...

_¿Qué dice señor Castillo?

_Solo quería atemorizarla, que bajara la guardia, que se dé cuenta que me necesita más allá de lo que haya pasado.

_Señor, la señora Mariana abandonó su casa....

_¡¿De qué diablos me estás hablando?! - la alteración de Santo fue repentina pero tuvo que controlarse-¿Su hermana no pudo, vive restringida...




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