Apostando A Tu Amor

Capítulo 8. EL DÍA MAS ESPERADO.

Mariana estaba ansiosa, el día de la presentación había llegado, pero al mirarse en el espejo descubrió en ella a una mujer diferente, renovó sus energías sintiendo que una nueva oportunidad había llegado a su vida.

Su familia estaba presente como lo quiso, María cumplía el rol más hermoso al lado de los pequeños que vestían como unos elegantes caballeros.

_Señora, qué hermosa, no puedo creerlo, de veras estoy sorprendida con el cambio, nunca la había visto así...

_El señor Jacobo Rousseau asignó un personal para este cambio, Cristina, me pone nerviosa, Dios permita que yo esté a la altura de sus negocios, hay mucho invertido y no quiero fallarme a mi misma.... sería fallarle a mi familia y a él, que ha confiado en mi.

_Lo harás bien, usted es una gran dama, si por algo la eligió el señor Castillo fue por su porte de reina, solo que jamás la vistió como está ahora...ese señor Rousseau es muy espléndido con usted...no lo conozco, pero váyase con cuidado. -Mariana rió modelando el vestido en el espejo, haciendo algunas poses que hará en la presentación.

_Realmente es muy hermoso mi vestido. -dijo sin prestar atención a lo dicho por María.

_Has hecho caso omiso a lo que te dije Mariana.

_María, yo prefiero creer que hay bondad en el señor Rousseau, nadie me ha impulsado a que yo esté bien y que supere mi dolor con tantas exigencia como él, hasta estoy yendo a la psicóloga. ¿Recuerdas cuando murió papá? Necesitaba un apoyo y no lo tuve...me refugié en Gerardo que estaba pequeñito para procurar superar ese dolor, si no fuera porque estás conmigo hubiese sido más difícil, a Santo parecía no importarle.

_Bueno, no hablemos nada negativo, es su noche y ya van a empezar a llegar los invitados. La secretaria del señor Rousseau ya está afuera. Dice que está esperando por el señor Rousseau.

_Voy a salir María, te veo afuera con mis príncipes, dame tus bendiciones.

Mariana salió con la elegancia requerida, después de María orar para que estuviera bien.

Cristina se tapó la boca abierta sosteniendo una mirada muy pícara al verla tan hermosa y elegante entrar al salón de fiesta, y un pensamiento se le cruzó.

_Ya quiero ver babear a ese jefe mentiroso.

_Cristina, gracias al cielo estás aquí. -dijo Mariana acercándose.

_¿Cómo no estarlo? El jefe va a acabar con mi vida, que hombre tan insoportable, el cree que yo tenía que supervisarte, que todo esté perfecto, tengo el cerebro en completo nivel de esquematización, a veces lo odio, pero cuando recuerdo que él paga mis cuentas realmente terminó aceptando que lo amo.

_Es muy exigente, invierte mucho, estoy sorprendida.

_Invierte mucho para ganar mucho, es parte de su éxito. Ven Mariana, vamos a enfocarnos en como están las cosas. Recuerda que está noche es única, y debes tener tus mejores energías.

_Vienen los Cisneros, yo lo sé, ya me hice una reflexión única para sobrellevar ésto...

_¿Te asusta?

_Estaré bien, yo haré lo mejor posible mi trabajo para que el señor Rousseau sienta que valió la pena contratarme.

_Así es...y yo estaré contigo Mariana, siempre ¿Okey? Es parte de mi trabajo asignado, seré como un policía a la vanguardia, te he dicho que el jefe tiene unas exigencias locas, por eso creo que estoy condenada, nunca me va a soltar. -Mariana rió a carcajadas ante las elocuentes palabras de Cristina.

La secretaria levantó la vista cuando vió entrar al señor Rousseau con toda su elegancia al lado de su hijo. Ya había tomado todas las precauciones para grabar esas impresiones.

_Señor Rousseau, bienvenido -dijo Mariana manteniendo su pose de dama fina, solo que Jacobo Rousseau había perdido sus ojos en ella- espero que está noche sea espléndida para las relaciones de sus negocios y que el éxito merecido sea logrado.

_¿Papá? -preguntó el hijo del señor Rousseau al ver que este estaba en una especie de hipnotismo - Responde algo papá.

_Ehhh...Mariana, estás realmente hermosa -dijo tomando sus manos como si las atrapaba para siempre- Está noche está para tí. Verás que este mundo, tú puedes gobernarlo con tu sonrisa, con tu mirada, eres extremadamente mágica.

_Vaya, realmente es usted muy hermosa señora Mariana -dijo el joven impactado con una hermosa sonrisa- has impresionado a mi padre y ésto realmente es el éxito que ya muchas han querido lograr.

_Perdón, solo estoy complacido -dijo el jefe y aclaró su garganta- la señora Mariana entiende que es un cumplido después de unos días llenos de muchos sobresaltos.

_Sí claro -dijo el joven y rió mirando a Cristina.

_Ven conmigo Joseph -dijo Cristina dejando solo al jefe con Mariana.

_¿Cristina, ésto es verdad? ¿Papá está enamorado? Bueno, habría que probarlo.

_No te hagas el tonto y paga la apuesta. -dijo Cristina bajo una alocada carcajada.

_No seas tramposa Cristina, aún no está claro el asunto.

_Joseph, tengo una grabación como prueba de mi triunfo, te dije que tu padre no lo reconoce, pero muere por una mujer, no me creíste y decidiste apostar, pues este negocio lo perdiste, págame.




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